La tradicional marcha de los miércoles en Congreso se tiñó otra vez de violencia y tensión por órdenes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Esta tarde la Policía agredió a un grupo de manifestantes que protestaba en la previa de la convocatoria principal: en ese cruce, los efectivos revolearon al piso a un jubilado que casi se golpeó la cabeza contra el cordón. Cuando lo atendieron de urgencia, los médicos constataron que el duro ataque le rompió un brazo. Una muestra más del brutal “protocolo antipiquetes” del Gobierno Nacional.

X de Diagonales

Si bien la protesta más importante en las inmediaciones del Congreso estaba pautada para más tarde, este martes al dar las 14 comenzaron a llegar al centro porteño varios grupos de jubilados para reclamar por mejores haberes y pedir por el cumplimiento de las leyes sancionadas por el Poder Legislativo y suspendidas por el Gobierno. La aparición de estos primeros manifestantes movilizó a la Policía, que, cumpliendo órdenes de Bullrich, desplegó su cruel operativo represivo.

Es en ese marco que las fuerzas federales intervinieron y acorralaron a un grupo de no más de 30 personas que caminaba por la vereda y bajaba a la calle con pancartas y banderas únicamente cuando el semáforo cambiaba a rojo y el tránsito se detenía. Aunque nada de ello implicaba una violación al protocolo antipiquetes, los efectivos avanzaron con empujones y zarandeos contra la gente y ante la vista de varios canales que reportaban en vivo.

Entonces, de un momento a otro, la Policía revoleó al piso a un jubilado que caminaba pacíficamente a pocos metros de uno de los ingresos al Congreso. El hombre estuvo a punto de golpear su cabeza contra el cordón, pero afortunadamente cayó sobre la vereda; sin embargo, debió recibir atención de inmediato ya que aquejaba un fuerte dolor en el brazo. Los estudios confirmaron que el brutal ataque de los agentes le provocó una fractura.

El jubilado, vendado, revela su diagnóstico: “Me fracturaron. Posiblemente me tengan que operar”.

En diálogo con Revista Crítica, el jubilado contó que podría necesitar una cirugía y reveló cómo vivió el momento: “Me tiró la Policía. Yo venía al costado de la calle. Me agarraron entre dos o tres, no sé bien entre cuántos, y me tiraron como un misil, volé como un misil. Se han ensañado con los viejos. Lo que me dijeron en el Hospital Ramos Mejía es que posiblemente me tienen que operar, tengo una fractura, me duele mucho”. Además, mencionó que va a denunciar a sus agresores.