Efectivos de las fuerzas federales realizan un allanamiento en las oficinas de la empresa “Caputo Hermanos”, en Santa Fe al 1300 en la ciudad de Buenos Aires. El operativo fue ordenado por el juez Marcelo Martínez De Giorgi, en el marco de la causa que investiga el financiamiento a Revolución Federal, organización de ultra derecha acusada de promover la violencia. 

Este mismo jueves, el magistrado también ordenó la detención del líder de la agrupación, Jonathan Ezequiel Morel, y de otros dos miembros: Leonardo Franco Sosa y Gastón Ezequiel Ángel Guerra.

Justamente fue Morel quien hace días admitió públicamente recibir financiamiento por parte de la familia Caputo para el funcionamiento de Revolución Federal. Sin embargo,  la firma “Caputo Hermanos” negó dichas declaraciones y aunque admitió pagos a la carpintería de Jonathan Morel, sostuvo que se trató de dos proyectos de carpintería “ya ejecutados y concluidos”.

Así lo aseguró ayer el abogado de la empresa, Matías Cuneo Libarona, quien negó haber financiado a la agrupación. “Dentro de los proyectos desarrollados y ejecutados por la firma, en particular los proyectos de Espacio Añelo (Provincia de Neuquén) y Santa Clara Al Sur (Provincia de Buenos Aires) se contrató a la carpintería del Sr. Jonathan Ezequiel Morel para la realización de un trabajo dentro del Salón de Usos Múltiples (SUM) del barrio Santa Clara al Sur y la confección e instalación de una parte del mobiliario de los departamentos del edificio Espació Añelo”, dice el escrito entregado anoche en el juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi.

La presentación lleva la firma de Flavio Luis Nicolás Caputo, hermano mayor de Luis “Toto” Caputo (ex ministro de Finanzas de Mauricio Macri) y presidente del directorio de Caputo Hermanos SA.

Sin embargo, por las transferencias a la carpintería de Moral, la empresa hizo varias facturas. La compañía justificó que el trabajo encargado se había abonado a través de varias facturas porque Morel “se valió de un equipo de trabajo con colegas suyos”. 

“Luce descabellado pretender relacionar la actividad habitual y comercial de la empresa con un supuesto financiamiento de presuntas actividades delictivas de una organización completamente desconocida, de la cual sería partícipe uno de los más de 250 proveedores de la empresa”, señaló Caputto en la presentación. 

Sin embargo, las explicaciones parecen no ser suficientes para el juez Di Giorgi quien ordenó el allanamiento a las oficinas de la empresa Caputo Hermanos. Además, el magistrado ordenó la detención de tres integrantes de la agrupación Revolución Federal acusados por delitos de incitación a la violencia y apología, con el agravante de la discriminación y no se descartan más detenciones. 

Hasta ahora los detenidos en la causa son Jonathan Ezequiel Morel, Leonardo Franco Sosa y Gastón Ezequiel Ángel Guerra. Los procedimientos fueron realizados por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en la Capital Federal y el conurbano.

La agrupación Revolución Federal quedó en el foco público tras el ataque a Cristina Fernández de Kirchner y aunque las causas aún no están vinculadas, la vicepresidenta fue aceptada como querellante en el expediente que avanza contra la agrupación de ultraderecha.

Desde el Frente de Todos ven con preocupación el crecimiento de grupos violentos radicalizados y la proliferación de los discursos de odio. Además, después del atentado contra Cristina Fernández la propia AFI presentó una denuncia que podría vincular a Revolución Federal con el intento de homicidio de la ex mandataria. 

La Agencia Federal de Inteligencia reportó una charla de casi dos horas de duración, publicada una semana antes del atentada en Twitter bajo el título “¿Hay que pudrirla?”. Allí conversaban Jonathan Morel y Franco Castelli, cuando uno de los participantes describió una mecánica parecida a la que habrían llevado adelante Fernando Sabag Montiel, el hombre que apuntó contra CFK, y su novia Brenda Uriarte. 

“Hoy, por ejemplo, veía como Cristina saludaba a La Cámpora y a la militancia y decía, lástima que a mí ya me conocen la cara porque, si no, ¿sabes cómo me infiltro ahí una semana y espero que baje? Pero yo te juro, si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora, yo voy, te canto ahí la marcha peronista siete días seguidos y en cuanto puedo, pasa a la historia. Después me linchan. Pero paso a la historia”, expresó.

Cristina Kirchner no cree que Sabag Montiel, Uriarte y el resto de los integrantes de la banda de los copitos sean los que planificaron el atentado en su contra. “Nadie puede creer que esa banda tiene la autoría intelectual”, aseguró en más de una oportunidad. 

De todas maneras, la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo consideran que aún no hay pruebas para vincular a la agrupación Revolución Federal con el intento de homicidio. Por eso las investigaciones avanzan en dos causas separadas.