A contrapelo de los mitos y relatos alrededor de la infancia de Lionel Messi, donde prevalece la anécdota de que tuvo que trasladarse a Europa por la imposibilidad de costear su tratamiento físico hormonal en Argentina, aunque suele quedar olvidado el rol que tuvo el propio Estado argentino en el acceso al cuidado de su salud en ese entonces. Fue Diego Schwarztein, el primer endocrinólogo que trató al futbolista por su déficit hormonal, quien recordó que la asistencia de Nación a las obras sociales fue la que hizo posible la cobertura total del tratamiento.

Fue en diálogo con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos al respecto de la vida de Messi, cuando Schwarztein recordó el inicio del famoso tratamiento y el “folklore” construído alrededor de cómo fue posible financiar la costosa atención médica que requería el futbolista.

“Este es un tratamiento muy caro que el papá de Lio no podía pagar, como la mayoría de las familias argentinas tampoco podrían, pero que tiene una cobertura especial de la seguridad social en un 100%, que a su vez tiene un reembolso total del Estado nacional. A la larga lo paga el Estado. Así pasó con el caso de Lio”, relató el endocrinólogo, ante la pregunta de Tenembaum sobre los supuestos conflictos entre clubes de fútbol que querían pagar o no el tratamiento.  

Durante algo más de dos años, la obra social del padre de Lio pagó sin problemas el tratamiento. El problema fue la crisis del 2001, que empezó incluso un poco antes. Cuando ese conflicto explotó, las obras sociales dejaron de recibir reembolsos del Estado y dejaron de cubrir el tratamiento. Fue ahí cuando recién la familia empezó a pedir apoyo de Newell’s o de River”, explicó el profesional. Asimismo, el médico aclaró que el precio del tratamiento puede oscilar entre los 1000 y 2000 dólares por mes.

El relato de Schwarztein quitó el velo sobre cómo Messi logró sacar adelante su problema hormonal, quizás uno de los capítulos decisivos en la historia del ídolo argentino, y el rol fundamental de las instituciones de seguridad social y el Estado, muchas veces puestas en tela de juicio en los debates públicos, cuando no denostadas.