El ex presidente Mauricio Macri decidió hacer un balance de fin de año en las redes sociales y lo hizo decorando el posteo con la foto de Alberto Fernández celebrando el cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos en la cuarentena estricta. 

"Termina un año que en realidad son casi dos, porque se unen de manera inseparable las mentiras y las innumerables decisiones equivocadas tomadas por el Gobierno en 2020 y 2021", comenzó Macri su publicación.

Entre estas "mentiras y equivocaciones" mencionó la del manejo de la pandemia, la vacuna rusa, los vacunatorios vip, la "destrucción total de la economía", y las fotos del Presidente en Olivos celebrando el cumpleaños de Fabiola Yáñez.

" Termina uno de los períodos más tristes de la historia argentina que dejó hasta la fecha más de 115.000 personas fallecidas, muchísimas de ellas, muertes evitables si se hubiese manejado sin ideología la compra de vacunas, si se hubiese firmado de inmediato un decreto inexplicablemente postergado para comprar dosis de Pfizer y de otros proveedores norteamericanos. No lo hicieron a tiempo. Más grave aún, no quisieron hacerlo", expresó Macri. 

Además señaló que el kirchnerismo una vez más quiso "presionar y atropellar jueces para garantizar su impunidad". Aunque también marcó que "termina 2021 con el oficialismo vencido en las elecciones, perdiendo en casi todo el país por una diferencia de casi dos millones de votos. Esta es la verdad, aunque luego se hayan empecinado de manera alienante en festejar la derrota. Perdieron. La gente votó en contra del gobierno que miente y que los empobreció".

Por último, dijo ser "optimista" pero que "también soy ingeniero": "Miro las cosas como son, sin mentirme. Entonces veo que esta luz que se encendió en la última elección, si no somos cuidadosos, puede ser arrebatada en un soplido. Por eso necesitamos mucha firmeza, unidad, paciencia, templanza, diálogo y serenidad, para cuidar esa luz, esa ilusión de ser un país mejor", concluyó. 

El posteo completo:

Termina un año que en realidad son casi dos, porque se unen de manera inseparable las mentiras y las innumerables decisiones equivocadas tomadas por el Gobierno en 2020 y 2021. Entre otras:

* El manejo insensato de la pandemia.

* El falso heroísmo de la vacuna rusa, traída entre lágrimas por Aerolíneas Argentinas.

* Los infames vacunatorios VIP que prefieren no recordar.

*La destrucción total de la economía.

* Las simbólicas fotos del Presidente durante un festejo en la Quinta de Olivos, realizado al mismo tiempo que nos amonestaba a todos los argentinos diciendo: “A los idiotas les digo lo que hace mucho tiempo vengo diciendo, la Argentina de los vivos, que se zarpan y pasan sobre los bobos ¡Se terminó! ¡Se terminó!”, mientras él mismo se “zarpaba” y nos tomaba por bobos. Esas fotos festivas expresan una mentira más honda que el propio festejo, que se extiende a todas las acciones. Porque el mentiroso miente siempre.

Termina 2021, un período plurianual, como le gusta decir ahora al oficialismo para mitigar su desconcierto e intentar crear una imagen de futuro. Termina uno de los períodos más tristes de la historia argentina que dejó hasta la fecha más de 115.000 personas fallecidas, muchísimas de ellas, muertes evitables si se hubiese manejado sin ideología la compra de vacunas, si se hubiese firmado de inmediato un decreto inexplicablemente postergado para comprar dosis de Pfizer y de otros proveedores norteamericanos. No lo hicieron a tiempo. Más grave aún, no quisieron hacerlo.

Termina 2021, el año donde vimos al kirchnerismo intentar una vez más  presionar y atropellar jueces -en algunos casos con éxito- para garantizar su impunidad. 

Pero también termina 2021 con el oficialismo vencido en las elecciones, perdiendo en casi todo el país por una diferencia de casi dos millones de votos. Esta es la verdad, aunque luego se hayan empecinado de manera alienante en festejar la derrota. Perdieron. La gente votó en contra del gobierno que miente y que los empobreció.

Y ese triunfo de los que estamos en contra de los abusos del gobierno es nuestra esperanza para brindar por el 2022 con algo de confianza en el futuro. No pudieron atropellarnos. El voto democrático los detuvo.

Una muestra de eso fue el contundente rechazo de la oposición a votar coaccionada un presupuesto nacional improvisado y plagado de premisas falsas. Esta nueva Cámara de Diputados, que representa a todo el país, se ha transformado en un verdadero freno a la improvisación, a la prepotencia y al patoterismo. Sin diálogo no puede haber convivencia democrática. La oposición viene a dialogar en nombre de todos los argentinos que la eligieron, no a obedecer.

En lo personal, siempre soy optimista. Mi esperanza en este caso está basada en que el futuro depende en cierto modo solo de nosotros mismos. El resultado de esta última elección nos permite mantener una luz entre tanta oscuridad.

Pero también soy ingeniero y miro las cosas como son, sin mentirme. Entonces veo que esta luz que se encendió en la última elección, si no somos cuidadosos, puede ser arrebatada en un soplido. Por eso necesitamos mucha firmeza, unidad, paciencia, templanza, diálogo y serenidad, para cuidar esa luz, esa ilusión de ser un país mejor.