Los tiempos cambian y las relaciones exteriores y con los oganismos internacionales no están ajenas. En un volantazo en política económica internacional, el Fondo Monetario Intermacional (FMI) regresará al país a auditar las cuentas de la Nación.

El FMI hace diez años que no hacía esta tarea, ya que el anterior gobierno mantenía una enemistad manifiesta con el organismo, que promovió recetas económicas basadas en el ajuste y las cuales denunciaban que eran contra el pueblo. Tras el pago de la deuda al FMI, el por entonces presidente Néstor Kirchner decidió suspender las visitas.

La misión será encabezará por el encargado del FMI para la Argentina, Roberto Cardarelli, y su trabajo se extenderá hasta el 30 de septiembre, momento para el cual se espera también la presencia en el país del auditor regional del Fondo, Alejandro Werner.

Según informó Telam, durante los 12 días de permanencia, los auditores dialogarán con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger; el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay; y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El gobierno se muestra confiado en que haya una mejora en las condiciones impuestas por el Club de París, donde Argentina negoció el pago de la deuda en mora, que se estableció en u$s 9.690 millones, de los cuales u$s 4.955 millones corresponden a capital, otros u$s 1.102 millones a intereses y u$s 3.633 millones se adjudicaron a intereses punitorios, y también con otros organismos.