Sin estar exento de debates y tensiones, el Frente de Izquierda tiene un panorama bastante claro de cómo afrontar el año electoral: con o sin PASO, apostará a capitalizar el descontento de un sector del electorado peronista con el Frente de Todos. Y se entusiasma con poder ocupar el lugar de tercera fuerza a nivel nacional, objetivo que ya consiguió en 2021, aunque por entonces el fenómeno Javier Milei era todavía incipiente. 

Por ahora hay tres listas a presidente: la que lleva a Gabriel Solano por el Partido Obrero (PO); la que postula a Celeste Fierro por el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST); y la que encabeza Myriam Bregman (PTS), aunque todavía está abierta la posibilidad, si se despejan diferencias, de una boleta única. 

Diagonales conversó con tres de sus referentes y candidatos, que plantearon cada uno la posición de su partido y un panorama del espacio de cara a 2023: el dilema CFK, la situación económica y el acuerdo con el FMI, el “desprestigio de los que gobiernan” y qué hará la izquierda si, al igual que en 2015, hay una segunda vuelta entre los frentes mayoritarios.

La izquierda debate: candidaturas, el “desencanto con el FdT”, CFK y qué hacer ante un ballotage

Gabriel Solano (PO): “Necesitamos una izquierda que no sea light, que no se conforme con un par de bancas, sino que sea catalizadora de la bronca popular”

Gabriel Solano es legislador porteño y preside desde 2019 el Partido Obrero, uno de los agrupamientos trotskistas más longevos del país, que sobrevivió a múltiples altibajos políticos y electorales y a un proceso reciente de fracturas e internas. De los tres precandidatos a presidente por el FIT-Unidad, Solano es el que mantiene la postura más clásica de la izquierda: sigue hablando de contradicciones de clase para explicar la realidad y entiende las elecciones como una suerte de extensión de la lucha social y gremial por otros medios. Está convencido de que el peronismo vive un proceso de pérdida de legitimidad en sus bases sociales, lo que abre una oportunidad histórica para la izquierda. Pero teme que una “izquierda light, sólo preocupada por un par de bancas”, como define a la dirección del frente, deje pasar el tren. “Si la izquierda no cataliza el descontento, lo hará la derecha fascista de Milei”, dice y pide “un gran acto que postule a los candidatos desde las bases, no que se definan unidireccionalmente un año antes”, un dardo para sus compañeros del PTS.  

¿Qué expectativas tiene el FIT-U para la elección y la campaña que se viene?

-El Frente de Izquierda tiene una enorme posibilidad, tanto en las provincias como a nivel nacional. Argentina enfrenta una crisis muy de fondo, de la que no sólo es responsable este Gobierno, sino que ya es sistémica, abarca los 40 años de esta democracia capitalista que tenemos. En estos años, de todos modos, hubo más precarización, más crisis habitacional, más deuda. Toda la clase dirigente está cuestionada y arrastra un enorme desprestigio. Hay bronca, una bronca que es genuina. Nosotros como izquierda la propiciamos: es justo que el pueblo tenga bronca contra quienes nos han llevado a esta situación tan difícil. Entonces la izquierda tiene la posibilidad de dar un salto, pero eso va a depender de lo que la izquierda haga. Si actúa como una izquierda light, que se conforma con un par de bancas, difícilmente pueda ser el canal de esa bronca. Y si a esa bronca no la canaliza la izquierda, lo va hacer la derecha, las expresiones fascistas como la de Milei, así lo marcan las encuestas. 

Si bien se sostuvo la unidad dentro de unas PASO, ¿qué diferencias persisten para que por ahora no haya una fórmula única en el FIT?

-Nosotros entendemos que el debate de las candidaturas no puede disociarse de los debates políticos, que para nosotros tienen que ver, como decía, con qué izquierda necesitamos. Lo más importante es la política, los candidatos son secundarios. Y ese debate no fue superado, así que nosotros como Partido Obrero propusimos nuestra propia lista. Hay que organizar al pueblo que está luchando e incorporarlos a la disputa electoral. Ése es nuestro planteo. Estamos en desacuerdo con la idea de abrir a la izquierda a acuerdos con sectores centro-izquierdistas. El FIT debe fortalecerse conquistando una mayoría popular, y eso va a darse a partir de la crisis del peronismo. Un peronismo que hoy es la correa de transmisión del ajuste del FMI. Es una oportunidad, pero no sólo electoral, sino en términos de conquistas. Nosotros lo venimos haciendo, pero no vemos que tenga una unanimidad en la izquierda. En la medida que pueda desarrollarse la posibilidad de una lista común cobraría más realidad. Insistimos en que haya un Congreso, como podría ser en la cancha de Huracán, con plenarios en las fábricas y los barrios. 

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¿Qué balance hace hasta ahora del Gobierno del Frente de Todos?

-Es completamente negativo y creo que es la conclusión mayoritaria de la población. Se comprobó en las elecciones de 2021, en las que perdió 5 millones de votos, un tercio de su electorado. Cuando un derrumbe electoral así, de semejante retroceso en tan poco tiempo es porque es muy negativo. Y eso tiene que ver con que refrendaron los intereses que representaba Mauricio Macri: el acuerdo con el FMI, con plan de ajuste; el reconocimiento de la deuda privada, refrendado incluso por CFK; un ajuste en salario y jubilados ostensible; un ataque a los sectores populares, como ahora Tolosa Paz, más dura que (Carolina) Stanley con el movimiento piquetero. Y ahora con el ajuste de Massa. Eso va a ser aprovechado por la derecha muy probablemente para volver al Gobierno. Hay que entender que no es el resultado de una mala gestión, sino de los intereses que representan, de los empresarios, en detrimento del pueblo. El pueblo está defraudado con la actuación del peronismo en el poder. 

¿Cree que Cristina Kirchner fue proscrita?

-Definitivamente no. Está proscrito aquél que presenta efectivamente una candidatura y se la voltean. Si las elecciones fueran mañana y ella se presenta, los tribunales electorales le deben aceptar la candidatura. A tal punto no está proscrita que la mesa del Frente de Todos que se acaba de reunir formó una comisión para pedirle que revea su decisión y se presente. Osea que si no se presenta es por su propia decisión. El kirchnerismo habla de una proscripción que no existe, probablemente porque sabe que si CFK se presenta, pierde, y la derrota efectivamente podría acarrear fallos más desfavorables. No presentarse le deja el terreno libre a Sergio Massa, que es el caballo de Troya del FMI en Argentina. Los políticos defienden sus derechos políticos, y este no parece ser el caso. 

¿Qué debería hacer el próximo gobierno con la deuda, el FMI, y la puja entre salarios e inflación?

-Si fuésemos gobierno rechazaríamos de inmediato el pacto con el FMI. Llamaríamos a los gobiernos de la región a un proceso de lucha para terminar con el saqueo financiero de las naciones semicoloniales como Argentina. En cuanto a la puja distributiva, empezaríamos con medidas de emergencia y también de fondo, respecto del comercio exterior, la deuda, la fuga de capitales y la inflación. 

En caso de una hipotética segunda vuelta entre el peronismo y Juntos por el Cambio, ¿la izquierda debería llamar a abstenerse como en 2015?

-Nosotros somos una fuerza independiente de todos los gobiernos capitalistas. No somos una fuerza auxiliar por izquierda del peronismo. En el 2015 tomamos la decisión correcta, y si ganaba Daniel Scioli no tengo dudas de que iba a implementar una política de ajuste contra el pueblo. Lo pudimos comprobar cuando avalaron lo que hizo el macrismo, como Massa viajando a Davos con Macri y los gobernadores votando el ajuste jubilatorio o la CGT dejando pasar el recorte de salarios. El peronismo lo acompañó conscientemente. Nuestra actitud en 2015 nos salvó de la disolución, de otra manera hubiese sido un duro golpe frente al pueblo. Nosotros somos una fuerza independiente y vamos a subrayar eso durante todo este año.   

Celeste Fierro (MST): “Al votante decepcionado del peronismo le decimos que es hora de darle más fuerza a la izquierda, no de terminar detrás de Massa”

Celeste Fierro es cordobesa y una de las caras nuevas de renovación de la izquierda. Se define feminista y ambientalista. En su perfil de Twitter se lee el hashtag “dar vuelta todo". Se posicionó como referenta del MST y fue confirmada como la precandidata presidencial del partido dentro del FIT-U. Viene de sufrir una brutal represión dentro de la estancia del magnate inglés Joe Lewis, cerca de El Bolsón, adonde viajó con una comitiva de militantes juveniles del espacio. Apuesta por ampliar la base de la izquierda y avisa a los votantes decepcionados con el Frente de Todos que “no pierdan más tiempo allí”. “Es hora de darle más fuerza a la izquierda y no terminar detrás de Massa u otro candidato que será más de lo mismo”, dice. 

¿Qué expectativas tiene el FIT-U para la elección y la campaña que se viene?

-En 2021 hicimos una gran elección y tenemos la posibilidad de seguir creciendo, conquistando más representación ante el descontento creciente del pueblo con el Gobierno y los partidos tradicionales y la crisis económica, social, sanitaria y ecológica, que crece todos los días. Pero la voluntad tiene que ir más allá de lo electoral y la unidad de la izquierda tiene que darse de forma integral y común, para actuar ante cada hecho de la realidad de forma conjunta, con más fuerza, encontrando mecanismos de funcionamiento para poder incorporar a compañeres independientes, de la izquierda social, a que sean parte del fortalecimiento de la alternativa política. Tenemos el desafío de atraer nuevas franjas de trabajadoras, trabajadores y de la juventud. Hay mucha gente decepcionada con el gobierno y nosotros tenemos planteada la posibilidad y el desafío de que nos vean como una salida, como alternativa al desastre social que se vive hoy. 

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Si bien se logró la unidad dentro de unas PASO, ¿qué diferencias persisten para que no se presente una única fórmula?

-Al haber diferentes perfiles e ideas es lógico que haya diferentes precandidaturas. En el MST hemos decidido que yo sea precandidata a presidenta y mi compañero Alejandro Bodart, a vice. Por supuesto no descartamos que se pueda llegar a un acuerdo, pero de no lograrlo, las PASO son una alternativa válida. La dificultad en el armado de las listas pasa por respetar el peso real, político y militante que tiene cada fuerza, como a veces sucede con nuestro partido. A la vez, en el plano político hay debates y matices sobre qué hacer con el FIT Unidad. Quienes integramos el frente compartimos un programa, anticapitalista, socialista que defiende los derechos de les trabajadores, las mujeres, la juventud. Las diferencias radican en las tareas para hacer más grande al frente, más fuerte. En este punto nos encontramos con que los compañeros son sectarios para convocar a sectores de la izquierda social, independientes ha ser parte del fortalecimiento del frente. Hacer más fuerte al FIT-U es encontrar la forma de sumar a más compañeres, con quienes nos encontramos en la calle, nos votan, pero hoy no son de ninguno de los partidos del FIT-U. Para esos compañeres, para esos sectores de la izquierda social, tenemos que generar mecanismos para que sean parte, discutan y actúen con nosotres. Donde no seamos solo una opción para votar, sino ser una opción para organizarse.  

¿Qué balance hace hasta ahora del Gobierno del Frente de Todos?

-Es un desastre completo, no contenta ni a su base social. Creo que el mejor balance es el que se refleja justamente en el descontento de sus propios votantes. Nosotres nunca confiamos en este Gobierno, más bien lo hemos denunciado desde sus inicios y hemos exigido que cumpla algo de lo que decía en campaña. Pero nada de eso ha sucedido. Es un gobierno que se sometió a los designios del FMI. Es un gobierno que retrocede ante las corporaciones. Es un gobierno que ha golpeado fuertemente a la clase trabajadora y sectores populares. Está cerrando su último año de gobierno con una inflación descontrolada que golpea el bolsillo de la clase trabajadora. Mientras la población se sumerge en la pobreza con indicios de hasta el 70% en las infancias, recorta asistencia social a quienes más lo necesitan. Recién ahora han logrado sentarse todos en una mesa política a discutir qué hacer, pero allí ninguno propone, por ejemplo, romper con el FMI. Por eso le insistimos a sus votantes, los convocamos a que vengan con la izquierda, que no pierdan más tiempo allí. Es hora de darle más fuerza a la izquierda y no terminar detrás de Massa u otro candidato que será más de lo mismo.

¿Cree que Cristina Kirchner fue proscripta?

-El proceso judicial que se ha llevado a cabo contra la vicepresidenta muestra de lleno la connivencia del poder judicial con el político y económico. Siempre actúa de acuerdo a sus intereses o en apoyo a sus amistades políticas de turno. Es un poder judicial clasista, que lejos está de impartir ni buscar verdadera justicia. Igualmente, la condena a Cristina no llega hoy a ser una proscripción, ya que al no estar firme puede igual presentarse a elecciones. Por otra parte, si de verdad se quiere investigar los casos de corrupción, que es intrínseca a este sistema capitalista y ha estado presente en todos los gobiernos peronistas, radicales y macristas, se tendría que realizar una investigación desde una Comisión Investigadora Independiente. Que vaya contra todos los hechos de corrupción, como los cometidos en los gobiernos kirchneristas, macristas, todos. Solo así se sabrá la verdad y se hará justicia. Y además hace falta cambiar todo el modelo judicial por la elección por voto popular de los jueces, sin sueldos millonarios ni privilegios y que no sean eternos; que rindan cuenta y sean revocables. 

¿Qué debería hacer el próximo gobierno con la deuda, el FMI, y la puja entre salarios e inflación?

-Cualquiera de los partidos tradicionales que asuma va a dar continuidad a este sometimiento y entrega. Todos avalaron el acuerdo con el FMI, todos avalan seguir pagando la odiosa e ilegítima deuda externa. Todos, con matices en cuanto al ritmo, quieren flexibilizar las condiciones laborales golpeando más a las y los trabajadores, mientras benefician a empresarios, banqueros y extractivistas. Solo desde el Frente de Izquierda levantamos un programa alternativo, que empieza por romper con el FMI, desconocer la usurera deuda externa. Se tienen que poner todos los recursos para saldar la deuda interna, no gastarlos en este fraude. Prohibir las técnicas destructivas extractivistas, y avanzar en una reforma agraria integral, agroecológica, con una transformación laboral y técnica para que sea con la clase trabajadora adentro sin perder derechos. Estos cambios estructurales son los que hacen falta, y ninguno de los partidos patronales pueden llevarlo adelante, porque implica tocar intereses que defienden. 

En caso de una hipotética segunda vuelta entre el peronismo y Juntos por el Cambio, ¿la izquierda debería llamar a abstenerse como en 2015?

Con los años ha quedado demostrado que, por supuesto con matices, los diferentes sectores de los partidos tradicionales defienden los mismos intereses. Aún no lo hemos discutido, si se planteara esta situación discutiremos en esos marcos qué hacer. Pero en general no apoyamos a candidatos de partidos del régimen que aplican el ajuste del Fondo hoy o que se preparan para aplicarlos mañana. Queremos dejar claro que somos una voz independiente de todos ellos.

Christian “Chipi” Castillo: “Apostamos a ser una opción superadora del peronismo”

Christian Castillo es sociólogo, docente en la UBA y uno de los dirigentes históricos del PTS desde su fundación, allá por fines de los años 80s, cuando encabezó una de las fracturas del histórico MAS. Es uno de los protagonistas del crecimiento del partido durante la última década, con sorpresas en Mendoza, Jujuy y la Provincia de Buenos Aires, en algunos de cuyos municipios el FIT-U viene de tocar un techo de 10 puntos. Impulsa el binomio Myriam Bregman-Alejandro Vilca, que fue lanzado a mediados del año pasado. Su partido coincide en denunciar los vínculos entre el Poder Judicial y el Pro, lo que puede considerarse un acercamiento al kirchnerismo o un coqueteo con el electorado progresista, lo que no es del todo compartido por el resto del Frente. Castillo reconoce que a la izquierda “le va mejor en las elecciones de medio término” pero apuesta a un nuevo crecimiento al calor de una posible debacle del peronismo, al que apuesta a “superar”. 

¿Qué expectativas tiene el FIT-U para la elección y la campaña que se viene?

Lo que vemos es un desprestigio importante del gobierno y también de Juntos por el Cambio, y que el desafío es canalizarlo por izquierda y que no se vaya por derecha, con Milei. En 2021 hicimos una gran elección y nos posicionamos como la tercera fuerza a nivel nacional, con Ale Vilca en Jujuy, Nico Del Caño en Provincia y Myriam en la Ciudad, donde recuperamos la banca después de 20 años para la izquierda. Tenemos referentes muy importantes y si bien siempre nos va mejor en las legislativas que en las presidenciales, apostamos a ser una opción seria a las dos opciones capitalistas en pugna y frente a la derecha fascista. 

La izquierda debate: candidaturas, el “desencanto con el FdT”, CFK y qué hacer ante un ballotage

Si bien se logró la unidad dentro de unas PASO, ¿qué diferencias persisten para que no se presente una única fórmula?

Hay mucho por definir todavía. La definición de las listas todavía está abierta, si bien hay tres precandidaturas, todavía estamos haciendo esfuerzos para alcanzar una fórmula de consenso. Es un debate abierto. Cada organización lleva sus debates a la mesa nacional del FIT, sabiendo que si no hay acuerdo está la instancia de las PASO. Con ese espíritu planteamos en junio del año pasado a Myriam Bregman y Alejandro Vilca. Que haya listas únicas, igualmente, no significa que no haya debates. Con los compañeros del PO tenemos una discusión en la que en nuestro entender la izquierda para tener un rol superador del peronismo tiene que dar batalla en todos los terrenos, los sindicatos, el movimiento de mujeres, el estudiantil, también en el debate ideológico, y no reducir la actividad al movimiento piquetero, que es nuestro principal planteo hacia ellos. 

¿Qué balance hace hasta ahora del Gobierno del Frente de Todos?

Es un gobierno que fracasó en lo que se proponía hacer e incumplió su contrato electoral, y principalmente defraudó a su base, a quienes lo votaron. El salario está en caída libre y el empleo que se recuperó es de muy mala calidad. Se extendió el fraude laboral y el fenómeno generalizado de trabajadores pobres. Anunciamos que esto podía pasar ya en 2019, cuando dijimos que la propuesta del Frente de Todos era incompatible con un acuerdo con el FMI, que es inflacionario. Eso derivó en un desprestigio generalizado de la política, también obviamente del macrismo, las responsabilidades son compartidas. 

¿Cree que Cristina Kirchner fue proscrita?

Como PTS cuestionamos un fallo y todo un proceso judicial en el cual el poder judicial se arroga el derecho de quien puede o no ser candidato. Hemos cuestionado todo el proceso judicial que se ha llevado adelante contra CFK por jueces vinculados al macrismo. Pero la responsabilizamos a su vez de los hechos de corrupción comprobados de su gobierno y que ni siquiera el kirchnerismo puede negar. A pesar del fallo podría presentarse igual, y si no se presenta es por un cálculo político, donde está incluída la condena, claramente. Eso no quita que nosotros cuestionamos el poder judicial a nivel continental por intervenir para en la proscripción de ciertos candidatos como lo hicieron con Lula y Correa, y defendemos el derecho democrático de CFK a presentarse en cualquier lista que ella desee. 

¿Qué debería hacer el próximo gobierno con la deuda, el FMI, y la puja entre salarios e inflación?

Desconocer el acuerdo, en primer lugar. Sus consecuencias más nefastas se van a empezar a sentir más profundamente en 2024, cuando empiecen los pagos. Aún con una entrada de dólares por las importaciones, es impagable, salvo que ajustes hasta más no poder. También es urgente recuperar el poder adquisitivo de los salarios, que se redujo significativamente desde Macri hasta ahora.

En caso de una hipotética segunda vuelta entre el peronismo y Juntos por el Cambio, ¿la izquierda debería llamar a abstenerse como en 2015?

Hoy no podemos contestar esa pregunta porque no está claro quiénes se presentarán y cómo resultará la elección. No podemos contestar ahora en abstractos, lo que sí podemos es reafirmar un camino independiente, de nuestra voluntad de hacer avanzar a la izquierda y catalizar el descontento con el actual Gobierno.