Finalmente, luego de varios días de crisis y fuego cruzado, el presidente Alberto Fernández adelantó que tal como se lo exigió un sector del Frente de Todos, liderado por Cristina Fernández de Kirchner, modificará su gabinete. Con estos cambios, el jefe de Estado espera poner paños fríos a la interna que fue sumando cada vez más capítulos con el correr de los días y que estuvo cerca de convertirse en una crisis institucional.

Este viernes, luego de la carta de Cristina Fernández de Kirchner donde la vicepresidenta hizo públicas duras críticas hacia el mandatario de la Nación, Fernández aseguró que ya está encaminado hacia una renovación en el Gabinete que pondrá “fin a la discusión”. Lo cierto es que ahora el Presidente debe encontrar un equilibrio que le permita tender puentes con el kirchnerismo, resignando alguno o algunos de sus funcionarios, pero que al mismo tiempo no debiliten su figura por completo.

Es que la figura del jefe de Estado ha tenido un impacto negativo muy fuerte en el último tiempo, especialmente después de las elecciones del domingo pasado. Ese mismo día, fue el propio Fernández el que salió a admitir la derrota y desde el kirchnerismo le endilgaron la responsabilidad de esos resultados.

A comienzos de la semana el Presidente y la vicepresidenta mantuvieron una reunión en Casa Rosada, donde Cristina Fernández le planteó la necesidad de cambiar algunos funcionarios del Gabinete. Fernández no se opuso a esta idea, pero sostuvo que ello debía hacerse después de los comicios generales de noviembre y no antes. Ese fue el momento en el que estalló el conflicto que fue escalando de ahí en adelante.

"Los funcionarios que no funcionan" ya eran un problema viejo que se venía acarreando en el Frente de Todos. Era vox populi que varios ministros no eran aprobados por la vicepresidenta como es el caso de Martín Guzmán, Matías Kulfas y Santiago Cafiero, por ejemplo, todos hombres de suma confianza del jefe de Estado. Sin embargo, después de la derrota electoral, los cuestionamientos se hicieron cada vez más fuertes.

Por ello, no fue casual que luego de la reunión entre Fernández y Cristina Kirchner, el mandatario brindara una conferencia de prensa junto al ministro de Economía Martín Guzmán; fue un acto de respaldo a sus funcionarios. Este acto simbólico desató la furia de la ex presidenta y el kirchnerismo que desembocó en la presentación de renuncias masivas por parte de varios funcionarios nacionales.

El primero en hacer pública su dimisión, fue el ministro del Interior, Eduardo 'Wado' de Pedro, un hombre del corazón de La Cámpora pero que tenía muy buena relación con el Presidente. Por eso, su renuncia fue un baldazo de agua fría para Alberto Fernández, quien además se enteró por los medios de comunicación.

Tras la presentación de la renuncia de Wado de Pedro, le siguieron la de diez funcionarios más: Juan Cabandié, Tristán Bauer, Roberto Salvarezza, Martín Soria, Luana Volnovich, Fernanda Raverta, Pablo Ceriani, Martín Sabatella, Victoria Donda y Paula Español; todos ellos fieles a Cristina Fernández de Kirchner.

Mientras el Presidente analizaba si aceptaba o no alguna de las renuncias y mantenía reuniones con los funcionarios de su confianza, se conocieron los audios lapidarios de la diputada ultra kirchnerista Fernanda Vallejos tratando de "inquilino" y "okupa" a Alberto Fernández. El ambiente estaba cada vez más caldeado y las diferencias internas del Frente de Todos, estaban a flor de piel cuando apareció la carta de Cristina Fernández de Kirchner.

En un texto titulado "Como siempre, sinceramente", la presidenta del Senado aseguró que ella sabía que iban a perder las elecciones y que se lo había adelantado al jefe de Estado, pero que no fue oída. "Fui, soy y seré peronista. Por eso pensaba que no podíamos ganar. Y se lo decía no sólo al Presidente. Muchos compañeros y muchas compañeras escucharon mis temores", expresó.

Como ya lo venían haciendo diferentes funcionarios, legisladores y dirigentes kirchneristas, la vicepresidenta dejó en claro que piensa que  remarcó que la "derrota electoral en elecciones legislativas sin precedentes" fue responsabilidad de Alberto Fernández y sus decisiones de gobierno. "Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a Presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión… pero por sobre todas las cosas, tomando sus palabras y convicciones también, lo que es más importante que nada: que honre la voluntad del pueblo argentino", escribió.

A partir de estas palabras, Alberto Fernández tenía dos opciones, patear el tablero y romper el Frente de Todos, o intentar llegar a un acuerdo. Esta mañana, el Presidente cedió ante las presiones de su propia fuerza política y decidió sentarse a negociar un Gabinete "equilibrado" y consensuado.

Mientras se siguen evaluando ministros, reemplazos, renuncias y continuidades, todo parece indicar que hay una certeza: tanto 'Wado' de Pedro como Santiago Cafiero no seguirían en el Gabinete. De esta manera, tanto Cristina Kirchner como Alberto Fernández sacrificarían cada uno a uno de sus soldados. Sin embargo, todavía no se sabe por quién serían reemplazados.

A su vez, el mandatario también podría aceptar la renuncia de Juan Cabandié (Medio Ambiente), pero mantendría en sus cargos a Luana Volnovich (PAMI) y Fernanda Raverta (ANSES) y Martín Soria (Justicia).

Por otro lado, el Presidente conservaría a la mayoría de  sus funcionarios como lo son el secretario General Julio Vitobello; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; Martín Guzmán, en Economía; además de los titulares de Salud, Carla Vizzotti; de Obras y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta y Turismo y Deportes, Matías Lammens.

Hasta ahora, todo está en veremos y en plenas negociaciones. Dirigentes como Aníbal Fernández, gobernadores como Sergio Uñac y Juan Manzur, han mantenido reuniones con el Presidente y sus nombres se habían barajado para algún cargo, sin embargo, nada está definido. Se espera que en las próximas horas, o a más tardar el lunes, Alberto Fernández anuncie los cambios de Gabinete, que incluso podrían ser provisorios hasta noviembre.