El culto al mensaje “anticasta” con el que tanto el Presidente Javier Milei y su equipo se ufanan de mostrarse, como “diferentes” del resto de la clase política, vuelve a encontrar su límite. Y esta vez, con uno de los representantes más longevos en la administración pública, con un apellido que mata cualquier tipo de relato.

En el Senado, pasan los años y los nombres van y vienen. Pero hay uno que permanece inmutable, y con la categoría más alta entre los “planta permanente” del recinto. Eduardo “Lule” Menem, hijo de Fátima, que es hermana del expresidente Carlos Saúl y de Eduardo, acogió a la Cámara alta como su segunda casa. Una casa que habita hace 40 años.

Su actividad política comenzó ya jugando en las grandes ligas. Antes de cumplir los 20, un año después del regreso de la democracia, en 1984, ya trabajaba como secretario parlamentario con su tío Eduardo, que lo considera un “hijo propio” y a quien acompañó durante la intensa década menemista de 1990.  

“Lule” es mentor de un estilo de negociación pragmática, pero muy “certera” y “voraz”, según admiten algunas fuentes parlamentarias. Tuvo un rol central para la articulación del oficialismo justicialista con la oposición durante esos años `90 y lo llegaron a apodar “el verdadero Jefe”.

Estudió Derecho y estuvo codo a codo con su tío Eduardo cuando en 1994, antes de llegar a los 30 años, se desarrolló la Asamblea Constituyente en Santa Fe y en Paraná, que determinaría la histórica reforma de la Constitución.  

Padre de ocho hijos e hincha de River como toda la familia, su labor no se redujo solo al Senado. Asesoró entre 1999 y 2007 al exdiputado Adrián Menem, hermano del hoy presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem.  

Trabajó para la campaña presidencial de su tío Carlos Saúl en 2003, cuando no se presentó a la segunda vuelta. Durante el gobierno kirchnerista, “Lule” pasó al equipo de trabajo del Menem más famoso, cuando el exmandatario recaló en el Senado. Colaboró con él hasta su fallecimiento hace casi tres años, y también trabajó para el exlegislador nacional por La Rioja Ricardo Guerra.

Además se metió de lleno en la política provincial. Con la venia de sus tíos Carlos y Eduardo, fue secretario de Gobierno de Ángel Maza, que fue tres veces gobernador de La Rioja y destituido en 2007, luego de un juicio político impulsado por su vice Luis Beder Herrera y sus legisladores provinciales afines.

LAS “FUERZAS DEL CIELO” LO RECIBIERON CON LAS PUERTAS ABIERTAS

Otra tarea clave de “Lule” como armador provincial se dio el año pasado cuando, ya jugando para La Libertad Avanza (LLA), impulsó la candidatura de su primo y actual titular en Diputados Martin, en las elecciones en las elecciones legislativas de 2021, cuando sacó casi el 10 por ciento. También fue parte de la elección en la que Martín cayó contra Ricardo Quintela, cosechando el 15 por ciento de los votos.

El propio Martín lo mencionó, junto a Karina Milei, en su discurso de asunción como máxima autoridad de la Cámara baja. “Lule” es su mano derecha, encargado de la rosca con otros bloques parlamentarios por cuestiones administrativas. El peso de su trayectoria debía ser aprovechado por el Menem más joven. Sin embargo, nada pudo hacer para evitar que la Ley Ómnibus fracasara en el recinto.

También se desempeñó como colaborador del legislador “libertario” riojano Juan Carlos Pagotto, que hoy es el Presidente de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que debe intervenir sobre el megaDNU presidencial de Milei.  

Fue uno de los que aconsejó al economista mediático de la Escuela Austriaca a que se lanzara a la política. Su influencia como operador todoterreno para el nuevo gobierno de LLA es tal que “Lule” y Martín Menem acercaron a Sebastián Pareja al armado de Milei en la Provincia de Buenos Aires.

Es conocido el excelente vínculo de “Lule” con Karina Milei. A partir de esa relación, el riojano pudo copar la línea gerencial de Nación Seguros y, en el último movimiento, se sumó al equipo de asesores de la hermana de Milei.

Desmienten en su entorno cualquier vinculación afectiva con Karina, pero está más que claro que su figura sale de las sombras para intentar garantizar el armado político del que, hoy por hoy, Milei y su hermana carecen.

Todo con el sello de la “casta” y un apellido estelar.