Larreta tuvo su gran noche y se erigió este domingo como el principal candidato a presidente de la oposición de cara a 2023 gracias a la enorme elección que realizaron sus dos principales candidatos, María Eugenia Vidal en la Ciudad y Diego Santilli en la Provincia de Buenos Aires. Dos años después de la estrepitosa caída por más de 15 puntos en las PASO de 2019, que empezaron a ayectar a Mauricio Macri del poder y entronaron al Frente de Todos, la taba se dió vuelta (otra vez) y a la alianza entre el Pro, la UCR y la Coalición Cívica les tocó festejar, en una elección con números inesperados que pusieron al gobierno de Alberto Fernández contra el espejo de su propia realidad. 

Al jefe de Gobierno le alcanzó con no decir una sola palabra desde el escenario montado al aire libre en el predio de Costa Salguero, de espaldas al Río, y apenas mostrarse rodeado de quienes se impusieron en las urnas para dar el mensaje que necesitaba. Con el país pintado de amarillo, estaba claro anoche que la táctica de cruzar a Vidal y Santilli a ambos lados de la General Paz y resignar al núcleo duro (Mauricio Macri incluído) a un segundo plano, dio sus frutos

Fue Vidal, triunfante con casi el 33 por ciento de los votos (Juntos por el Cambio cosechó en terreno porteño 48 puntos, sumados los 11, 3 de Ricardo López Murphy y los 4 de Rodolfo Rubinstein), la encargada de explicar políticamente los resultados. “Esta noche algo empezó a cambiar”, dijo en lo que casi fue un Déjà vu  de los discursos triunfantes de 2015. 

La gran noche de Larreta

“Gracias a todos los que fueron a votar hoy y nos dieron una nueva oportunidad” fue quizás el momento más transparente de la ex gobernadora, con eje en el pasado reciente. Una interpretación posible, ensalzada por las sonrisas apabullantes y refrendada por los números concretos. “Gracias a los porteños que me recibieron con un abrazo”, siguió en la misma línea de legitimación, en este caso referida a su nueva mudanza de distrito. 

“Este voto también muestra una forma de gobernar y una forma de ser del gobierno de la Ciudad, un mérito de Horacio", siguió. Y no dejó a Macri, otro resucitado: “Gracias a Mauricio por ser el que empezó hace 14 años esa forma de gobernar”, cerró. 

En un tiro por elevación al Gobierno, dijo estar “más cerca del futuro que queremos”. “El mensaje de las urnas es que esto se empieza a terminar, lo saben ustedes, lo sé yo y lo sabe el kirchnerismo”, remarcó.  

Dentro del pabellón 4 de Costa Salguero, espacio histórico y caro a la simbología del Pro (la concesión del predio estuvo durante décadas en mano de la familia de la diputada Carmen Polledo) el clima fue mayormente de calma hasta las siete de la tarde, cuando se hicieron presentes Fernando Straface, jefe de campaña de Vidal, y Emmanuel Ferrario, primer candidato a legislador porteño. Fueron los primeros protagonistas en hacerse presentes en la misma geografía donde Cambiemos hizo de local en cada elección, la misma en la que Mauricio Macri se casó con Juliana Awada. Ambos ratificaron el bajo nivel de participación en la elección (no superó el 70 por ciento según la Cámara Nacional Electoral) y que, pase lo que pase, Ricardo López Murphy ocupará un lugar de privilegio en la boleta integrada para noviembre. 

Larreta llegó una hora más tarde, de la mano del propio Macri. Ambos se recluyeron y estuvieron bastante lejos del escenario principal, que parecía esperar más a un grupo de estrellas pop que a sus verdaderos protagonistas, bastante grises teniendo en cuenta el poco enganche que demostró la población con esta elección en particular. 

Ya con el país prácticamente pintado de amarillo, Paula Olivetto y Martín Tetaz hicieron de presentadores. Sonaba “seguiremos juntos” en la voz de Abel Pintos. La idea fue mostrar una suerte de unidad en la diversidad de todas las listas de cara a noviembre, tanto en provincia como en Ciudad. “En la coalición, a trazo grueso estamos de acuerdo, pero tenemos diferentes identidades. Sea cual sea el resultado, vamos a ir con Diego a derrotar al kirchnerismo en noviembre”, había adelantado ya Facundo Manes en una de sus tantas salidas antes de conocerse los resultados, desde La Plata, donde habló junto a Diego Santilli, a la postre el ganador de la interna. El gesto de mostrar músculo se completó desde Costa Salguero con el protagonismo sobre el escenario tanto de Ricardo López Murphy como de Adolfo Rubinstein.

El maestro de ceremonias fue Martín Tetaz. Presentó a Patricia Bullrich, Martín Lousteau, Larreta, Macri y María Eugenia Vidal, que fueron subiendo en ese orden. “Es un voto de resistencia”, dijo el panelista de TV. “El 75 por ciento de los porteños le dijeron que no al kirchnerismo y estamos ganando también en provincia”, se entusiasmó. “Están pagando las consecuencias de dejar las escuelas cerradas”, siguió. Y presentó sucesivamente a Fernando Iglesias, Paula Olivetto y a López Muprhy, como “un gran economista”. 

El ex ministro de economía de De La Rúa (otro resucitado por las urnas) habló, igual que Tetaz y Vidal, más de una vez de “libertad”, la palabra estrella de la noche. 

En la misma línea de la campaña, Vidal se despidió con un “hasta mañana, cuando tengamos las escuelas abiertas, porque en la Ciudad hay clases”.