Asentado en Uruguay y en declaraciones a un medio británico, el fundador y dueño de Mercado Libre Marcos Galperín, la persona más rica de la Argentina, despertó la polémica con un desubicado comentario sobre su país de origen, al que calificó como un “deportista que alguna vez fue el mejor del mundo” pero que en la actualidad está enfermo y fuera de forma, “obeso, drogadicto, con cáncer y SIDA”.

Mientras disfruta de su fortuna valuada en 4.900 millones de dólares en 2023 según la Revista Forbes, que lo catalogó como uno de los mayores multimillonarios del mundo y, desde luego, el primero en la lista argentina, el empresario brindó una entrevista al diario inglés The Economist que no pasó desapercibida en el Río de La Plata, donde ha sabido amasar su riqueza sobre la base de un gigantesco subsidio impositivo otorgado por el Estado Nacional que asciende a los 100 millones de dólares.

En efecto, el reconocido propietario de Mercado Libre, acérrimo defensor de las políticas del gobierno de Javier Milei -cuya motosierra coincidentemente no tocó todavía las exenciones tributarias que benefician al “unicornio”- postuló en el reportaje una inaudita metáfora acerca de la situación que enfrenta la economía nacional, que, afirmó, fue lastimada por “un discurso muy bonito sobre la igualdad” que terminó “en autoritarismo y pobreza”.

“La Argentina es como un deportista que alguna vez fue el mejor del mundo, pero hoy es obeso, drogadicto, tiene cáncer, SIDA y es alcohólico”, sostuvo a continuación, en referencia a los males que “enferman” al país, y completó: “Ahora me quitaron el alcohol y las drogas, pero eso también es muy doloroso. El paciente todavía tiene cáncer y SIDA y es obeso, porque para que eso cambie hay que reformar muchas cosas”.

“Viniendo de Argentina, sé lo que sucede cuando tenés déficits permanentes: tus monedas se devalúan”, apuntó luego, en respaldo del superávit fiscal conseguido por la gestión de La Libertad Avanza gracias a un ajuste que las propias autoridades describen como “el mayor de la historia de la humanidad”. Junto a ello, Galperín se tomó un momento también para jurar que “ama a Israel” ya que muestra “el triunfo del capitalismo”, en línea nuevamente con el discurso mileísta.