El desembarco de Silvina Batakis al Ministerio de Economía no logra calmar el descontento social ni la crisis económica que atraviesa el país. A las protestas de las organizaciones sociales y las presiones de sectores kirchneristas para implementar políticas de redistribución del ingreso, ahora se suma -por primera vez- la CGT.

Hasta ahora la central obrera respaldaba incondicionalmente a Alberto Fernández y rechazó cualquier tipo de medida de fuerza en contra del Gobierno. Sin embargo, en las últimas horas, frente a los pronósticos de inflación para junio, julio y agosto, la cúpula de la CGT llegó a un acuerdo y convocará a una movilización para el mes de agosto tras la presión de las bases. 

Con el objetivo de realizar una marcha en contra de la inflación, las autoridades de la central obrera se reunirá mañana en la sede de UPCN para definir la fecha y modalidad de la protesta. 

Lo cierto es que, a diferencia de veces anteriores, el reclamo del sindicalismo no estará dirigido solo contra los empresarios formadores de precios, sino también contra el propio Gobierno, aunque descartaron realizar un paro.

Ayer, Pablo Moyano dejó claro que el malestar no es solo contra los empresarios. “Yo hablo con el Presidente y los ministros, pero no hay respuestas: la inflación sigue y se come el bolsillo de los laburantes", lanzó.

"Tengo una buena relación, hablamos, pero no me puedo juntar a hablar todos los días, no me puedo juntar para la foto, necesitamos respuestas”, agregó el líder de Camioneros.