El debate por el litio comienza a estar cada vez más presente en la agenda pública, debido a que el mineral aparece como una de las respuestas más concreta al intento por reducir el consumo de combustibles fósiles y que la Argentina posee una de las mayores reservas mundiales. Todas las figuras de la primera línea de la política nacional lo reconocen como un tema estratégico y posiblemente se trate de un eje vertebrante del debate en la próxima campaña presidencial. Sin ir más lejos, la jefa del Comando Sur de EE.UU, Laura Richardson, destacó en declaraciones de este 2023 a las reservas de litio de Sudamérica como uno de los principales factores de interés de la potencia del norte en la región. El litio es presente y futuro para una Argentina que piense en el desarrollo.

Como todo recurso natural de un país, el gran debate que se abre en torno al litio es de qué manera la Argentina puede insertarse en un mercado global creciente y protagonista en el proceso de transformación de la matriz energética global. Actualmente, el litio se exporta en la región como materia prima para su industrialización en otras partes del mundo, principalmente China. Sin embargo, una experiencia de incipiente desarrollo entre la Universidad Pública, YPF, el CONICET y con apoyo del Estado nacional y de la PBA abre la puerta para discutir un modelo de industrialización local, que podría ser la punta de lanza para avanzar en un aspecto determinante para la soberanía nacional.

EL LITIO ES PRESENTE Y FUTURO PARA UNA ARGENTINA QUE PIENSE EN EL DESARROLLO. 

La UniLiB es la primera planta en la región de desarrollo de celdas y baterías de litio. Se trata de un proyecto entre la UNLP, YPF-Tecnología (Y-TEC) y el CONICET, que está en la última fase del montado de la planta ubicada en La Plata y que estará operativa antes de mitad de este año. “El desafío es mostrar que en el país se puede hacer esto, ese es el objetivo” expresó a Diagonales Javier Díaz, Secretario de Vinculación e Innovación Tecnológica de la UNLP, el área a cargo de la coordinación del proyecto que demandó una inversión de unos 7 millones de dólares.

EL “ORO BLANCO” DEL SIGLO XXI Y EL TRIÁNGULO ABC

El litio es el mineral más liviano de la tabla periódica y fue descubierto en 1817. Su gran valor actual radica en sus propiedades para la construcción de celdas para baterías más livianas y eficientes en términos de almacenamiento que, por ejemplo, las de plomo ácido que se utilizan en automóviles. La utilización del litio es central hoy en día para la industria de la electrónica, a partir de las baterías para celulares, laptos, tablets, etc., y rápidamente se expande hacia la industria de la movilidad, con el desarrollo de baterías para autos, motos y otros medios de transporte eléctricos. En ese sentido, el litio aparece como el eslabón principal de la actualidad en la transición energética que se propone la reducción paulatina del consumo de combustibles fósiles.

LA UNILIB ES LA PRIMERA PLANTA EN LA REGIÓN DE DESARROLLO DE CELDAS Y BATERÍAS DE LITIO. 

En parte, esto se debe a que, en determinadas condiciones, el litio es fácilmente extraíble y el proceso para lograr el carbonato de litio, un estado del mineral con la calidad necesaria para la construcción de las celdas con las que se elaboran las baterías, tampoco conlleva altas complejidades tecnológicas. El litio de más fácil extracción y mejor calidad se encuentra depositado en las salmueras debajo de la superficie de los salares. Esas salmueras se extraen con perforaciones no mayores a 200 metros y luego se dejan reposar en piletones entre 18 y 24 meses, para que se evapore el agua y se concentre el mineral. Existen otros estados del litio y formas para su extracción que conllevan otras complejidades.

Es por esto que la Argentina posee una de las mayores reservas mundiales del mineral y en su estado de mayor calidad y más fácil extracción. En unas 870.000 hectáreas de los salares del Noroeste, ubicados centralmente en las provincias de Jujuy, Catamarca, Salta y La Rioja, se calcula la existencia de unas 22 millones de toneladas de litio, que ubican al país en el segundo puesto mundial en reservas del mineral detrás de Bolivia. Junto con Chile, estos países conforman lo que se conoce como el triángulo del litio, o triángulo “ABC” (Argentina, Bolivia y Chile), una región que contiene más del 60% de las reservas mundiales.

A su vez, la Argentina es el cuarto productor mundial de litio, con el 6% de la producción global, detrás de Australia (52%), Chile (26%) y China (13%). Esa producción, sin embargo, está muy por debajo de las potencialidades de las reservas del país y, además, es del mineral como materia prima para la producción de celdas y baterías. China es el gran jugador en el mercado mundial del litio. Importa alrededor del 56% del suministro global y es líder absoluto en la refinación del mineral con más del 60% de la producción industrial dentro de sus fronteras.

LA ARGENTINA ES EL CUARTO PRODUCTOR MUNDIAL DE LITIO. 

Para dimensionar el significado y la relevancia de esto, basta observar valores económicos. En 2018, la tonelada de carbonato de litio costaba en el mercado internacional entre unos 8 y 10 mil dólares. Cinco años después, ese valor puede ubicarse entre los 80 y los 100 mil dólares. Pero una sola batería de litio para un automóvil eléctrico ronda los USD $20.000. Allí radica el carácter estratégico de la discusión.

LA UNILIB: PUNTA DE LANZA PARA UNA DESARROLLO SOBERANO

Lo que pensamos es que tenemos que tratar de desarrollar las capacidades locales y mostrar sus resultados, ese es el gran desafío” le dice a Diagonales Javier Díaz, que minutos antes de la charla participó de una reunión con representantes de Argentina, Chile, Bolivia, Colombia y EEUU para “trabajar de forma mancomunada” respecto a los estándares internacionales. “Hay un interés en que los países productores tengamos una voz, no solo los países consumidores” agrega.

La Secretaria de Vinculación e Innovación Tecnológica de la UNLP, de la cual Díaz es titular, convocó en 2019 a conformar la Mesa del Litio en la casa de estudios. Según la propia secretaría, “dicha Mesa es un ámbito multidisciplinario que diseña e impulsa proyectos de gran impacto en el sector del Litio” y su objetivo principal fue “reconvertir el trabajo de investigación y aplicación que desarrollan los diversos grupos de investigación, áreas y laboratorios de la universidad, a partir de la detección de necesidades y potencialidades de las cadenas de valor del Litio”.

La UNLP viene trabajando las potencialidades del litio hace más de una década. La casa de estudios platense logró importantes desarrollos en esa línea: un triciclo alimentado a baterías de litio creado en los laboratorios de la Universidad se convirtió en el primer vehículo de Latinoamérica íntegramente impulsado por esa vía, y probó su rendimiento y autonomía en un viaje que unió la capital bonaerense con Mar del Plata. Las baterías del mineral construidas en la Universidad se probaron desde en motos hasta en satélites, con el hito de los dos Ecobubes universitarios, primeros transportes totalmente ecológicos de la ciudad que recorren las calles de los bosques platenses entre las distintas Facultades. Actualmente se está trabajando también en un avión eléctrico a baterías de litio. Pero, como explica Díaz, “eso está avanzando pero sólo en una escala piloto. La idea es pasarlo a un estadío más replicable y ampliable, puesto en valor para la sociedad, eso es  lo que creemos que vale mucho y queremos hacer esa demostración”.

LA UNLP VIENE TRABAJANDO LAS POTENCIALIDADES DEL LITIO HACE MÁS DE UNA DÉCADA. 

Así es que a principios del 2020 representantes de Y-TEC se reunieron con Díaz y el actual Vicepresidente Académico de la UNLP, Fernando Tauber, con la idea de arrancar un proyecto para montar una planta de producción de celdas y baterías de litio. De a poco la idea fue avanzando en la búsqueda de socios y financiamiento hasta que en julio del 2021 el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, el Ministerio de la Producción de la Provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Defensa, la Universidad de la Plata, el CONICET, el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC) e Y-TEC, firmaron un memorando de entendimiento para construcción y puesta en funcionamiento de la planta. Dos años después, ese proyecto está en la etapa final y se calcula que para el mes de julio la planta estará operativa.

Con una inversión total que rondó los siete millones de dólares, a fines del año pasado llegaron al país unas 115 toneladas de equipamiento técnico proveniente de China para la instalación de la UniLiB, la primera fábrica de la región con la capacidad de transformar el carbonato de litio en celdas para el armado de baterías. De esta forma, la planta ubicada en el Polo Productivo Tecnológico “Jorge Alberto Sabato” de UNLP, en diagonal 113 entre 64 y 66, se convertirá en la primera experiencia latinoamericana de producción del insumo clave para poder completar la cadena de valor del litio fronteras adentro. Un paso gigantesco en términos estratégicos para el país y la región.

DESARROLLO CON PROYECCIÓN: RECURSOS HUMANOS Y PROYECTOS HERMANOS

“Lo más interesante con esta planta es que los recursos humanos calificados que la diseñaron y la están operando están muy conscientes de todas las partes que intervienen. Se va haciendo una cadena hacia delante, para no sólo hacer que esto funciones sino que se mantenga en el tiempo, evolucione y podamos probar cosas” explica Javier Díaz a Diagonales. Y en esos conceptos también radica lo estratégico de la experiencia de la UniLiB.

Junto al desarrollo de la planta, el convenio original se planteó la formación de recursos humanos y la producción de conocimiento como otro de los objetivos centrales. “Se armó una capacitación entre la UNLP e Y-TEC para operarios de planta manufacturera, y luego se diseñó y dictó en la Escuela de Oficios de la Universidad el primer curso de capacitación para operarios de planta de fabricación de celdas de Litio de Argentina” relata Javier Díaz, resaltando que todos los materiales del curso fueron desarrollados a medida.

Actualmente se están terminando las instalaciones auxiliares y de equipos periféricos de la planta, como los termoeléctricos, de nitrógeno, oxígeno, de vacío y extracción de vapores, y una vez concluida esa última etapa del montaje vendrán técnicos de la empresa china a la que se le compró el equipamiento para certificar el funcionamiento de la planta. La producción estipulada es de 300 celdas por turno, en tres turnos rotativos con alrededor de 15 operarios por turno. Los primeros tres meses de producción se destinarán a la creación de baterías para paneles solares que se instalarán en la Isla Paulino para abastecer a la población local, que hoy no cuenta con electricidad. Esa experiencia se replicará luego en otras zonas de la provincia, al tiempo que también se utilizarán las celdas para dotar al Ejército de baterías más livianas, eficientes y duraderas para los radares de frontera.

Pero, además de las aplicaciones concretas de la producción, el acumulado de experiencia y conocimiento que se está generando ya se proyecta hacia desarrollos hermanos de la UniLIB. YPF y la UNLP firmaron la constitución de un Consorcio de Cooperación junto a la provincia de Santiago del Estero y su Universidad Nacional para la transferencia de conocimientos científicos e industriales que permita la instalación de otra planta en la provincia del norte argentino. A su vez, un informe del proyecto UniLiB destaca que “en enero del 2023 se firmó un convenio entre el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Santiago del Estero y la UNLP para transferir los contenidos, metodología de trabajo y perfiles requeridos para alumnos y docente de los cursos para Operador de Planta de Manufactura y Operador de Planta de Celdas de Litio para formar los futuros operarios de la planta de Santiago del Estero”. El proyecto santiagueño está en fase de pliegos y licitaciones. “La idea es que lo que vamos aprendiendo se vaya expandiendo, que la provincias del norte también empiecen a desarrollar esas capacidades y a desarrollar empleo industrializando el litio en sus regiones” destaca Díaz al respecto.

También se constituyó en septiembre del año pasado el FONARSEC ElectroLiAR para la producción nacional de electrolito para celdas de baterías de litio. Los electrolitos son una etapa más avanzada en la cadena de valor que el carbonato de litio, y en ese sentido Díaz explica que “todo lo que se pueda producir dentro de esa cadena aumenta el valor agregado que se puede exportar”. La planta piloto que está montando YPF a partir de ese proyecto podría estar operativa para fin de año. Así, de exportar solamente el cabonato de litio como en la actualidad, Argentina empieza a plantearse el desarrollo de los eslabones de la cadena de valor como una decisión de producción estratégica, con la Universidad pública y una empresa nacional de bandera como YPF como insignias de ese proceso.

MODELO PRODUCTIVO, REGULACIÓN Y GEOPOLÍTICA

“En el país hay muchas posiciones, en torno a la industrialización o si industrializamos con capacidades locales o favorecemos que se instalen empresas de afuera. Hay debates  e intereses en juego. La Universidad e Y-TEC con esta experiencia demuestran que existen los recursos humanos calificados para hacerlo y que se puede montar toda la cadena. Se formaron a medida  los operarios técnicos, a la parte directiva general, se está demostrando que existen todas las capacidades” sostiene Javier Díaz, y agrega una mirada para tomar dimensión de la importancia de este tema: “Hay una gran demanda de esto en el mundo, en EEUU hay proyectos para montar 20 centros de estos y en Europa unos 10. Hay mucho interés en desarrollar capacidades locales”.

EXISTE EL RIESGO SIEMPRE LATENTE DE QUE EL PAÍS AVANCE SOLAMENTE EN UNA DIRECCIÓN EXPORTADORA DEL LITIO COMO MATERIA PRIMA EN LUGAR DE FOMENTAR SU INDUSTRIALIZACIÓN. 

Esta situación mundial plantea enormes desafíos a la Argentina. En el centro de la mira global por formar parte del triángulo ABC, existe el riesgo siempre latente de que el país avance solamente en una dirección exportadora del litio como materia prima en lugar de fomentar su industrialización. Un debate permanente en la Argentina agroexportadora. En ese sentido, el espejo chileno enciende un alerta: los miles de millones de dólares que exporta el país trasandino y que lo ubican como el segundo exportador mundial, no se traducen en un modelo industrializador que agregue valor y genera trabajo calificado para su población. La exportación chilena está dominada por dos empresas privadas, una de ellas de capitales estadounidenses.

Allí, la discusión sobre la regulación estatal se vuelve imprescindible. Tanto en Chile como en Bolivia y otros países latinoamericanos como Brasil y México, el litio fue declarado como un recurso estratégico por esos estados. En Argentina, la reforma constitucional de 1994 determinó la potestad de las provincias sobre sus recursos naturales, por lo que en la actualidad la explotación del mineral en el país se decide a través de acuerdos entre privados y las provincias. Más allá de una creciente articulación interprovincial, este modelo determina situaciones de explotación diferenciales y de difícil control, que en muchos casos termina con la subfacturación de las exportaciones. A su vez, el Estado nacional sólo recibe un canon insignificante por esas exportaciones.

La posibilidad de desarrollo de capacidades industriales alrededor del litio en el país, y particularmente en los territorios de extracción, plantea un primer horizonte esperanzador en cuanto a encarar una vía de desarrollo pensada desde la soberanía y la autonomía nacional sobre un recurso llamado a protagonizar el futuro energético del planeta. En este aspecto, el crecimiento de la influencia de China en la región ya es visto como una amenaza por EEUU y Europa, que aceleran sus estrategias para recuperar terreno perdido y frenar la injerencia del gigante asiático en el continente. La Argentina necesita discutir a fondo cuál es la mejor estrategia para aprovechar esa disputa entre potencias y hacerse del know how y el equipamiento técnico necesario para erigirse como un faro de autonomía en la región, que pueda a su vez expandirse a los países hermanos con un horizonte de soberanía latinoamericana.

Hoy en día, la UniLib tiene un papel protagónico en ese camino. “Este es un terreno donde todo el mundo quiere mostrar lo que tiene, por eso la importancia de mostrarlo, poder poner una batería arriba de una mesa, saber que eso se puede desarrollar, que las capacidades están y que se puede crecer a partir de ahí” sintetiza Javier Díaz. “Vamos al mayor ritmo que podemos avanzar junto con Y-TEC. El desafío es mostrar que esto puede funcionar, que es operativo, que es real y que es replicable. Queremos mostrar que en el país se puede hacer esto, ese es el objetivo” concluye el Secretario de Vinculación e Innovación Tecnológica de la UNLP.