El expresidente de la Nación Mauricio Macri fue el encargado de cerrar la lista de oradores que brindaron su palabra en el búnker de Juntos por el Cambio (JxC) en Parque Norte cuando se conoció que Patricia Bullrich había vencido a Horacio Rodríguez Larreta en la interna y que su socia quedó segunda de Javier Milei tras las primarias del 13 de agosto. En esa oportunidad, Macri, de muy buena relación con el líder de La Libertad Avanza (LLA), fue directo al grano: “Ahora empieza otro partido”, en relación a la nueva estrategia que su fuerza debería diseñar para alcanzar el balotaje el 22 de octubre en la primera vuelta presidencial.

Quien parece haber tomado más nota fue su aliado “externo” Milei, que aplicó, como hizo Macri con la deuda pública en pesos durante el final de su mandato en 2019, un “reperfilamiento”. Este mismo concepto sintetiza la nueva cara que busca mostrar el economista de la escuela austriaca en sus últimas apariciones. Y lo que no llega a suavizar Milei, entrampado en la definiciones “sin retorno” de ese pasado nada lejano de hace semanas, lo hace el resto de su tropa.

Su objetivo es claro: captar al electorado más moderado, de centro, que en las PASO se inclinó por Larreta y que no votaría a su variante más similar de Unión por la Patria (UP) Sergio Massa, pero que tampoco se inclinaría por una referente más radicalizada en su mismo espacio como Bullrich. La otra misión será cautivar a quienes no fueron a las urnas en agosto, que son casi 1.440.000 electores menos que en las primarias presidenciales de 2019.  

Javier Milei reperfila su discurso para cautivar al electorado independiente

MILEI RELATIVIZA SUS PROPUESTAS “DELIRANTES”, PERO TAMBIEN LAS “DISCUTIBLES”

Consultado por Diagonales, el analista político y director de la consultora Opinión Pública Raúl Timerman aseguró que a Milei “cumple con los lineamientos básicos del “Teorema de Baglini”: esto significa que el grado de responsabilidad de sus propuestas es directamente proporcional y se incrementa de acuerdo a sus posibilidades de acceder al poder. Y divide las propuestas que el líder ultraconservador reiteró hasta las PASO en las que son “discutibles” y las “delirantes”.

Dentro del primer grupo de ideas, que para Timerman ahora se están “relativizando”, Milei acuñó para su campaña proselitista dos ideas medulares que supo manejar de manera eficiente: “dolarización” y “casta”. Ambas le permitieron activar una fibra sensible en un electorado golpeado fuertemente en su bolsillo, por varios años de deterioro en el nivel de ingresos, y que se sienten “abandonados” por la clase política tradicional, independientemente de su signo partidario.

En una entrevista que concedió a El País de España en julio, el candidato de LLA, planteó la posibilidad que tendría en una eventual presidencia suya de aplicar rápidamente la dolarización. “Nosotros si queremos dolarizar con el esquema básico ya lo podemos hacer. Tenemos los memorandos de entendimiento para hacerlo. ¿Es fácil? Recontrafácil”, planteó confiado cuando era todavía un candidato “antisistema” y no el principal aspirante para la presidencia.

Javier Milei reperfila su discurso para cautivar al electorado independiente

Nada más alejado de la cautela con la que se mueve ahora en sus declaraciones: “El ritmo en el que irá quedando dolarizada la economía va a depender de la gente”, señaló en las últimas horas en Radio Continental un Milei que ahora no dice que va a dolarizar en un día, sino que como plazos estimativos para completar este proceso habla de “16 meses” y en otras apariciones, de “dos años”. Incluso ahora coquetea con las bondades de la política económica de la convertibilidad porque, a diferencia de la dolarización, permite emitir pesos si se produce una corrida bancaria y garantiza “mayor grado de libertad”.

También quedan relativizados sus ataques a la “casta política”, luego de conocerse el armado de su equipo económico made in década del `90, con extensas carreras en el ámbito público, y que fueron pilares del modelo menemista, como Roque Fernández, Carlos Rodríguez y Darío Epstein. Y además se incluye de afinidades en esta nómina a empresarios “prebendarios”, como suele descalificar Milei, como Eduardo Eurnekian, uno de los hombres más poderosos de la Argentina.  

Con relación al futuro de los empleados públicos en la Argentina, el candidato de LLA había señalado que “el Estado está sobredimensionado” y que de cuatro millones había que pasar dos millones. Pero luego, consultado por Luis Majul, señaló que haría una “reasignación de tareas”.

Javier Milei reperfila su discurso para cautivar al electorado independiente

El economista también afirmó, en los temas de relaciones internacionales, que no negociaría con China porque son “comunistas”. Fue la eventual canciller de su espacio Diana Mondino, quien relativizó esta frase y aclaró que lo que no harían es aceptar firmar “acuerdos que no sean transparentes, oscuros, basados en el secretismo”, alusión al último viaje de Sergio Massa a ese país.   

Por el lado de sus dichos más “delirantes”, Milei se había declarado en favor de la libre portación de armas, cosa que debió retrotraer, afirmando que “ni siquiera figura en su plataforma”.  Y de pasar a querer “quemar” el Banco Central, la promesa se convirtió en eliminarlo cuando termine el esquema dolarizador, y que incendiar la entidad se trataba de una “metáfora”. Estas propuestas se dejaron atrás.

“Mi intuición me dice que Milei mueve hacia postura más racionales para mandar un mensaje al establishment, y de paso confunde a JxC, que contrataca al CEMA con la Fundación Mediterránea, como si los votos que se le escaparon pusieran atención a eso”, soltó a Diagonales Luis Tonelli, extitular de la carrera de Ciencia Política de la UBA

Dentro del equipo de Milei intentan cometer la menor cantidad de errores no forzados posibles y evitan ahora dar detalles técnicos sobre cómo sería su gestión en caso de acceder al poder. Los últimos exabruptos del referente sobre el cierre del CONICET trajeron más de un dolor de cabeza puertas adentro de LLA, y ahora las comunicaciones son más reducidas, cayendo en la lógica de la “política profesional” de resguardarse, como lo hacen las otras fuerzas de esta contienda electoral.

CÓMO RESPONDERÁ EL ELECTORADO ANTE ESTE GIRO DISCURSIVO DE MILEI

Jorge Giaccobe, analista político de Giacobbe & Asociados expresó a Diagonales que comparte la división que hizo Timerman entre los postulados “discutibles” y los “delirantes” de Milei. Teniendo en cuenta este replanteo de las posiciones de LLA, distinguió entre el escenario de campaña y lo que sería un posible desembarco de Mieli en el poder el 10 de diciembre.

Javier Milei reperfila su discurso para cautivar al electorado independiente

“Vemos que Milei tiene adentro al 30 por ciento que ya lo votó. A ese electorado, Milei le produce entusiasmo, una pulsión de ‘apocalipsis’, y de que todo colapse. Pero la incógnita es que se genera en la gente que no lo votó: si se trata de un estímulo inocuo, por lo que podría pescar ahí, o si les produce miedo. En este último caso, sería irrecuperable para él, porque no lo votarían jamás. Entre esas dos sensaciones se produce el eje principal del proceso de toma de decisiones que se viene”, reflexionó el consultor.

Pero también se arrimó a un escenario de Milei como presidente: “Ya está muy extendido y es sabido que las campañas presidenciales con promesas de tono psicopático, después conllevan en sí mismas su autodestrucción. Él tiene una serie de promesas explicitas, en base a lo que ha dicho, pero también hay promesas en el terreno de lo implícito. No hace falta que Milei las diga, si no que eso se construye en el receptor, que se basa en sus deseos y también en las carencias que hoy en día tiene. Se resume en: ‘este hombre va a venir y con su energía va a cambiar todo y solucionar todos los problemas’”.

Y remató: “eso es como creer en Papá Noel, sabes que no existe, pero funciona así. Milei debe matizar lo explícito y lo implícito porque si le toca gobernar no lo va a poder cumplir, y así perderá el permiso social, Cuando eso pasa, sos ֮‘boleta’”.

En esa misma línea, Timerman enfatizó: “Milei es, de alguna manera, la forma desactualizada de Carlos Menem. El slogan menemista ‘Siganme, no los voy a defraudar”, está implícito en LLA. La gente le cree o no le cree”.

Por su parte, Tonelli advirtió sobre la novedad en el escenario político que generó Milei tras quince años de confrontación entre el kirchnerismo y un antikirchnerismo basado en el movimiento que encabezó Mauricio Macri.

“Milei está en un extremo, pero por arriba de la configuración de la ‘grieta’, O sea, ha constituido una grieta contra la grieta. En la grieta cada polo está contra el otro. Pero ahora, el polo de él está en contra de los otros. Entonces los polos de la primera grieta no se pueden juntar contra él, como hicieron la izquierda y el centro contra (Marine) Le Pen en Francia. Es un temible ‘extremo centro’ que confundió a todos”, planteó.

Tonelli, al igual que sus colegas, no ve un escenario donde se revierta el voto que Milei acumuló en las PASO. “La población está votando un fenómeno exorbitante de autoridad. Y vemos a una Patricia Bullrich de ‘buenos modales’ que va hacia el centro. Pero ese centro no existe, como ya le pasó a Horacio Rodríguez Larreta”.

El analista piensa que el “descreimiento” hacia las opciones de centro también pueden hacer que Massa no llegue al balotaje y resumió con fuerza: “Ahora va a mandar el voto estratégico. Ahí están los que piensan que su candidato no va a parar al que más odian... y entonces pueden optar por Milei”.