Frigerio reclamó "altura" a la clase política y consideró que "estamos cerca del 'que se vayan todos'"
El ex ministro del Interior en la gestión de Mauricio Macri manifestó que "no tiene sentido que los políticos se echen la culpa unos a otros"
El ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio, se muestra como un actor ajeno de lo que ocurrió en la Argentina en los últimos años y asegura que el país va rumbo a una situación "parecida al 2001". Luego, al igual que todo el arco político, repudió las declaraciones de Eduardo Duhalde quien se refirió a un posible "golpe de Estado" que imposibilite las elecciones legislativas del año próximo.
Sobre los dichos de Duhalde respecto a que el año que viene "no va a haber elecciones", Frigerio manifestó: "Por supuesto no estoy para nada de acuerdo". Aunque sí consideró que "esta situación es parecida al 2001, en términos de la caída del nivel de la actividad probablemente sea peor, y también en el cansancio de la gente respecto de la dirigencia política".
"Sí, estamos cerca del 'que se vayan todos', si no se ponen a la altura de las circunstancias", respondió Frigerio sobre las declaraciones de Duhalde durante el ciclo a Mesa Chica, emitido por LN+.
El ex funcionario macrista alertó que "la política se está alejando mucho de la gente", y reclamó: "Si el Presidente entendiera lo que está viviendo hoy la familia argentina, el nivel de incertidumbre, el miedo, no solo por la salud sino también por si va a tener empleo, ingresos, si los hijos van a poder volver al colegio alguna vez, no estaría diciendo esto con este nivel de agresividad, ni tirándose piedras".
"No tiene sentido que los políticos se echen la culpa unos a los otros. En 50 años ninguna facción política ha podido mejorarle la vida a la gente. Por más que uno pueda defender la gestión del último gobierno en muchos aspectos, al final del día la gente no vive mejor hoy que hace cinco años, y en parte somos responsables nosotros también", señaló.
Sobre los cruces entre Fernández y Macri, Frigerio consideró que "lo que está esperando la ciudadanía no es que los políticos se peleen entre ellos, sino que se pongan de acuerdo, que se sienten en una mesa sin cabecera y discutan los problemas de la gente, que no son la reforma judicial, pasan por otro lado".
"La grieta es una tremenda restricción para el desarrollo y el progreso del país. Unir a los argentinos no quiere decir que todos pensemos lo mismo, ni que tengamos los mismos valores, sino unirnos en pos de un objetivo. Para sentarse a discutir con el que piensa distinto hay que tener coraje, ahora que se habla de tibios, moderados, valientes", manifestó.