Con una nueva acusación en su contra, Mauricio Macri cierra hoy su peor semana en mucho tiempo. Tras el escándalo desatado por la causa de espionaje ilegal investigada por la AFI, es ahora la Unidad de Información Financiera (UIF) la que decidió apuntar al ex Presidente por los delitos de defraudación al Estado, lavado de dinero y fuga de capitales.

Este nuevo problema llega de la mano de la situación de la empresa Vicentin, donde ahora se investiga por qué fue recibida por el actual gobierno con una deuda acumulada de 18.500 millones de pesos, habiendo recibido grandes auxilios financieros durante la gestión Cambiemos. Además del ex mandatario, el dilema salpica a los ex titulares del Banco Central Guido Sandleris y Javier González Fraga y a directivos de la propia cerealera.

Según trascendió, Vicentin -que fue aportante de la campaña de Juntos por el Cambio- acumuló una deuda de 18.500 millones de pesos en contra de las normativas vigentes, mientras que otras firmas ligadas al mismo grupo empresario acumulaban activos en el exterior.

“Habrían existido instrucciones explícitas de Presidencia para favorecer al grupo empresario”, señalaron desde la UIF. Por ello, se solicitó que se ordene una inhibición general de bienes sobre el patrimonio de los acusados. Al parecer, surge la hipótesis sobre una instrucción personal por parte de González Fraga para beneficiar a la firma, y éste, a su vez, habría sido comandado al respecto por el entonces Presidente de la Nación.

El momento para recibir esta acusación no podría ser más inoportuno para Mauricio Macri. Cabe destacar que el líder máximo de Juntos por el Cambio ya venía de acumular dolores de cabeza en los últimos días debido a la investigación en su contra por la presunta red de espionaje ilegal desarrollada durante su Gobierno.

La tarea iniciada por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a cargo de Cristina Caamaño reveló que los seguimientos y escuchas ilegales habrían sido apuntados no solo a figuras opositoras al macrismo, sino incluso también a propios referentes de Cambiemos. Este último punto generó un revuelo puertas adentro de Juntos por el Cambio, que ahora enfrenta una fuerte disputa entre mantener intacta la unidad de la coalición o, de una vez, soltarle la mano a Macri.