Tras la decisión de Alberto Fernández de declarar feriado nacional para permitir “que la sociedad se exprese en paz” en contra del atentado a Cristina Fernández de Kirchner, ya empezaron a haber discrepancias en sectores que no se alinearon a la disposición. Provincias como Mendoza y Jujuy ya anunciaron que no se adhieren al feriado y también hay desacuerdo en distritos del territorio bonaerense.

“Hoy se debe trabajar con normalidad, que es la mejor forma de repudio a cualquier expresión de violencia y adhesión a la paz social”, expresaron desde la web oficial del gobierno de Mendoza, provincia al mando del radical Rodolfo Suárez. En el escrito se reiteraba también el repudio hacia “el hecho gravísimo producido ayer”.

En tanto, desde la provincia de Jujuy, gobernada por el también boina blanca Gerardo Morales, la directiva fue más directa y breve sobre la no adhesión al feriado. “Este viernes 2 de septiembre la actividad escolar y administrativa será normal”, indicaron en las redes sociales del Ejecutivo provincial, sin mayores detalles.

No es la primera vez que emergen descontentos y discrepancias con las medidas del Gobierno vinculadas a feriados a asuetos. Una buena parte del discurso opositor y la opinión pública afín se centró en varias ocasiones en la presunta utilización de los feriados con intereses proselitistas o como obstáculos a la actividad productiva o “fomentar la vagancia”, como en algunos casos se ha calificado.

En tanto, en territorio municipal del interior bonaerense también hubo discrepancia con la decisión de establecer el feriado este viernes. El descontento llegó de parte de Mariano Uset, intendente de Coronel Rosales y referenciado en el PRO, quien sostuvo que el feriado “desordena” a la  sociedad en un momento de angustia e incertidumbre.

“Un feriado decretado minutos antes que finalice el día, lejos de aportar a la solución, desordena, cuando lo que necesitamos es orden. El desastre económico en el que nos han sumergido, requiere más trabajo, no menos”, señaló el intendente Uset.