No sucedía desde el macrismo, tiempo en que la oposición al gobierno de Cambiemos era un lugar de confluencia para todos los movimientos sociales y populares. Por eso, el encuentro de esta mañana/mediodía en la calle entre las organizaciones nucleadas dentro del FdT y las que se referencian con la izquierda significa mucho más que una marcha cualquiera. Alerta sobre un tiempo de conflictividad social que el peronismo ya no puede contener y casi ninguna opción electoral con potencialidad de ser gobierno a partir del 10 de diciembre promete evitar. Semilla de un nuevo período de resistencia que ya se acepta casi como una realidad inevitable, y que a su vez siembra dudas sobre cómo seguirán los meses calientes que vienen hasta las elecciones.

A tono con la simbología religiosa que se veía en la confluencia de las columnas sobre la avenida Belgrano, con varias vírgenes y santos como parte de la convocatoria, las organizaciones sociales dibujaron una cruz con epicentro en las puertas del Ministerio de Desarrollo Social, cuya titular, Victoria Tolosa Paz, fue una de los principales blancos de críticas. Desde Belgrano hacia el sur por la 9 de Julio se desplegó la enorme columna de la UTEP por unas seis cuadras. El movimiento Evita, Barrios de Pie, el MTE de Juan Grabois, parte del frente Popular Darío Santillán y de la Corriente Clasista y Combativa se ubicaron en esa zona. 

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De Belgrano hacia el obelisco, la Unidad Piquetera congregó unas tres cuadras de militancia, en las que destacaron las columnas del Polo Obrero, el Frente de Organizaciones en Lucha, el MTR y el MAR entre otros. Por la avenida Belgrano y hacia el bajo, La CTA Autónoma y el Frente Popular Darío Santillán coparon otras tras cuadras aproximadamente. Y en dirección contraria, por Belgrano desde 9 de Julio hacia el oeste otras tres cuadras fueron cubiertas por el Bloque Social por el Trabajo, integrado por el Frente Milagro Sala-Tupac Amaru, la CTD Aníbal Verón y el frente territorial SURJE, entre otros. 

El sol acariciaba en una jornada más veraniega que otoñal y la militancia social se hacía ancha en sus columnas desplegándose lo más posible sobre la 9 de Julio. Grupos de bombos y trompetas diseminados por la avenida, algunos durmiendo la siesta al sol, juegos de cartas y chicos que correteaban de acá para allá le ponían color a la jornada de lucha. En la previa, la cosa se puso caliente con la ministra Tolosa Paz cuando ayer pidió la intervención de la Defensoría del Pueblo para evitar un acampe con menores de edad en la Plaza de Mayo. Las organizaciones respondieron con una masiva convocatoria en la que no faltó nada ni nadie.

La nueva etapa de la conflictividad social que el peronismo ya no puede contener

Las parrillas humeaban y el infaltable olor a chorizo y grasa brotaba de a ratos en la caminata entre las columnas. Signo de los tiempos inflacionarios que corren, los precios populares ya se acercaban a las cuatro cifras: el chori se vendía a $700, el paty completo y el sánguche de milanesa a $800. Justamente, uno de los reclamos de la jornada era la provisión de alimentos para los comedores populares, que las organizaciones denuncian como insuficiente y frenado por parte de Desarrollo Social en cumplimiento de las directivas del FMI.

Sobre 9 de Julio e Independencia, una importante bandera de la UTEP Agraria corona una serie de cajones de verdura dispuestos entre dos pequeños tractores. Sobre ellos, un pasacalle pedía la reglamentación de la ley 27.118 de Agricultura Familiar. Mercedes Taboada, del Movimiento nacional Indígena Campesino Vía Campesina, llegó a la movilización desde el cordón flori fruti hortícola de Florencio Varela y explicó a Diagonales que “uno de los puntos principales de esa ley es el acceso a la tierra, para que podamos seguir produciendo como campesinos que somos y generar arraigo en los territorios. La ley está promulgada desde 2014 pero nunca se reglamentó, por lo que estamos pidiendo por esa reglamentación con presupuesto”. 

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En medio del drama por el aumento en los alimentos, la referente del movimiento campesino sostuvo que “el FMI viene solamente a ajustar y nosotros estamos en contra de eso. Por otro lado, el campo tiene un montón de beneficios y nosotros, que somos la agricultura familiar campesina, somos productores reales de más del 70% los alimentos frescos que van a la mesa de los argentinos, tenemos un trato muy desigual, siempre ajustan para nuestro lado, el de los pobres”. Taboada concluyó: “la pelea contra la inflación de los alimentos es la que venimos dando, la agricultura familiar campesina indígena es la solución para ese problema, acabar con el hambre y bajar los precios”.

Un poco más adelante, justo en la confluencia entre las organizaciones peronistas y las de izquierda, Gabriel “el Pato” Duna sostenía una imágen de la Vírgen y se posaba para las fotos. “Hoy es un día de unidad y la Vírgen significa pueblo, yo soy de Luján y miles van hacia allí todos los días por ella, es parte de nuestro pueblo, porque es negra, porque quien la cuidó fue un esclavizado, porque viene de abajo. El pueblo también se alimenta de fe y esperanza y eso hoy acá lo pone la virgencita” expresó a Diagonales. Gabriel, al igual que Mercedes taboada, descargó sus críticas contra el derrotero del Gobierno del Frente de Todos que llevó al difícil momento que actualmente viven los sectores populares del país, pero no dudó en afirmar “el Gobierno tiene una gran deuda con el pueblo, pero en verdad prefiero el peor gobierno peronista o de izquierda que al mejor de derecha”. 

La nueva etapa de la conflictividad social que el peronismo ya no puede contener

En la intersección de las avenidas 9 de Julio y Belgrano se materializó la unidad con el encuentro entre las cuatro columnas y los principales referentes, que daban vueltas por la zona entre notas, abrazos y saludos. Esteban Gringo Castro, Secretario Gremial de la UTEP, fue contundente en declaraciones a Diagonales al afirmar “hoy se ha organizado un frente único de los movimientos populares y esa unidad es planteada desde la diversidad pero fundamentalmente desde nuestra gremialidad para revolver un bono en junio, un aumento del salario social complementario y fundamentalmente la comida para los comedores y merenderos de nuestro país”. Castro sentenció “estos problemas llevan más de seis meses y los tenemos que resolver de inmediato, no hay más tiempo”.

La semana pasada, el referente de la UTEP y el Movimiento Evita había anunciado que la de hoy podría ser la marcha más grande en 15 años. Hoy sacó pecho de la enorme convocatoria y avisó que “es la foto para todos los políticos y políticas que están boconeando que van a venir a ajustar, que van a venir contra el salario de los trabajadores, que quieren reforma laboral, sacar el salario social complementario que ganamos con la lucha, para todo eso lo que tengo para decir es que se vana  encontrar con esta movilización, que debe ser una de las más grandes de los movimiento populares de los últimos años”. En cuanto a la unidad con los sectores de izquierda, Castro sentenció “tenemos diferencias políticas, pero en la gremialidad hace años que trabajamos juntos y tenemos mucha más unidad de lo que muchos piensan”.

La nueva etapa de la conflictividad social que el peronismo ya no puede contener

A pocos metros, en el corazón de la escena, Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero, se arrimaba para una foto inminente con sus pares de la UTEP. “El mensaje es claramente la unidad de los sectores del movimiento piquetero para pelear por los intereses de los trabajadores desocupados, es una pelea común contra el ajuste que están sufriendo nuestros compañeros. Vamos a mantener la unidad, nos vamos a juntar y vamos a discutir” expresó a Diagonales mientras, desde atrás, el recién llegado Juan Grabois le hacía una especie de cuernitos que quedaron registrados por la cámara de este portal, así como el abrazo posterior entre ambos referentes. A pocas horas de su acto de lanzamiento como precandidato presidencial en el microestadio de Ferro, Grabois evitó las declaraciones a la prensa, pero pudo vérselo en una actitud jocosa y entusiasta con sus pares de las organizaciones sociales, a quienes desafió en plena 9 de Julio en una discusión por quién debía ser el candidato que represente a todo ese sector. 

Mientras Belliboni proponía a Gabriel Solano y Grabois lo chicaneaba entre risas, se fue conformando la foto que sellaría la jornada. La primera plana de las organizaciones sociales y populares junta, en la calle, y planteando duros reclamos y críticas al Gobierno así como advertencias a la oposición. Incluso, hasta con la presencia de dos precandidatos presidenciales en la jornada.

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Además de Grabois, Gabriel Solano también se hizo presente en la 9 de Julio. El referente y candidato a presidente del Partido Obrero afirmó a Diagonales que “el mensaje de hoy es que la 9 de Julio está casi tan llena como cuando salimos campeones del mundo, es un dato político evidente, un pueblo que dice no al ajuste del Gobierno Nacional y del FMI. En un momento donde crece la pobreza, la indigencia y la inflación es insoportable para el pueblo, la única medida del Gobierno es recortar planes sociales y recortar la asistencia a los comedores populares, eso es lo que explica esta confluencia cuando ese ajuste se lleva adelante”. Solano fue durísimo con Tolosa Paz, sobre quien expresó “la ministra está de campaña electoral en Chubut, está haciendo demagogia por el resto del país cuando lo que debería hacer es recibir a los representantes de esta enorme movilización, por lo que la ministra está desautorizada para seguir en el cargo”.

Alrededor de las 13 horas la movilización comenzó a desconcentrar, pero la fiesta de los bombos y trompetas seguía. Un grupo tocaba el himno nacional sobre Belgrano, mientras otro un poco más al sur interpretaba las estrofas de “muchachos” el hit mundialista que exactamente a cinco meses de la gesta en Qatar volvía al epicentro de los festejos aquel 18 de diciembre glorioso. 

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Entre la multitud, los ojos del cronista se posaron sobre una joven que leía sentada en la calle un texto que parecía ser un resumen sobre conceptos de Sigmund Freud. Natalia había llegado desde Esteban Echeverría junto al Frente Popular Darío Santillán, y aprovechaba el tiempo para sus estudios del curso de psicología social que lleva adelante en Lanús. “A mi no me interesa que digan que los que venimos a las marchas somos vagos o venimos por un plan, la verdad es que la mayoría de los que estamos acá trabajamos y no llegamos ni al básico. Y venimos porque estamos convencidos, si vos estás convencido no te importa lo que digan los demás” sentenció ante la consulta de Diagonales. Misceláneas de una escena que alerta con volverse cada vez más frecuente y más profunda en la Argentina de la crisis y la falta de respuesta por parte de política.