Desastre económico y social

Cambiemos perdió, porque su proyecto de país es inviable.  Es decir, no hay posibilidades de que el proyecto de Cambiemos contenga a los más de 40 millones de argentinos, por eso año a año, mes a mes, el sistema económico expulsa a través del desempleo y la pobreza a cada día más población . Por decirlo de otro modo,  no es algo mundial, algo que inevitablemente tenga que ocurrir, es que el proyecto de Mauricio Macri, de financiarización y primarización de la economía, solo contiene a 5 millones de argentinos. Por eso Juntos por el Cambio perdió estas elecciones. 

En el Frente de Todos, no es tan de Todos

Luego de la paliza electoral que recibió Cambiemos en las elecciones de Agosto, el Frente de Todos parecía arrollador. Quien hoy escribe, pensaba que dicha expresión superaría fácilmente el 50 por ciento y Juntos por el Cambio arañaría, con mucho esfuerzo, el 30 por ciento. Pues bien, Juntos por el Cambio mostró la eficiencia electoral de la grieta para la Argentina. No solo superó el 30, sino llegó a más del 40 por ciento de los votos. Muchos argentinos se sintieron convocados a partir de las diferencias, a partir de remarcar que de un lado estaban los buenos y del otro los malos. O mejor dicho de un lado estaba la Argentina PRO, republicana y honesta y del otro estaba la Argentina peronista, autoritaria, decadente e indecente. Cambiemos mejoró a costa de hundir nuevamente a los Argentinos en la grieta, esa grieta que había prometido terminar en las elecciones del 2015. El Frente de Todos mostró que aún, dentro de él no están todos los perjudicados por la política aplicada por el macrismo. O mejor dicho, no pudo convencer a todos los perjudicados por la política de Cambiemos, de que la única grieta es entre una política que beneficia a algunos y una que beneficia a todos. 

El quemado de Macri

Como en el juego infantil en donde los tocados eran los que abandonaban el juego, a los argentinos que Macri tocó con su política económica y social, los apartó de apoyarlo. Pero los que vieron la imagen o que fueron rosados, sin ser tocados, no se dieron por aludidos.  Es que la victoria de Cambiemos del 2015 es imposible pensarla por fuera de determinados valores meritocráticos que implican que una persona es mejor que otra,  y por eso logra tener éxitos. El que no tiene éxito, no tiene méritos. El que queda afuera, no es por una política equivocada, sino porque no tiene las condiciones para estar adentro. El macrismo convoco desde ese lugar y logró captar al electorado que siente que por su esfuerzo o capacidades nunca se hubiera caído del tablero.

La insistencia en la grieta
¿Cómo salir de la grieta? 

La convocatoria por parte de Alberto Fernández, en su discurso del último domingo, a que el futuro gobierno sea de Todos los argentinos, sin distinción de orientación política, es un buen comienzo. El Frente de Todos pareció vencer la grieta, en las PASO, pero claramente el abismo que separa a los argentinos aún no está resuelto. El próximo gobierno tendrá que articular un discurso que involucre dentro de su proyecto de país los méritos individuales.  Es decir remarca cuanto el todo (proyecto de país) necesita a las partes (esfuerzos personales) y viceversa, cuanto las partes necesitan un proyecto de país exitoso.

Por otro lado, el Estado tendrá que desarmar el discurso que durante estos 4 años estigmatizó al diferente, lo juzgó y dijo que el país era solo una fracción de la sociedad.  Creemos descubrir una voluntad política pluralista en la actual conducción del Frente de Todos, para poder vencer, de una vez por todas, la grieta. Es decir, no solo ejercer una política estatal eficiente, sino convencer que dicha política beneficia a toda la sociedad.

*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA. Columnista en Rompiendo Moldes, AM 530 Somos Radio. Twitter:@Pablolopezfiori