Una vez más, el Frente de Todos y su porvenir aparecen marcados por una diferencia interna entre dos organizaciones con una larga historia de enfrentamientos. La Cámpora y el Movimiento Evita vuelven a cruzarse, luego de lo que fue un año en el que las máximas referencias de cada organización se enfrentaron sin reparos. Cuando parecía que la cosa se enfriaba tras el intento de asesinato a CFK y el reordenamiento de todo el oficialismo tras la figura de la Vicepresidenta, el adelantamiento del año electoral comienza a hacerse sentir fuerte y vuelve a encontrar en veredas opuestas a la organización de Máximo Kirchner y la de Emilio Pérsico.

Esta vez el encontronazo, que ya dio sus primeros coletazos y madura para ser el principal conflicto político al interior del FDT, tiene que ver con la posible suspensión de las PASO. Por razones diferentes, con cálculos distintos y cada uno con sus aliados, el Evita y La Cámpora ya juegan su partido en contra y a favor de la suspensión respectivamente.

Como en anteriores ocasiones en que La Cámpora buscó marcar una posición fuerte o polémica alrededor de alguna discusión, el encargado de salir a hablar este martes fue el Ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “el cuervo” Larroque. El funcionario del Gobierno de Axel Kicillof afirmó en relación a las PASO que “su espíritu original no resultó como se había previsto. No sé si es por una cuestión cultural, pero en muchos casos es un instrumento que no se utiliza”. En diálogo con El Destape Radio, Larroque cruzó a la oposición que “hace un tiempo despotricaba ante las PASO y hoy parece poner un grito en el cielo” y la llamó a opinar no por “conveniencia política” sino por lo “que es lo mejor para el sistema político”. “Si estamos a tiempo y hay un consenso, se verá si se avanza en ese sentido (suspensión), y sino seguiremos con este mecanismo, entendiendo que hay que darle sentido” remató.

Con las declaraciones de Larroque se comienza a despejar la postura del kirchnerismo en relación a un tema sobre el cual aún permanecía en silencio, quizás por lo caro que le resulta a su propia identidad política. Las PASO fueron una idea original de Néstor Kirchner, debutaron con la victoria arrasadora de CFK en 2011, y el año pasado la propia Vicepresidenta se negó a suspenderlas cuando la pandemia ofrecía un argumento inigualable. Hoy ese argumento es económico: un ahorro de aproximadamente la mitad de los 63 mil millones de pesos que el presupuesto 2023 asigna al proceso electoral.

Pero la posición no es compartida por lo que alguna vez se denominó el “albertismo”, principalmente los movimientos sociales oficialistas como el Movimiento Evita y Barrios de Pie. Allí, la cuestión de fondo es el armado de las listas en provincias y municipios, donde las organizaciones pretenden meter representantes a las legislaturas, concejos deliberantes y en los ejecutivos, objetivo mucho más plausible con una interna que vía rosca y lapicera.

Esto representa un problema en potencia para el FDT, que dependerá en su magnitud de cuán rápido se salden estas diferencias. La cuestión es que, para una eventual suspensión, el oficialismo necesita llegar a 129 votos en Diputados, número al que llegaría con todos los propios (118), una alianza con partidos provinciales (5), Diputados del Gobernador Schiaretti (3) y hasta un acuerdo con Javier Milei, Villaroel y Carolina Píparo. Las cuentas dan tan justas que obligan a ese armado símil Frankenstein. Pero el oficialismo no tiene asegurados ni siquiera los votos propios.

“Nosotros valoramos positivamente las PASO como herramienta de ordenamiento de la oferta electoral de los partidos políticos y de las coaliciones. En el marco de una sociedad fragmentada, y de una política que suele reproducir esa fragmentación, el desafío es construir mayorías que le den estabilidad a los procesos políticos y a las transformaciones que la Argentina necesita, y las PASO son un aporte en la camino de la construcción de esas mayorías” le dijo a Diagonales el Diputado Eduardo Toniolli, representante por Santa Fe en la Cámara Baja y miembro del Movimiento Evita.

“El peronismo es una fuerza masiva, viva, movilizada, que contiene expresiones juveniles, movimientos sociales, sectores del movimiento obrero organizado, del movimiento de mujeres, representaciones territoriales federales. La mejor forma de encauzar todos esos matices, y toda esa potencia transformadora, es abriendo las puertas a la participación popular en la toma de decisiones” agregó el Toniolli. Por su parte, desde el entorno de Leonardo Grosso, el otro Diputado del Evita, afirmaron a Diagonales que “Leo no coincide con la idea de suspender las PASO”.

La línea de la organización conducida por Emilio Pérsico es clara y está totalmente definida. Su postura se afirma en el carácter democrático de las PASO, elemento que estaría siendo  la razón del silencio de la propia CFK, quien se debate entre un posicionamiento ideológico y el pragmatismo político. Así lo expresó en diálogo con este medio Gildo Onorato, Secretario Gremial de UTEP y referente de primera línea del Evita: “si queremos renovar la dirigencia política, renovar las estructuras partidarias, hacer crecer la participación popular, lo que no podemos hacer es determinar a dedo quiénes son los representantes. Esa ha sido siempre nuestra política y creemos que es central, porque la dirigencia política está muy lejos de la sociedad y si no le ofrecemos la posibilidad de elegir de la forma más amplia lo que estaremos haciendo es ampliar aún más esa distancia”.

En el Evita niegan que Alberto Fernández esté empujando el sostenimiento de las PASO, pero hasta ahora quienes salieron a defenderlas dentro del oficialismo fueron todos actores cercanos al Presidente. Los Diputados Leandro Santoro y Eduardo Valdés ya expresaron su posición en contra de la derogación, y sumarían otros dos votos perdidos por el FDT junto con los dos del Movimiento Evita.

A esa cuenta, que complica las aspiraciones del kirchnerismo, habría que agregar el posicionamiento de la Diputada Natalia Souto, del movimiento Barrios de Pie, quien expresó públicamente que “no vamos a votar la derogación de las PASO. Creemos que para fortalecer el frente del que formamos parte, hay que ampliar el debate interno, construir una pluralidad y una renovación de las opciones políticas. Y, además, creemos que para mejorar la performance electoral hay que resolver los problemas de la gente, que la inflación no siga licuando los ingresos de nuestra gente y no desviarnos en una ingeniería electoral. Nuestra agenda tiene que ser resolver los problemas de la gente, no las PASO”. Dentro de los movimientos sociales, los tres Diputados del Frente Patria Grande, que responden a Juan Grabois, aún no definieron una posición en el debate.

En la vereda de enfrente de esta discusión, los actores que con más fuerza impulsan la derogación son los gobernadores peronistas. El más activo por la causa es el chaqueño Jorge “Coqui” Capitanich, quien en sus recurrentes visitas a Buenos Aires rosquea con distintos sectores, incluida la Vicepresidenta a quien visita en el Senado y en su departamento de la Recoleta. A esas gestiones para convencer a CFK se sumó el Gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Los dos mandatarios provinciales son la punta de lanza de un grupo organizado en La Liga de Gobernadores, entre los que se cuentan Sergio Uñac, Raúl Jalil, Mariano Arcioni, Ricardo Quintela, y el externo a La Liga Juan Schiaretti.

Quien se mantiene al margen de la discusión, concentrado en la gestión se su plan 6x6 y cómodo con su candidatura asegurada y sin internas a la vista, es Axel Kicillof. Desde el seno del kicillofismo afirmaron a Diagonales que la posible suspensión de las PASO “es un tema que se tiene que debatir a nivel nacional, cuando avance ese debate se trabajará sobre el impacto en la PBA”.

Por su parte, y aunque las declaraciones de Larroque puedan tomarse como un indicador directo de su posicionamiento, la palabra central y aún ausente es la de CFK. Para la Vicepresidenta, suspender las PASO significaría bajar una bandera ideológica en pos del pragmatismo y la necesidad de supervivencia política, lo cual debe incomodarla hasta el extremo. Cuando en el 2020 el Diputado tucumano Pablo Yeldin, cercano a Juan Manzur, presentó un proyecto para suspender en 2021 las primarias con el argumento sanitario de la pandemia, el ok desde arriba nunca llegó y Máximo Kirchner terminó negociando una postergación de la fecha para permitir llegar a los comicios en una mejor situación sanitaria. Será todo un desafío para CFK salir a justificar una derogación, dos años después y con un argumento económico, cuando la línea en la pandemia fue cuidar la vida por sobre la economía.

El que sí ya dejó trascender su aprobación para la derogación es el Ministro de Economía, Sergio Massa. El ahorro de unos 30 mil millones de pesos ayudaría a morigerar el ajuste y podría ser presentado como un buen gesto ante el FMI, con quien habrá que renegociar pagos y metas el año que viene. Y, detalle no menor, le daría tiempo a Massa para llegar a las elecciones con una economía mejor parada que pueda sostener su eventual candidatura.

Así están echadas las cartas en un debate muy lejano para el ciudadano de a pie, al que cada vez le cuesta más llegar a fin de mes por el aumento descontrolado de los precios, pero trascendental para la política y sobre todo para el oficialismo. Suspender las PASO significaría ganar tiempo para la recuperación económica, la posibilidad de ganar la provincia de Buenos Aires por un voto, y haría explotar la interna en la oposición, que difícilmente pueda acordar candidaturas sin esa herramienta. Pero debate no está cerrado ni siquiera al interior del FDT, donde cada quién hace su cálculo y donde es de esperarse que la temperatura de esta interna suba, mucho y pronto.