Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta acordaron volver a verse las caras luego de casi dos meses. Será antes del fin de semana, en un encuentro privado con agenda definida: la coyuntura, la interna partidaria y, sobre todo, la sucesión porteña, uno de los temas en los que siguen sin llegar a un acuerdo y que desde hace meses viene tensionando la relación entre ambos. 

Juntos por el Cambio tiene una sobreabundancia de precandidatos a jefe de Gobierno, y Larreta viene jugando a dos puntas entre su ministro de Salud Fernán Quirós, y el senador Martín Lousteau, a quien lo ata un acuerdo macro a nivel nacional con la estructura de la UCR. Macri, en cambio, resiste cualquier posibilidad de resignar la Ciudad a otro partido que no sea el Pro y apuesta fuerte por su primo Jorge, ex intendente de Vicente López y actual ministro de Gobierno porteño. 

LA SUCESIÓN PORTEÑA, UNO DE LOS TEMAS EN LOS QUE SIGUEN SIN LLEGAR A UN ACUERDO. 

El problema de la sucesión ya había estado sobre la mesa durante el último encuentro entre ambos, que se dió en enero de este año en el country Cumelén de Villa La Angostura propiedad de Macri. Luego de ese careo, Larreta manifestó públicamente por primera vez su “predilección por un candidato Pro”, lo que fue interpretado como un guiño hacia los deseos del ex presidente. 

Pero las fotos del jefe de Gobierno con Lousteau, en actos y encuentros con vecinos compartidos, se sucedieron desde entonces una tras otra. Con Jorge Macri, en cambio, no hubo nada parecido. Si bien la relación entre Larreta y el ex intendente de Vicente López es “buena”, algo que confirman en los entornos de ambos dirigentes, lo cierto es que nunca se recuperó luego de la foto que el primero se sacó a fines del año pasado con Patricia Bullrich, que se publicó en uno de los momentos más álgidos de la disputa por la candidatura presidencial del Pro. 

Las fotos, en el Pro, no son para una cosa menor. En Villa La Angostura, Mauricio premió el acercamiento de Larreta con una. Habrá que ver si esta vez lo vuelve a hacer: la opción de que el jefe de Gobierno opte por darle rienda a la candidatura porteña de Lousteau como prenda de negociación con Gerardo Morales y el aparato radical a nivel nacional rankea alto en las objeciones de Macri y en la larga lista de reproches y desconfianzas mutuas.

En la sede porteña de Uspallata, de todos modos, se atajan alegando que no hay una preferencia por Lousteau sino por la competencia, que podría darse en una PASO. En la danza de nombres se apuntan también la ministra de Educación, Soledad Acuña; el presidente de la Legislatura, Emmanuel Ferrario, y el diputado nacional Ricardo López Muprhy. María Eugenia Vidal, por su parte, rechazó más de una vez el convite, aunque no hay que descartarla. 

LA ABUNDANCIA DE APELLIDOS AGOTA LA PACIENCIA DEL EX PRESIDENTE, QUE PRESIONA POR SU PRIMO JORGE MACRI. 

La abundancia de apellidos, en tanto, agota la paciencia del ex presidente, que presiona por su primo. Tampoco le gustan a Macri algunos posicionamientos “antigrieta” de Larreta. Quizás por eso, tampoco oculta su preferencia por Vidal como su candidata a presidenta. La ex gobernadora es la única que lo reconoce abiertamente como su jefe político y que aclaró públicamente que está dispuesta a bajarse si así lo desea. 

Los trascendidos de uno y otro lado sobre el contenido de la reunión dieron otra muestra del tironeo entre Macri y Larreta.  Mientras en el entorno del primero aclaran que la reunión la pidió el Jefe de Gobierno, del otro lado relativizan la trascendencia del encuentro, que será otro capítulo más de una negociación entre ambos de la que depende, en buena parte, la estrategia electoral de la oposición, y también de la del Frente de Todos.