El triunfo político fue rotundo. Sergio Massa no sólo logró este martes una ley que encamina a concretar una de sus líneas políticas más longevas, aquella frase que logró instalar en el discurso de varios diputados y diputadas en estos días y que versa que el salario no es ganancia. Tampoco consiguió solamente encaminar un alivio que pesará en lo económico para una minoría de trabajadores pero que en lo simbólico lo catapultó al éxito del centro de la agenda. Junto a todo eso, el ministro candidato clavó un puñal en la grieta interna de Juntos por el cambio, consolidó la polarización con Javier Milei como la únicas dos alternativas electorales con aspiraciones reales, y comenzó a prefigurar un marco de alianzas posible de cara al balotaje con el que hoy sueña todo Unión por la Patria. Ganancia total, por nocaut.

Massa trasladó la campaña al Congreso y la apuesta fue más que redituable. Cuando la dinámica de una ametralladora de medidas desde el Ministerio de Economía comenzaba, de mínima, a perder efectividad por lo reiterativo, el traslado del partido a la cancha legislativa fue un gran acierto del ministro. Lo que podría haber sido solamente la elevación del piso de ganancias, una medida del Ejecutivo que Massa ya utilizó un par veces antes, terminó convirtiéndose en una nacionalización de la discusión que copó la totalidad de la agenda y obligó a posicionarse a todos los actores con mucha más profundidad que una declaración en medios o en redes.

El principal saldo de ello, junto con el crecimiento de su propia imagen, fue dejar totalmente desdibujada a la coalición de JxC, que una vez más expuso sus fracturas y la carencia de liderazgos y líneas comunes que unifiquen. La candidata a presidenta, Patricia Bullrich, no pudo ordenar ni a su tropa propia en el momento en el que pretende resurgir para mostrarse como la alternativa al peronismo.

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DIVIDE Y REINARÁS

La muñeca de Massa con el radicalismo fue un elemento clave. El ministro candidato rosqueó con Emiliano Yacobitti, líder junto a Martín Lousteau de Evolución, la inclusión de otros proyectos en la agenda para que sus diputados garantizaran el quórum. Uno de ellos, era el de crear la Universidad de Río Tercero, promovido por Gabriela Brower de Koning, diputada del espacio radical. Justamente Brower de Koning y Yacobitti, junto a Danya Tavela y Marcela Antola fueron los cuatro diputados de los 12 integrantes del Bloque de Evolución que se sentaron en sus bancas al momento de dar quórum, cuando el rechazo a la sesión aparecía como la primera estrategia de contención de JxC para evitar un triunfo político de Massa.

La cuestión es aún más pintoresca si se pone sobre la mesa que el quórum ya estaba garantizado por los propios diputados de UP y otras alianzas, como las que el oficialismo construyó con partidos provinciales, la izquierda y hasta La Libertad Avanza. A las 13:17, momento del quórum, los cuatro radicales díscolos ocupaban sus bancas al igual que Milei, Victoria Villarruel y Carolina Píparo.

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El gesto político, innecesario para la aspiración de UP de alcanzar el quórum, le valió a ese sector del radicalismo las críticas del propio Mauricio Macri. “El populismo es muy contagioso, ¿qué querés que te diga?” respondió el ex presidente desde Córdoba ante una consulta sobre la actitud de los diputados radicales. El dardo no tardó en generar respuestas de Evolución. Yacobitti disparó contra Macri: “se tiene que fijar si el populista no es él”, dijo en referencia a que el líder del PRO prometió en campaña eliminar el impuesto a las ganancias y no solo no cumplió, sino que terminó su mandato duplicando la cantidad de trabajadores que lo pagaban.

Gabriela Brouwer de Koning y Danya Tavela también salieron a cruzar a Macri. La diputada cordobesa insistió en que el quórum ya estaba garantizado sin las presencias de Evolución, y lanzó “hablar de quórum o no quórum cuando se está votando algo tan importante para mi ciudad es una falta de respeto”, en relación a su proyecto para instalar una universidad en Río Tercero. La bonaerense, por su parte, fue tajante contra el ex presidente: “habría que preguntarle al expresidente Macri cómo se siente en Juntos por el Cambio. Nosotros no tenemos ninguna dificultad en el espacio”.

Otro dato curioso es que los diputados y diputadas de Evolución finalmente terminaron votando en contra del proyecto de Massa para eliminar la cuarta categoría de ganancias y dejar fijado por ley un piso nuevo y más alto. Semejantes cruces y escándalos públicos por un quórum que ya estaba garantizado y un voto que no se alejó de la línea planteada por el PRO, parecen demasiado en medio de la campaña. En realidad, de fondo, se esconde una disputa entre la UCR y el PRO por la conducción de JxC, y una pelea intestina del partido centenario por la renovación de sus autoridades. Evolución mantiene una tensa puja con sectores tradicionales del radicalismo, que se expresa recurrentemente y que crecerá una vez terminado el proceso electoral.

Junto al quórum, la otra polémica en la que quedó embarrado JxC fueron las abstenciones en la votación. Bullrich había declarado horas antes de la sesión que la postura de la coalición sería abstenerse, intentando no quedar deslegitimada frente a una medida de evidente beneficio para buena parte de su electorado. Sin embargo, la pata legislativa de JxC inclinó la decisión hacia un voto negativo, deslegitimando a su candidata a presidenta. Lo peor de todo fue que igualmente seis diputados de la UCR, otros seis del PRO y uno de la Coalición Cívica se ausentaron del momento de la votación para no tener que votar en contra. Entre ellos, varios nombres pesados como María Eugenia Vidal, Federico Angelini y Ricardo López Murphy del PRO, o Facundo Manes de la UCR.

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GOBERNADORES AMASSADOS

Massa logró también el apoyo de diputados que reportan a los gobernadores de fuerzas provinciales, un actor que será muy importante en el mapa de poder que viene en el país. Por ejemplo, votaron a favor del proyecto los dos diputados del Frente de la Concordia Misionero y los dos de Juntos Somos Rio Negro. Alberto Weretilnek y Oscar Herrera Ahuad jugaron en esta para Massa.

También el ministro candidato se llevó el apoyo o al menos la abstención de los gobernadores electos que aún están en la Cámara Baja. Es el caso de Rolando Figueroa, de Neuquén, y Claudio Vidal, de Santa Cruz, que votaron a favor de la medida. Figueroa destronó al MPN en su provincia tras 60 años de hegemonía, y la primera reunión importante que mantuvo días después fue con el ministro de Economía. Vidal, por su parte, venció al kirchnerismo en su casa matriz luego de 32 años de gobierno ininterrumpido y apoyo a la medida también tiene que ver con su condición de líder sindical de los trabajadores petroleros, un sector directamente impactado por la modificación impulsada por Massa.

Las ausencias resultaron quizás más pesadas que los votos a favor. Al momento de emitir el voto, tanto el gobernador electo de San Juan, Humberto Orrego, como el de San Luis, Claudio Poggi, se ausentaron del recinto para no votar en contra ni abstenerse. Ambos diputados metieron sendos batacazos en sus provincias destronando inesperadamente al peronismo, y en ambos casos tuvieron un fuerte apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, a quien los dos tuvieron como su candidato a presidente hasta el 13 de agosto. Cómo leer el gesto de su ausentismo en la votación, así como también el apoyo de Figueroa y Vidal, es una clave para pensar el reordenamiento de posiciones post 22 de octubre.

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CÓRDOBA, POLARIZACIÓN Y BALOTAJE

Otro gran punto de Massa en su jugada parlamentaria fue meter cuña en el peronismo cordobés y el interbloque Federal, actor determinante que tiene la capacidad de inclinar la balanza en caso que quede muy pareja entre dos opciones de gobierno el 22-O. Natalia De La Sota, hija del fundador del cordobecismo, votó a favor de la medida impulsada por el ministro y a contramano de la postura de Juan Schiaretti, que sí respetaron los cordobeses Carlos Gutierrez e Ignacio García Aresca. En el interbloque, junto con De La Sota, apoyaron a Massa Alejandro "Topo" Rodríguez y Graciela Camaño, mientras que Florencio Randazzo votó en contra. Otra vez, el candidato metió la cuchara en un sector con el que tiene afinidad y que tendrá que definirse en caso de una hipotética segunda vuelta.

Massa también cosechó los votos afirmativos de los dos diputados socialistas de Santa Fe, Mónica Fein y Enrique Estévez. A su vez, los cuatro diputados de la izquierda, Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Alejandro Vilca y Romina Del Plá también acompañaron el proyecto del ministro.

A esa cuenta hay que sumar los votos de Milei, Villarruel y Píparo, que se plegaron al voto positivo y generaron los más variados pasos de comedia en Juntos por el Cambio, cuya única línea política además de tildar a la medida de inflacionaria fue denunciar un supuesto pacto entre Massa y Milei. A destiempo político, la oposición macrista y radical no hizo más que reforzar el escenario de polarización que el ministro candidato de UP también buscó consolidar con su movida de enviar el proyecto de ley al Congreso. Mientras que JxC se mostró dividido, confundido, sin una línea unificada y sin una capacidad propositiva, La Libertad Avanza se solidificó en la cúspide de la discusión como actor principal y Unión por la Patria ganó la agenda, construyó un marco de alianzas amplio para la aprobación de una medida de impacto económico directo en la sociedad, y reforzó la idea de los dos modelos de país en disputa en la que está de un lado el peronismo y del otro los libertarios.

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En ese contexto, lo interesante del movimiento de Massa es su posible proyección hacia un escenario de balotaje. Si bien el apoyo a una medida como la de ganancias no es trasladable al de una candidatura presidencial, cabe la pregunta de cuántos de los sectores a los que el ministro candidato logró alinear para sacar adelante su proyecto podrán también inclinarse por él en un mano a mano contra Javier Milei.

La lógica indica que varios de esos apoyos podrían repetirse en ese contexto. El socialismo y el radicalismo tienen concepciones ideológicas totalmente antagónicas a las posturas extremistas que bordean lo antidemocrático que expresa Milei. Las fuerzas provinciales ya vienen construyendo una aceitada relación con Massa en su rol de ministro, obteniendo importantes beneficios como, por ejemplo, la suspensión de las retenciones a las economías regionales. El cordobecismo tiene una tradición de acuerdos con Massa, con quien José Manuel De La Sota compitió en las PASO 2015 y a quien acompañó como candidato presidencial luego de ser derrotado. La lógica y la política argentina no son necesariamente conceptos muy compatibles, pero las proyecciones abren la puerta a un marco de alianzas más que interesante para el candidato de UP si logra acceder al balotaje.

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Massa tuvo ganancias por KO. Ganó con la porción de la sociedad a la que la medida beneficiará directamente en términos económicos, ganó simbólicamente con una iniciativa de reducción de impuestos que promueve hace una década y pudo cumplir. Ganó políticamente dividiendo al sector de la oposición con el que disputa una entrada al balotaje, y alineando un más que interesante variopinto de actores pensando en los apoyos para una hipotética segunda vuelta. A un mes de las elecciones generales, el desafío del ministro candidato será mantenerse en el centro de la agenda con medidas redistributivas y de impacto directo en la población, marcando los modelos de país en disputa y su polarización con Javier Milei. Como el propio Massa expresara a Diagonales a la salida del palco desde el que presenció la votación junto a la cúpula de la CGT, fue un buen “primer paso”.