Gases, represión y heridos: Otro operativo desproporcionado de la Policía contra los jubilados
Los manifestantes en el centro porteño fueron agredidos por las fuerzas de seguridad pese a encontrarse sobre la plaza. Hay ancianos y periodistas lastimados. La historia de cada miércoles.
Gases, golpes, escudazos, empujones y acordonamiento: la Policía desplegó todo su arsenal en pos de la represión este miércoles en otra marcha de los jubilados que, como cada semana, fue atacada con un operativo sumamente desproporcionado a cargo de las fuerzas de seguridad. La multitud a las afueras del Congreso fue agredida incluso sobre la plaza y varios manifestantes resultaron heridos, entre ellos ancianos y periodistas. La “mano dura” de Patricia Bullrich en acción.
La imagen de la tarde fue la tristemente usual: un feroz, violento y completamente exagerado despliegue ordenado por la Ministra de Seguridad se desquitó contra los jubilados, manifestantes y periodistas presentes en el centro porteño. Desde las 16 y durante varias horas, los uniformados avanzaron sobre la movilización aunque se desarrollaba de modo pacífico y con la multitud asentada en la Plaza de los Dos Congresos – es decir, sin romper el “Protocolo Antipiquetes” diseñado por el Gobierno de Javier Milei.
Pese a ello, la Policía agredió a los manifestantes con gases, golpes, escudazos y empujones y generó disturbios, corridas y un clima de tensión creciente. Como era previsible, tanto jubilados como periodistas sufrieron la represión y debieron ser atendidos en el lugar por el personal médico voluntario presente. Entre las víctimas del accionar de las fuerzas, por caso, se encontró el fotógrafo Antonio Becerra, aquel que capturó una imagen del asesor Santiago Caputo y recibió por su labor una escandalosa amenaza institucional del poderoso “Mago del Kremlin”.
En tanto, otra de las postales de la jornada se dio en la plaza cuando, al grito de “evacuemos, evacuemos”, un grupo de médicos huyó del sitio en el que prestaba auxilio porque la Policía comenzó a asediar el lugar para dispersar a la multitud. Más tarde, el padre Francisco “Paco” Olveira, habitué de las marchas y frecuente víctima en primera persona de la represión, señaló a los medios presentes: “A Milei le sirve pegarle a los jubilados. Este Gobierno es fascista y no permite que nadie piense diferente”.