Con la advertencia de una posible segunda ola de COVID19 y un fuerte movimiento turístico en puerta, Casa Rosada anunció nuevas medidas de prevención con fuerte foco en el trabajo del sector estatal. Desde la oposición, en tanto, ya empezaron a mostrar rebeldía y desmarcarse de las modificaciones que impulsa Nación.

Las primeras reacciones llegaron desde el sector municipal, en especial en regiones como Mar del Plata, donde los anuncios de la vuelta al teletrabajo presentada ayer fueron tomados con reticencia por el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro. El mandatario salió a aclarar que la “no se puede parar la ciudad” y que, frente a esto, “ninguna oficina va a cerrar”. Las palabras de Montenegro tomaron una fuerte impronta de negativa a modificar la modalidad de trabajo del sector público.

Quiero aclararles que ninguna oficina municipal va a cerrar. Ya todos aprendimos cómo cuidarnos y no tenemos que aflojar. Desde el Municipio seguiremos controlando que se cumplan los protocolos, y tenemos que continuar las tareas previstas”, expresó el intendente opositor  través de las redes sociales, durante las primeras horas hoy.

Vamos a seguir arreglando las calles, instalando semáforos, luminarias y cámaras, castrando a nuestras mascotas y todo lo que hacemos a diario para mejorar la calidad de vida de cada vecino. No podemos parar la ciudad”, advirtió el intendente de Mar del Plata, una de las ciudades que recibió los golpes más fuertes a nivel laboral y económico como resultado de la cuarentena en 2020.

A esto se suman los comentarios de las figuras más beligerantes de Juntos por el Cambio, como el controversial Fernando Iglesias, quien ya salió con los tapones de punta ante los anuncios de Nación. “Trabajo estatal: suspendido. Flujo turístico de Semana Santa: permitido. No sé cuál de las dos es correcta, pero la combinación es demencial. El Peor Gobierno De La Historia. Suba de casos. El Gobierno impulsa restricciones nocturnas y el teletrabajo”, expresó Iglesias.