Los alimentos subieron un 91,5 por ciento en los barrios populares durante los últimos doce meses. Así lo indica el último informe, con datos de septiembre, del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) en base a su tradicional relevamiento de precios de 57 productos de la canasta básica en comercios de cercanía del conurbano bonaerense.

La suba de precios en alimentos supera ampliamente la inflación general de la economía, con un piso de al menos diez puntos más, lo que golpea sobre todo a los sectores populares. Según publicó el INDEC la semana pasada, la indigencia en todo el país trepó del 8,2 por ciento de la población durante el segundo semestre de 2021 al 8,8 por ciento en el primer semestre de este año.

El incremento de la indigencia coincidió, paradójicamente, con una baja de la pobreza y con tres trimestres consecutivos de recuperación de la actividad económica y el PBI post-pandemia. Para Isaak Rudnik, director del ISEPCi, la explicación se encuentra precisamente en el aumento de los alimentos, además de una distribución inequitativa de la riqueza, y un responsable: el Gobierno, incapaz de crear herramientas de control o que al menos regulen el traspaso de ganancias a precios de empresas alimenticias.

Los alimentos, por las nubes: 91 por ciento de inflación interanual, que impactó en el crecimiento de la indigencia

“Venimos de un crecimiento del PBI de tres semestres seguidos. Se recuperó en un solo año lo que se había perdido en la pandemia, y en estos últimos seis meses la pobreza bajó casi dos puntos, aunque es poco es una baja. Pero en ese marco, dentro de los sectores pobres hay un mayor empobrecimiento que hace seis meses, hay personas pobres que cayeron por debajo de la indigencia. Sectores que antes podían llegar a cubrir la canasta básica y ahora ya no pueden. El elemento fundamental que lo explica es que el agrandamiento de la torta fue distribuido inequitativamente, y eso se explica fundamentalmente por la suba permanente de los alimentos”, explicó Rudnik en diálogo con Diagonales.

En ese marco, “el Gobierno no tiene posibilidades o no tiene demasiada voluntad ni demasiada voluntad para ponerle un freno a los formadores de precios, que incrementaron sus ganancias en el marco de la crisis”, agregó.

Ese punto había suscitado precisamente una polémica la semana pasada al interior del Frente de Todos, luego de dos meses de calma en materia económica con la llegada de Sergio Massa al gabinete. La vicepresidenta Cristina Kirchner alertó sobre el crecimiento de la indigencia y señaló los márgenes de ganancias de las empresas alimenticias, además de reclamar la implementación de un instrumento de refuerzo de ingresos que combata la inflación. El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, la desmintió públicamente. Y el refuerzo para los sectores bajo la línea de indigencia llegaría recién “de acá a fin de año”, según dijo esta semana la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.

De acuerdo al relevamiento del ISEPCi, “una familia de dos adultos/as y dos hijos/as en septiembre de 2021 necesitaba para adquirir sus alimentos indispensables para un mes, $28.803,84 y en el mismo mes de este año requirió $55.172,38”.

Los alimentos, por las nubes: 91 por ciento de inflación interanual, que impactó en el crecimiento de la indigencia

Los aumentos más significativos se dieron en el rubro verduras y frutas, que crecieron más del 124%. Los productos de almacén, en tanto, subieron un 93,92% y las carnes se incrementaron cerca del 73,86%.

La inflación, además, sigue pegando en el punto de flotación del Gobierno, que de acuerdo a la foto de hoy no sólo no ha logrado bajar la indigencia respecto de la administración de Cambiemos, sino que incluso la incrementó: pasó de 8 puntos en el último semestre de 2019 a 8,8 en 2022.

“En números concretos, en el final del año 2019, cuando asumió el actual gobierno, teníamos 3.600.000 (tres millones seiscientas mil) personas en condición de indigencia, y al final de junio pasado, eran más 4.000.000 (cuatro millones) las que estaban en esa situación, o sea un 10% más que el último tramo de la administración anterior”, concluye el informe de ISEPCi.