Era un día de semana “normal” en casa donde cada uno seguía su rutina, hasta que mi viejo mirando el canal ATC, nos dice que nos callemos. Frente a una multitud con banderas argentinas, el dictador Galtieri anunciaba el arribo argentino a las Islas y expresaba su nefasta frase “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla…”

Este 2 de abril se cumplen 40 años de ese recuerdo, el inicio de la Guerra de las Malvinas, conflicto bélico entre nuestro país y el Reino Unido que durara más de dos meses y arrojara un saldo de cientos de víctimas, y que fuera decidido e iniciado por el gobierno de facto con el objetivo de “salvar” la dictadura cívico militar impuesta en 1976 y “esconder” las atrocidades cometidas a partir de generar una “causa nacional” bajo el amparo del reclamo soberano sobre el archipiélago mencionado y las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

Los sucesos acaecidos, desandaron los sostenidos reclamos diplomáticos que la Argentina había denodadamente sostenido desde aquel enero de 1833, cuando las Islas Malvinas fueran usurpadas por los tripulantes de la corbeta británica Clio, expulsando a los habitantes que residían allí.

Recuerdo como si fuera hoy, ver a mi vieja tejer bufandas, medias y gorros, y a todos nosotros armando encomiendas, en las que escondíamos dentro de aquellas medias paquetes de cigarrillos, chocolates para el frío, creyendo que a través de ese acto estábamos cerca de nuestros soldados, acompañándolos.

Fueron y fuimos engañados una y otra vez, ellos en la hostilidad del campo de batalla, y nosotros creyendo que la “causa nacional” era un acto de patriotismo y soberanía. Hasta eso nos robó la dictadura… A nosotros la manipulada esperanza y a ellos sus vida, partes de sus cuerpos y la lesión permanente de su alma.

Esa noche oscura e interminable, que diera fin al letargo insoportable de esa parte de nuestra historia, nos marcaría un nuevo horizonte: el retorno próximo de la Democracia.

El regreso de nuestros héroes fue una afrenta, caracterizada por mucho tiempo por la ausencia de reconocimiento signada por la falta de acompañamiento del estado para con todos aquellos que dieron su vida por nuestra soberanía.

Más tarde, la Reforma Constitucional de 1994, abordó el reclamo histórico sobre las Islas en las cláusulas transitorias, estableciendo en la primera de ellas que La Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, establecimiento que la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Dicho mandato constitucional fue firmemente reafirmado durante el periodo de Gobierno de los Presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015). El primero, ya en su discurso de asunción del 25 de mayo de 2003, sostuvo “Venimos desde el sur de la Patria, de la tierra de la cultura malvinera y de los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas", manifestando reiteradamente que la soberanía era un objetivo, "irrenunciable del pueblo argentino y una política de Estado continuada por el nuevo Gobierno".

A su vez, Cristina Fernández de Kirchner desde que asumió la presidencia en 2007, al igual que su antecesor, también le brindó prioridad al reclamo de soberanía sobre las Malvinas: “Quiero también reafirmar una vez más nuestro reclamo irrenunciable e indeclinable a la soberanía sobre las Islas Malvinas, y llamamos al país ocupante, que luce como adelantado y respetuoso en todos los foros internacionales, a reconocer que existe una situación de neocolonialismo, por lo que es preciso cumplir con todos los mandatos de las Naciones Unidas”.

Su mandato se centró en la búsqueda de apoyos regionales para que Gran Bretaña respete la Recomendación 2065 (XX) dictada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965, a través de la cual el organismo reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, invitando a ambos países a entablar negociaciones para encontrar una solución pacífica y definitiva a la controversia.

La Cancillería en su gobierno realizó reclamos por la "disposición ilícita y unilateral" de Gran Bretaña en el otorgamiento de licencias pesqueras por 25 años en los espacios marítimos de las Malvinas, y también por el otorgamiento de concesiones para la exploración y explotación de yacimientos de petróleo. En 2015, año en que finalizó su presidencia, la mandataria reclamó nuevamente una vez más diálogo al Reino Unido, dejando en claro que “La única arma que tenemos es la palabra".

En diciembre de ese año asume el Poder Ejecutivo, Mauricio Macri, quien nunca incluyó fuertemente el reclamo de la “soberanía” sobre Malvinas como tema relevante en su agenda de política exterior.

Quizás seguía sosteniendo lo que manifestara en sus declaraciones públicas hechas en 1997, donde en una nota señaló que: “La verdad es que los temas de las soberanías con un país tan grande como el que tenemos nunca los entiendo mucho... Es más, creo que las islas Malvinas serían un fuerte déficit adicional para la Argentina. Tengo entendido que al Tesoro de Inglaterra le cuesta bastante plata por año”.

Durante su presidencia, su gestión se circunscribió firmemente en buscar conforme su sesgada visión neoliberal, una relación con el Reino Unido que priorice temáticas como el comercio, la inversión, el rédito económico común, la búsqueda de apoyo con el Fondo Monetario Internacional, siempre dejando el reclamo soberano sobre las Islas en segundo plano.

Después, con la asunción del gobierno de Alberto Fernández, se volvió a encauzar nuevamente la política exterior en torno al reclamo soberano sobre las Islas, enviándose al Congreso un proyecto de ley que prevé aumentar sustancialmente las sanciones a los pesqueros que realicen actividades ilegales en aguas argentinas y alrededor del archipiélago, iniciativa que afecta el punto de la declaración conjunta que Macri y el Reino Unido firmaron en 2016, donde se estableció que la Argentina debía adoptar "las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos".

Mientras que, en su reciente discurso de apertura de Sesiones Ordinarias en el Congreso, el actual mandatario destacó que ‘‘la Cuestión Malvinas debe ser una política de Estado que cumpla con el mandato de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional’’. A cuarenta años del Conflicto del Atlántico Sur, el Presidente mencionó que desde el gobierno nacional ‘‘lanzamos la Agenda Malvinas 40 Años y hemos declarado el año 2022 como año de homenaje del pueblo argentino a los caídos, así como a sus familiares y a los veteranos y veteranas de Malvinas. Visibilizamos así a uno de los últimos resabios de colonialismo’’.

Asimismo, remarcó que la República Argentina ‘‘reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica a la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado’’.

Queda claro que los gobiernos nacionales y populares son inclaudicables en el reclamo de soberanía, mientras que el neoliberalismo no sólo pidió disculpas al Rey por nuestra independencia, sino que fue un Gobierno de entrega de nuestros recursos naturales y de nuestra soberanía en la causa Malvinas, siendo para nosotros siempre una causa primordial hasta su recuperación definitiva.

Para finalizar y teniendo en cuenta que la fecha del 2 de abril fue declarada como “Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas” por ley nacional 25370, cumpliéndose 40 años del conflicto bélico, es imprescindible homenajear y reivindicar a aquellos Argentinos y Argentinas héroes que con su compromiso patriótico enarbolaron en alto nuestra bandera nacional y a los que jamás debemos olvidar. LAS MALVINAS FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS!