Indignante: La Policía atacó a golpes al Padre Paco en la marcha por los jubilados
El sacerdote fue agredido por los efectivos por participar de la movilización contra el Gobierno. Le rompieron la ceja y debió ser atendido en el momento. La violencia del Protocolo Antipiquetes.
Mientras el Senado de la Nación debate el proyecto de “Ficha Limpia” y se niega a pedir explicaciones al entorno del Presidente por la criptomoneda $LIBRA, afuera del Congreso se vive, como todos los miércoles, la crueldad de la “Doctrina Bullrich”: con el aval de la Ministra de Seguridad, esta tarde la Policía atacó a golpes al Padre Paco, le provocó un grave corte en la cara y lo detuvo por participar de la marcha de los jubilados contra el Gobierno Nacional. Violencia, represión y una noticia tristemente común y corriente.
Ancianos y abuelos, periodistas, fotógrafos, manifestantes generales e incluso curas: todos ellos sufrieron hoy la brutalidad del modelo Bullrich que cada semana se desquita contra una multitud en los alrededores del Congreso. Hoy, una de las peores partes se la llevó nada menos que el Padre Francisco “Paco” Olveira, un reconocido obispo y activista por los más vulnerables que frecuenta las movilizaciones de esta índole y acompaña a quienes más sufren. Y la Policía le rompió la cara.
Las imágenes captadas por medios y particulares presentes en la escena muestran cómo el Padre Paco fue golpeado y detenido en medio del lío represivo generado por las fuerzas. Según contó a C5N, el cura estaba rodeando la manzana del Parlamento cuando los agentes comenzaron a avanzar contra una jubilada y la tiraron al piso. En ese momento, él intentó interceder para ayudarla, pero los efectivos lo comenzaron a golpear con los escudos y le provocaron un corte profuso justo encima del ojo.
El Padre Paco no solo debió recibir asistencia médica en el momento por la gravedad de la herida, sino que además fue rodeado y detenido temporalmente por las fuerzas de seguridad de Bullrich. “Dicen que tienen filmaciones de que estaba golpeando a la Policía. Lo que estaba haciendo era parando los escudos, fue un escudo el que me rompió la ceja”, expresó tras el hecho, y concluyó humildemente: “Estoy bien, estoy bien. Acá los que están mal son los jubilados. El cura no importa, la verdad”.
Foto de portada por Rodrigo Ruiz