Las especulaciones en Unión por la Patria, el nuevo sello del oficialismo, arden al calor de la falta de definiciones a tan solo nueve días del cierre de listas. En ese contexto, el desconcierto generalizado de la dirigencia y los segmentos de la sociedad que siguen la novela del ex FdT esperaba saciar su sed, aunque fuera parcialmente, con las primeras palabras de la principal líder del espacio tras el cierre de alianzas de este miércoles. Sin definiciones estructurales, CFK dejó tela para cortar en un breve discurso cuya nota central fueron los misiles teledirigidos a Alberto Fernández y sus movimientos preelectorales.

La vicepresidenta criticó a Fernández desde varios ángulos, que quizás puedan resumirse en las palabras de apertura de su discurso. “Como siempre pasa, el tema de los políticos y la representación política que renuncia a representar a la sociedad para empezar a representar a los intereses de las corporaciones, tan viejo y sencillo como eso Políticos que representan intereses, más viejo” lanzó la vice en su relato sobre cómo el Hospital de público Santa Cruz estaba en condiciones de abandono antes que Néstor Kirchner decidiera remodelarlo, producto de que había en ese entonces un diputado en la Cámara Baja con vínculos con sanatorios privados de la provincia. 

La alusión, en clave de interpretación política  de las palabras de CFK, puede extrapolarse a lo que la vice siente que terminó siendo el experimento Alberto Fernández. Una traición al mandato original, tanto de su dedo que lo ungió candidato como del voto popular que lo convirtió en Presidente. Pero el sentido enunciado por la líder del kirchnerismo no es sólo hacia atrás, sino fundamentalmente hacia adelante. A la vicepresidenta la obsesiona la cuestión de la lealtad, el evitar designaciones a candidaturas que, ante una derrota electoral que hoy aparece como un escenario más que probable, “panquequeen” en la primera de cambio para alinearse con lo que puede ser un nuevo gobierno neoliberal y terminan acompañando políticas de ajuste, represión, endeudamiento y recorte de derechos.

Fractura expuesta y exigencia de lealtad

CFK evalúa las candidaturas con lo que podría llamarse “el filtro Diego Bossio”. El ex titular de la Anses fue el caso más resonante de un propio que se dio vuelta rapidísimo en 2016 y resultó una pieza clave para que parte del peronismo acompañe las políticas macristas desde el Congreso. Pensando en una posible etapa de resistencia, CFK quiere asegurarse que quienes ingresen a las cámaras se planten en las discusiones que un posible gobierno de JxC pretenda instalar, y así lo hace saber en conversaciones privadas y negociaciones por estas horas. “¿Vos me asegurás que no se va a dar vuelta?” fue la pregunta con la que inquirió a un operador del PJ en relación a un miembro del Ejecutivo que se evalúa para integrar la lista de un importante distrito del país. 

En el subtexto de las palabras de CFK y sus movimientos en las negociaciones se interpreta que considera que Alberto Fernández no honró esa representación política que recibió de su parte como conductora del peronismo y del voto de la ciudadanía. Por eso las críticas emergieron desde Santa Cruz, a pesar de que la vice había bajado el tono de la confrontación en el último tiempo, presumiblemente para no generar más desorden político. Pero la rosca por las listas y la amenaza del albertismo de recurrir al Poder Judicial si se instalaba el piso del 40% que pretendía el kirchnerismo para las PASO pudo más que cualquier templanza racional.

“Hay algunos que no pusieron mucho empeño en eso (gestionar) pero sí en ir al Partido Judicial” fue uno de los dardos más picantes de la vice contra su compañero de fórmula en 2019. Otro tuvo que ver con el elogio a Katopodis, albertista arrepentido que parece volver a las filas K, de quien dijo “este hombre es uno de los funcionarios que sí funcionan, debo decirlo, porque sería injusto igualar, hay muchos funcionarios que sí funcionan, el problema es que no tuvimos a los que funcionaban en los que estaban funcionando la economía y la tarazca, este es el problema que tuvimos”.

CFK también criticó al Presidente y sus aliados por la negociación con el FMI: “es hora de hablarle con la verdad a la sociedad, si te pusieron la pistola en la cabeza no le digas que ya está todo solucionado, porque después sobrevienen las crisis de representación política y las propuestas de quemar esto y lo otro y reprimir” sentenció en relación a cómo el albertismo presentó a la ciudadanía el acuerdo con el Fondo. 

Fractura expuesta y exigencia de lealtad

Pero uno de sus dardos más picantes tuvo que ver directamente con la negociación por las listas. “Jamás se me hubiera ocurrido durante una campaña ir a una provincia o llamar a una dirigenta para que sea candidata a senadora contra la candidata que tal gobernador puso en su provincia, no se me pasa por la cabeza eso” soltó en referencia a un llamado que se conoció del propio Presidente a una diputada riojana que integre una lista que vaya en la PASO contra la que dispondrá el gobernador Ricardo Quintela.

La fractura está expuesta y a cielo abierto. En las horas decisivas en relación a la definición de candidaturas, la intervención de esta tarde de CFK marca que el kirchnerismo pretende ir a fondo en la discusión con el sector encuadrado con el Presidente. Una PASO armónica y de discusión de proyectos o ideas alternativas parece ir quedando descartada, y cada campamento dentro del oficialismo se prepara para la confrontación. 

En ese sentido también CFK dejó definiciones importantes. Planteó que la falta de dólares es el principal problema que debe resolver el país, en lo que puede leerse tangencialmente como un apoyo a los esfuerzos que viene desplegando Sergio Massa en ese sentido. El ministro recuperó algo de aire tras la gira por China de la que se trajo promesas de inversiones y la ampliación del Swap, y luego de una leve desaceleración de la inflación en mayo. Con la negociación con el FMI en puertas, un adelanto de los desembolsos sería un espaldarazo muy significativo para el oficialismo en la necesidad de enfrentar las presiones devaluatorias que vendrán. Si se concreta, el anuncio no llegará antes del cierre de listas y no será un factor que incida en la designación de Massa, que más allá de eso sigue en el tablero de posibilidades de CFK.

Quien también continúa siendo parte de la baraja que la vicepresidenta mezcla y mezcla sin decidirse aún por su carta ganadora, es Axel Kicillof. El gobernador sigue a toda marcha en su campaña provincial, que quisiera no tener que abandonar, pero será orgánico a lo que decida su conductora política, como se encarga de remarcar su entorno permanentemente. Hasta ahora los pedidos porque sea el candidato a presidente llegan por parte de Máximo Kirchner, con quien Kicillof mantiene tensiones hace tiempo y a quien no reconoce como la conducción que sí asume en CFK. 

Fractura expuesta y exigencia de lealtad

La vicepresidenta se quedará en El Calafate durante el fin de semana largo, y la posibilidad de que el teléfono de Kicillof suene con su número sigue abierta. El gobernador ya recibió una directiva en contra de su voluntad por parte de la vice desde el sur, y tuvo que acatarla a desgano. Fue cuando, tras la derrota en las PASO del 2021, CFK lo convocó al sur para decirle que debía abrir su gabinete a los intendentes del PJ, sacrificando a su mano derecha Carlos Bianco, quien hasta entonces fuera su Jefe de Gabinete, entre otros cambios. En ese lugar entró Martín Insaurralde, principal aliado bonaerense de Máximo Kirchner, que venía empujando esos cambios en la estructura del gobierno bonaerense y que no logró imponer hasta la intervención de su madre en la disputa.

Hoy CFK levantó sutilmente a Kicillof. “Cuando se discutió en la cámara de diputados si se le pagaba  o no a los fondos buitres, fue el diputado Axel Kicillof el que advirtió que íbamos a terminar en el Fondo Monetario Internacional, y ahora estamos acá” afirmó. Con la centralidad que la cuestión del FMI tiene para la vicepresidenta, problema para el que pidió un diálogo entre todas las fuerzas políticas, la referencia a Kicillof no es secundaria. Por otro lado, el gobernador bonaerense fue el único de los presidenciables en danza que CFK nombró en su discurso.

Inclinada por una candidatura única, la vicepresidenta no fue terminante en ninguna definición con respecto a las PASO. Solamente mencionó el tema a la pasada y para criticar la injerencia de Alberto Fernández en La Rioja, diferenciándose de esa actitud al afirmar que cuando ella era presidente se concentraba en gobernar y que nunca se le hubiera ocurrido generar una tensión interna como la que le adjudicó a la actitud de Fernández. 

Así, la rosca en el oficialismo seguirá a toda máquina en los próximos días, y se espera que las definiciones lleguen antes del plazo del 24 de junio. Con las PASO como un escenario prácticamente definido, ya con pisos aceptados en el distrito central de la PBA, hoy por hoy la discusión central pasa por si las listas deberán ser completas para cada alternativa que se presente o los cargos municipales y legislativos de las provincias podrán ir colgados de las distintas opciones. Allí se juega la última resistencia del kirchnerismo a las intenciones del sector de Alberto Fernández, que encabezan Scioli y Tolosa Paz. No pareciera ser una discusión que se vaya a resolver sin tensiones, que crecen en el oficialismo a medida que se acerca el 24 de junio.