“Les propongo decidir entre todos”, fue el disparador del discurso de Alberto Fernández en el marco de la 25º Conferencia de la Unión Industrial Argentina, quien se presentó ante el empresariado nacional para mostrar su perspectiva de gestión para ese sector. Con un discurso de amplitud y moderación, Fernández llamó a un “consejo social” para trabajar en conjunto.

Ponernos de pie, pero no bajo latigazos de un presidente. Convicción ante todo. Abro este juego sin límites porque yo creo en la política de puertas abiertas. No me importa qué votaron ni ustedes, ni cada argentino. Busco el mismo horizonte que todos los argentinos”, resaltó Fernández, quien tomó la palabra en el evento donde se espera que también confluya el actual jefe de Estado, Mauricio Macri.

“El desarrollo de la industria es una política de estado, las mejores sociedades son las que cuidan el trabajo en blanco, el trabajo industrial. No es así aunque nos quiera hacer creer otra cosa. Es el trabajo más seguro”, sostuvo el presidente electo”, dijo Fernández y agregó: “No podemos renunciar al progreso. Pero no podemos dejar abandonada a la gente castigada, que vivan al costado del camino de las dádivas del Estado. No podemos resolver este problema tirando 20 millones de personas por la ventana”.

En tanto, en un intento por recomponer relaciones con el sector empresarial y el peronismo, el mandatario electo resaltó que “no alcanza un presidente o una vicepresidente”, y agregó: “Para esto, hace falta el compromiso de cada uno de nosotros. Hay que contribuir al desarrollo de las PYME”.

Debemos revisar cuál es la lógica de funcionamiento paritario en el interior y en las grandes empresas. Esto lo hablé con mis amigos de la CGT. Son problemas del argentino en general, no solo de sindicalistas y empresarios”, indicó Fernández y añadió:

“Lo voy a hacer con ustedes y con millones de argentinos que se cansaron de este tiempo, donde se empobrecieron. Acá nadie ganó, todos perdieron. Ni los bancos salieron favorecidos”.

En ese sentido, sentó definiciones sobre las políticas financieras y productivas que prepara para la gestión entrante. “No quiero hacerle quitas a nadie, no quiero dejar de pagar lo que debemos. Sé que esta ridícula deuda la tomó un gobierno democrático. El resto del mundo no tiene la culpa. Pero esta vez, no la van a pagar los que trabajan y los que producen empleo”, dijo Fernández y agregó: “Es un desafío que tenemos a nivel global. Que nadie entienda lo que digo como el deseo de vivir a puertas cerradas o de parar importaciones. Pero que sepan que no voy a traer zapatillas de China o bicicletas de Corea y que nuestros empresarios se caigan”.