La interna que sacude al PRO, integrante neurálgico todavía de la coalición de Juntos Por el Cambio, parece no apaciguarse a pesar del anuncio de que será el intendente en licencia de Vicente López quien encabece la fórmula que competirá por la intendencia de la Ciudad.

El gesto de Horacio Rodríguez Larreta de dar por concluida la precandidatura de una de sus figuras en el Gabinete porteño más cercanas, y con buena imagen positiva, como Fernán Quirós parece ser otra estocada más para el precandidato a presidente. Una más si quiere allanar el camino para su llegada a la Casa Rosada. Pero antes deberá seguir avanzando en este terreno hostil.

Las diferencias publicas entre el sector de las “palomas” del PRO, liderado por Larreta, y los “halcones”, tanto de Macri como de su exministra de Seguridad de Mauricio Macri, suman nuevos capítulos, y ya no solo se acumulan las tensiones por las divergencias en el programa de gobierno de cada contendiente. Esas diferencias se potencian en una batalla encarnizada por lugares en las listas no en CABA sino también a nivel provincial y en los distritos bonaerenses.

Tanto desde el bando que lidera Larreta como el de Patricia Bullrich esperan que el “fuego cruzado” de las internas cese luego del 13 de agosto cuando se diriman las candidaturas de octubre a nivel nacional, en la provincia de Buenos Aires y cada uno de los 135 distritos bonaerenses. Será entonces cuando lo que hoy es debilidad podría convertirse en fortaleza. Pero el temor es que en el camino haya muchos heridos.

En la carta que publicó en sus redes sociales pasadas las 10 de la mañana, el actual jefe de Gobierno de la Ciudad basó su decisión respaldar a Jorge Macri por su medición en las encuestas y los estudios que se hicieron sobre los dos aspirantes a sucederlo. Resaltó que su actual ministro de Gobierno tiene una intención de voto “muy consolidada”.

Larreta, Bullrich y la estrategia de pacificación que no funcionó

Este argumento parecería ser solo la punta del iceberg de un nuevo capítulo en la disputa partidaria. Y una maniobra que busca darle a Larreta mayor aire para descomprimir frente a un deseo especial de su padrino político Mauricio Macri. El expresidente fue un factor clave que jugó en favor de su primo y la boleta porteña del PRO nuevamente tendrá el apellido “Macri” como caballo de batalla electoral.

El reclamo de Elisa Carrió para pedir por la unidad del espacio y que haya un único candidato para disputar la gobernación en la Provincia de Buenos Aires, parece no tener eco a la interna. Desde su espacio afirmaron a este medio que ni del lado del larretista Diego Santilli ni del bullrichista Néstor Grindetti hubo conversaciones para encaminar esta expresión de deseo de la titular de la Coalición Cívica.

Larreta, Bullrich y la estrategia de pacificación que no funcionó

La misma preocupación expresó el presidente del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y también precandidato a gobernador por el radicalismo, Maximiliano Abad. Y en la misma sintonía, se expresó con Diagonales Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen y presidente del Foro de intendentes por el radicalismo provincial: “Abogamos por la unidad y seguiremos trabajando hasta donde se pueda para acordar un candidato único en la provincia”, sintetizó.

El miedo latente de quedar terceros detrás de Axel Kicillof (si se determina que será el candidato del Frente de Todos) y algún candidato de Javier Milei hace que quienes miren la contienda “desde afuera” se alerten por los puntos que deberá remontar el vencedor de la interna de Juntos por el Cambio después de agosto. Ni el santillismo ni el grindettismo ven posibilidad alguna de que el pedido de Carrió, Abad y Fernández prospere. En ese caso la fundadora del ARI jugaría en la interna para la candidatura de Santilli.

 LAS INTENDENCIAS NO ESCAPAN A LA TENSIÓN INTERNA

Hace más de un mes, Mauricio Macri convocó frente a referentes provinciales de su partido para sostener una política de unidad de candidaturas en aquellos municipios de la Provincia de Buenos Aires donde ya hubiera un gobierno “amarillo”. Esta estrategia de “V” evitaría las rispideces propias de una campaña que podría debilitar a los máximos aspirantes a sostener esas intendencias. Tanto Larreta como Bullrich habían dado su aval a esta política pero a condición de mantener una cierta “imparcialidad” en la impronta de cada candidato.

Con el correr de las semanas estas promesas quedaron truncas y hoy es casi un hecho que en solo un puñado de los 135 municipios de la provincia se mantendrán listas unitarias del PRO de cara a las primarias.

Larreta, Bullrich y la estrategia de pacificación que no funcionó

Diego Santilli intervino activamente para que en los municipios que se presenten candidatos que apoyen su postulación en la provincia de Buenos Aires y sean los favoritos a ganar los comicios se puedan cerrar filas. Pero la presión del bullrichismo para generar adhesiones para las PASO y por imponer sus propias candidaturas para poder disputar espacios en las listas después de agosto es casi un hecho.

Desde el larretismo apuntan a dejar expuestos a sus opositores de interna planteando que no se cumple con el acuerdo consensuado. Hay intendentes como Diego Valenzuela de Tres de Febrero o Julio Garro de La Plata, alineados con el actual Jefe de Gobierno porteño, que son más explícitos en plantear esta crítica. Aunque también se da la inversa: hay municipios donde los principales favoritos trabajan para el equipo de Bullrich y buscan limar asperezas para que no haya internas.

Este es el caso de Lanús, en el que Diego Kravetz, jefe comunal interino en reemplazo del precandidato a gobernador Grindetti. Allegados al extitular del área de Seguridad comunal aseguran a Diagonales que abogarán por una lista de unidad y reconocen que las “diferencias tácticas” no deberían ser un obstáculo, pero que el panorama actual puede generar “debilidad y lo único que hace es dejar heridos en el camino”.

Desde el entorno de Valenzuela, plantean a este medio un escenario abierto para lo que se viene en las próximas semanas, que son definitorias: “No se descarta nada, está todo arriba de la mesa”, señalaron a este medio con cierta adrenalina. Pero inmediatamente buscaron quitarle tensión y dirigir sus cañones sobre su verdadero contendiente electoral, el oficialismo. ”Lo importante es que somos un equipo al margen de las candidaturas. Lo que importa es ganarle al kirchnerismo”.