No hay respuesta para los trabajadores, pero sí hay una orden directa: no protesten. Eso dejó claro el Gobierno de Javier Milei con la conciliación obligatoria que dictó este miércoles de cara al paro estipulado para mañana en el Hospital Garrahan. Mientras el emblemático centro médico atraviesa una crisis histórica y el personal reclama por la largamente demorada actualización salarial, el Ejecutivo jugó sus cartas y, lejos de oír el pedido, simplemente levantó la medida de fuerza.

La disposición lleva la firma de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello y su vigencia conlleva la imposibilidad de realizar cualquier paro con cese de actividades en el hospital durante 15 días, que es el período por el que se extiende la conciliación obligatoria. El detalle del dictamen exige al establecimiento pediátrico “retrotraer la situación a la existente con anterioridad al inicio del conflicto y por el plazo de duración del presente procedimiento conciliatorio”.

De este modo quedó oficialmente suspendido el paro pautado por los trabajadores del Garrahan para este jueves, día para el que planificaban una movilización al Ministerio de Salud de la Nación para protestar contra el desfinanciamiento del centro médico y pedir por una justa recomposición salarial ante la pérdida de poder adquisitivo. Cabe destacar que la medida de fuerza no era total, ya que contemplaba la prestación de los servicios de atención de emergencias.

En tanto, a la par de la conciliación obligatoria el Gobierno también intimó a los gremios de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y a la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan a “dejar sin efecto toda medida de acción directa que estuviesen implementando y/o tuvieran previsto implementar” durante los mencionados 15 días, período en el que deberán “prestar servicios de manera normal y habitual”. En la escena política, el ministro de Economía Luis Caputo ya recibió hoy una dura advertencia: “Vas a terminar preso”.