Las esquirlas de la bomba política que lanzó este lunes CFK confirmando su candidatura a diputada provincial por la Tercera Sección electoral vuelan por los aires. El mapa político nacional se revolucionó ante el anuncio de que la principal figura de la la política nacional de las últimas décadas volverá a medirse en las urnas, portando dos estandartes esenciales: la unidad del peronismo y la representación de los intereses de las mayorías populares para encabezar una confrontación directa con Milei. Por supuesto, el universo peronista atraviesa su propio Big Bang por estas horas, y ya se observan las primeras consecuencias de la postulación de la ex presidenta.

La intendenta de Quilmes y espada central del cristinismo en la PBA, Mayra Mendoza, ofició de vocera de la definición de CFK durante todo el martes. La tropa cristinista estaba preparada para el lanzamiento: hubo operativo celebración entre la dirigencia que también derramó en la militancia, una línea articulada para explicar la decisión y el escenario que abre, y un empleado casi instantáneo de la calle offline y online con afiches y spots audiovisuales al son de la nueva consigna, “Cristina diputada”.

Con el peso que sólo ella puede ostentar en el ecosistema político nacional, CFK marcó la cancha. Pero quizás el dato más resonante de todo el operativo, junto con la confirmación de su candidatura, fue el énfasis puesto en instalar que el camino a la unidad quedó allanado tras el primer contacto entre la ex presidenta y el gobernador bonaerense. Y que si no se consigue, la responsabilidad será de Kicillof.

X de Diagonales

TE LLAMO, ME LLAMÁS

Lo que en la noche del martes Mayra Mendoza confirmó en el programa de streaming Hay Algo Ahí, entró en duda en la primera mañana del miércoles cuando el intendente de Ensenada, Mario Secco, declaró en Radio Con Vos que el llamado de CFK a Kicillof no había existido y que solamente había habido un contacto entre secretarios. Las reminiscencias a los tiempos en que la discusión del peronismo pasaba por si la ex presidente hablaba o no hablaba con Alberto Fernández, y todas las operaciones que circulaban en esos años al respecto, volvieron como fantasmas de un peronismo condenado al desencuentro.

El propio Secco rectificó sus dichos en una segunda entrevista en Radio Del Plata, y  reconfirmó lo que ya era noticia en todos los medios: CFK llamó Kicillof en la noche del martes, en lo que fue el primer contacto del año entre ambos. Sin embargo, desde la Gobernación bonaerense se mostraron lejos de la posición de hacerse los rulos con la unidad que emanó eufórica desde la otra orilla peronista. En el entorno de Kicillof calificaron el llamado como un “romper el hielo” pero mucho más. “Genial el llamado. Algo cambió. Pero ahora tenemos que ponernos a dialogar punto por punto. Hay un montón de cosas por charlar para llegar a coincidir en una estrategia electoral conjunta”, expresaron a Diagonales, y agregaron una mirada que contrasta con efusividad con la se trató el tema en la vereda cristinista: “Lo que decimos desde un principio, no puede ser ´te llamó Cristina date por contento´”.

CFK y Axel Kicillof volvieron a hablar después de cinco meses de silencio

LA CONSTRUCCIÓN DE LA UNIDAD

El teléfono descompuesto de Secco fue atribuido en el kicillofismo a una simple falta de chequeo previo antes de la primera entrevista que dio esta mañana. En el cristinismo, por su parte, sostienen una mirada según la cual hay actores del armado del gobernador que lo empujan a una ruptura con la ex presidenta. “Lo están apurando a Axel”, sintetizan. Como sea, lo que queda claro es que hacia la unidad del peronismo aún hay un largo trecho por recorrer, y que ese camino estará lleno de encontronazos, tironeos y fuego cruzado entre campamentos.

El intendente de Ensenada manifestó su enojo por lo que consideró “operaciones” en contra suya y del gobernador. Concretamente, ayer circularon versiones de una discusión con su par de Florencio Varela, Andrés Watson, a raíz de las diferencias sobre cómo posicionarse ante la candidatura de CFK: si avanzar a la unidad o profundizar la ruptura. “Haber dicho que yo ayer tuve una discusión con el intendente Watson por distintas posiciones, yo ni me hablé ayer con Watson. Estuvimos el otro día con Watson y tenemos una relación tremenda con Andrés. Ya hoy los medios, títulos de cualquier barbaridad que no existió”, declaró en Del Plata.

Pero, más allá de rectificarse en cuanto al llamado entre CFK y Kicillof, Secco sostuvo varios puntos en sus dos entrevistas de esta mañana que dan cuenta de lo alejados que aún están los dos campamentos peronistas. “Llevo seis mandatos, o sea que vi pasar muchos gobernadores, pero el armado que tiene el gobernador es extraordinario. Eso es lo que no pueden dominar y lo que no pueden creer, que el gobernador haya hecho una construcción política espectacular. Ahora si el gobernador mañana va solo le gana a Cristina, le gana a La Cámpora, le gana a Massa, le gana a todos”, sentenció.

Otra de las líneas que el jefe comunal del MDF sostuvo fue la posibilidad de ir como candidato a concejal en su distrito en caso de que haya una confrontación entre el cristinismo y el armado de Kicillof. Y planteó que no sería el único, sino que los más de 40 intendentes alineados con el gobernador podrían hacer lo mismo para blindar las listas ante un intento de imposición por parte del dispositivo cristinista. A la movida de CFK de anunciar su candidatura y descongelar el vínculo con Kicillof, acompañando un llamado telefónico de un operativo clamor por la unidad, el kicillofismo respondió con dientes apretados y marcando que poco se movieron las posiciones iniciales de cada bando en el inicio de una negociación incipiente.

“Mario salió a romper esa idea de que los problemas se resuelven mágicamente porque haya llamado CFK ayer. Un llamado no resuelve por sí solo los debates pendientes que tenemos”, enfatizaron cerca del gobernador.

La fundación del kicillofismo

PUENTE CFK-KICILLOF Y EL ROL DE LOS INTENDENTES

De los primeros chispazos tras la confirmación de la candidatura de CFK surgen dos elementos que habrá que seguir en esta historia: la relación directa entre el gobernador y la ex presidenta, y el rol que jugarán los intendentes. Desde un importante distrito bonaerense donde se brega por la unidad porque la ruptura resultaría catastrófica, sentencian ante Diagonales: “El único problema que hay entre Cristina y Axel, o entre los intendentes y la unidad del peronismo, es el lugar que van a tener Máximo y La Cámpora. Si no aceptan las definiciones de los intendentes y pretenden usar la lapicera como lo hicieron las últimas veces, entonces va a ser complicado”.

Un dirigente de trayectoria en el peronismo bonaerense opinó en relación a la elección que se viene que “la variable de la victoria en la PBA es sí o sí el aparato de los intendentes, el dispositivo que ponga cada partido para llevar a su gente a votar. En eso el peronismo es campeón del mundo, si ponés a los aparatos políticos del mundo a competir en eso probablemente el peronismo salga campeón. La única manera que se pierda la elección provincial es si vamos con dos boletas, el peronismo tiene todas las condiciones para ganar”. Claro está, para eso los jefes comunales deberán poner toda la carne al asador, algo que saben hacer tan bien como bien saben dejar de hacerlo si las fricciones o las imposiciones los hacen sentir afuera.

En línea con lo anterior, el dirigente reflexiona: “En la Tercera se gana siempre. Cristina va a lo seguro, no va a sumar votos, va al lugar donde seguro se gana y lo hace para mantener su centralidad y desde ahí sostener a Máximo. La vamos a abrazar, pero eso no quita lo anterior y que las listas distritales las firma cada titular del PJ local”.

En este punto habrá que ver si el puente directo entre CFK y Kicillof se sostiene, o si fue apenas una movida para dilatar tiempos y llegar con más capacidad de presión a las últimas semanas previas al cierre de listas. El cristinismo tiene en su poder la plataforma del PJ nacional y el bonaerense. En el kicillofismo dicen tener todo preparado por si no hay acuerdo y deben presentar sus propias listas bajo otro sello partidario. Ambos afirman perseguir la unidad, pero los recelos y la desconfianza empatan con la necesidad de ir juntos.

El largo camino a la unidad parte, para el armado del gobernador, de un punto inicial: la conformación de una mesa de toma de decisiones donde el MDF sea reconocido como un espacio a la par de los demás, y que ese reconocimiento se traslade a lugares en las listas, en la toma de definiciones estratégicas y a una banca irrestricta a la gestión bonaerense y la figura de Kicillof. En esa mesa, el gobernador no acepta la intermediación de La Cámpora. CFK tendió el primer puente para el diálogo directo, no sin antes marcar la cancha con su decisión de ser candidata, y toda su talla y el poder de fuego que demostró con el operativo posterior. Se acabaron las especulaciones y empezó el verdadero partido para el peronismo bonaerense.