En nuestro país resulta habitual modificar de manera permanente las normas, y cuando se trata de reglas electorales, las especulaciones se reavivan, tanto que cada partido político busca atender el juego que más le conviene.

En año electoral, desde algunos sectores buscan introducir en la agenda pública y legislativa, la posibilidad de suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Los argumentos esbozados giran en torno a: la Pandemia que azota al mundo que nos encontraría en un nuevo rebrote, el gasto económico que requiere la concreción de las PASO y la poca utilización de los partidos políticos de esta herramienta competitiva.

El debate en torno al proceso de selección de las candidaturas guarda su antecedente en el gobierno de la ALIANZA, en el pórtico de la crisis de los partidos políticos. Tras la caída de Fernando de la Rúa, se aprobó la ley 25.611, que estableció el régimen de Primarias Abiertas y Obligatorias. Al año siguiente, la norma fue suspendida y en el 2006 derogada.

Se retoma ésta, en la mesa de diálogo político de 2009, plasmado en la aprobación de la Ley 26.571. Doce provincias argentinas también adoptaron en sus plexos normativos la figura de las PASO. Las PASO como la birome o el dulce de leche, son un invento argentino. No existe; así como fue concebida, en ningún lugar del mundo.

Las ventajas de las PASO son varias: buscan democratizar el proceso de selección de candidaturas, da cuenta de manera institucionalizada las diferencias existentes dentro de un frente electoral sin llegar a la ruptura[1], deja en competencia a los Frentes más representativos[2], mejora la legitimidad externa de los candidatos.

¿Democratización o nuevas proscripciones?

Las PASO se inauguraron en el año 2011, las 10 fórmulas nacionales ofrecieron una única oferta electoral, de manera tal que vulneraron el espíritu de la norma. En la categoría de diputados nacionales, sólo el 11% de los Frentes hicieron uso de la herramienta.En donde sí existieron PASO competitivas, fue en la categoría municipal. Sólo en la provincia de Buenos Aires hubieron 209 listas alternativas: el Frente para la Victoria presentó 72 listas alternativas; el Frente UDESO 60 listas alternativas; el Frente Popular 52 listas;  el Frente Amplio Progresista 11 listas; Compromiso Federal 8 listas alternativas;  la Coalición Cívica 4 listas alternativas.Entonces, desde un primer momento quedó claro que, si bien en la arena nacional, no fue utilizada, sí tuvo un importante impacto a nivel subnacional. 

En el año 2015, los partidos políticos entendieron que las PASO fueron una herramienta válida. En esa elección ejecutiva, Cambiemos, UNA y el FIT tuvieron Primarias con intenciones competitivas.  Una vez más, allí la competencia más importante se llevó a cabo en los municipios.

En las ejecutivas del 2019 se produjo un retroceso importante. Ninguna de las 10 ofertas electorales nacionales presentó alternativas a las fórmulas presidenciales. 

Entonces ¿PASO si o PASO no? 

  • Todos los manuales de buenas prácticas de calidad democrática tienen una máxima: no se modifican las reglas electorales en el año de votación.
  • Las PASO no fue un invento de un trasnochado, sino parte de un proceso de discusión política de TODOS los partidos políticos con representación.
  • Los oficialismos, independientemente del partido que representan, siempre buscan la limitación de la participación de los frentes internos. Mientras que, en principio, las oposiciones les conviene la competencia para definir liderazgos.
  • Algunos partidos políticos, encontraron nuevas formas de proscripción electoral, al no permitir la participación de los frentes internos.
  • Si se busca reducir los costos de las elecciones, no debiera modificarse las PASO, sino ir a un sistema de boleta única. Esto reduciría; como mínimo, la impresión de 200 millones de boletas
  • En momentos de Frentes electorales con diferencias, una de las herramientas más sanas es la Unidad dentro de la diversidad. Cada partido político guarda su propia identidad, adentro de un frente más competitivo.
  • Si se modifica las PASO a nivel nacional, se debe replicar lo mismo en casi la mitad de las provincias que las adoptaron.

La calidad de nuestra democracia se mejora con mayores grados de participación, la limitación de esa convierte a los partidos políticos en oligarquías partidarias. Es no resulta sano para nuestra novel democracia.

*Licenciado en Ciencia Política. Docente e Investigador de la UBA/USAL/UAI. Autor de varios libros sobres Sistemas Electorales. Twitter: @GusGonzalezok

[1] No por casualidad fue el sistema utilizado por la provincia de Santa Fe en el 2005 tras derogar la Ley de Lemas.

[2] Por eso la exigencia del 1,5% de los votos para acceder a las generales.