El presidente Mauricio Macri comenzó su discurso del 9 de julio en Tucumán haciendo referencia al fallecimiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Aseguró que "fue un presidente bien intencionado" y una "buena persona", por lo que envió "todo su cariño a la familia De la Rúa". Y luego se fue de lleno a hacer un paralelismo con los hombres y mujeres de 1816 con los de la actualidad para continuar en el Gobierno.  "No hay vuelta atrás cuando el pueblo está decidido a ir en una dirección", aseguró. 

"Siempre es gratificante volver al norte, ya es mi visita número 11 a Tucumán como presidente de la República.  Y siempre es gratificante ver el afecto y la calidez del pueblo tucumano", señaló Macri y agregó: "El norte es parte fundamental de nuestra identidad. Acá nació la Argentina. Acá mismo le dijimos al mundo que eramos independientes. Acá está  el fruto de nuestra enorme diversidad, de esa gran riqueza cultural de nuestros pueblos originarios. Acá vinieron mujeres y hombres de todas partes del mundo a construir juntos un futuro común. Cómo no emocionarnos en esta casa histórica donde empezó todo. Donde empezamos a caminar nuestra historia, la historia de los argentinos".

Luego hizo referencia a la Casa de Tucumán y manifestó que "dentro de estas paredes decidieron que estaban listos para hacerse cargo de su futuro, decidieron confiar en sus capacidades y construir de cero una Nación, sin depender de nadie más que de ellos mismos y sucedió en esta casa porque el cabildo estaba en refacción. Y se eligió este espacio". 

"Hoy vemos esa época como muy lejana, también vemos a esas mujeres y esos hombres de la independencia como próceres inalcanzables con una fuerza casi sobrenatural, algo que nos parece que cualquiera de nosotros no podríamos hacer. Pero no eran tan distintos a lo que somos los argentinos hoy. Eran personas con diferencias  y con incertidumbres. O piensan que era fácil tomar la decisión de separarse de España. Se jugaba mucho, se jugaba su destino, el de sus familias, el de sus  seres queridos. Se jugaba el futuro de un país entero", expresó el mandatario argentino. 

A partir de allí comenzó a reforzar su discurso de campaña y estableció paralelismos y comparaciones entre 1816 y la actualidad: "No crean que fue fácil, nunca es fácil llevar adelante una transformación tan grande, cambiar de raíz lo que estuvo tan arraigado durante tantos años, nos pasa a nosotros en la vida personal, en el país. Pero son transformaciones que necesitamos para crecer. También en 1816 las diferencias eran muchas".

"Tenían la tarea más difícil que le toca a un país, ponerse de acuerdo. Había que independizarse, definir cuál era la mejor forma de gobierno y una constitución. Eso no fue nada fácil", manifestó Macri bajo la atenta mirada de su compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto, que cuando se lo veía en la transmisión asentía con la cabeza. 

Luego señaló que "los resquemores y las diferencias políticas se dejaron de lado por algo mucho más importante, el bien común de una Nación. Ese fue el talento de Belgrano, el de plantear las cosas siempre con una mirada superadora del barro de la política". 

"Yo veo a esos hombres de 1816 muy parecidos a los argentinos de hoy. Ellos cambiaron el futuro, igual que nosotros. Ellos no pensaban igual en todos los temas, pero tuvieron la grandeza de ver más allá de esos temas. Hoy la Argentina nos exige ese mismo paso de grandeza",  remarcó Macri. 

Y concluyó: "La independencia era para siempre. La libertad era para siempre. No hay vuelta atrás cuando el pueblo está decidido a ir en una dirección. No había superhéroes en 1816, tampoco los hay hoy. Somos personas de carne y hueso".