“Convertir planes sociales en trabajo”, fue uno de los primeros anuncios de Sergio Massa como ministro de Economía. Pero la propuesta, al menos en lo que se sabe por ahora, tiene muy poco de novedosa. Esa idea ya viene siendo implementada por el Gobierno desde el año pasado, con un éxito hasta ahora difícil de medir, incluso por los propios funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social de Nación. Fuentes consultadas por Diagonales dentro de la cartera que conduce Juan Pablo Zabaleta prefieren no hablar de números concretos respecto de cuántos titulares del programa Potenciar Trabajo (más de 1,3 millones de personas) consiguieron efectivamente un empleo en blanco en el sector privado pese a los varios convenios firmados para tal fin con entidades empresarias y sindicatos. 

El primero de estos convenios fue anunciado por el propio presidente Alberto Fernández hace exactamente un año, en agosto de 2021, desde Concordia, Entre Ríos, y buscaba resolver "el dilema de 250 mil trabajadores rurales" para que pudieran seguir recibiendo el plan (que hoy está en los 22 mil pesos) mientras pasen a ser contratados de forma temporal, durante la cosecha, lo que les ahorraba tener que elegir entre un ingreso u otro y poder percibir ambos durante todo el año. Se trataba, en verdad, de corregir un vicio de origen en el diseño del mismo. 

Le siguieron convenios con otros sectores altamente precarizados e informales, como el rubro gastronómico, en el mismo sentido, y uno más, a principios de este año, con la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), “que apunta a generar los incentivos para acelerar la incorporación de titulares del programa al empleo asalariado registrado en el sector privado”, según la comunicación conjunta de ese día. 

El programa consistía, en verdad, en cursos de capacitación, más que de trabajo. 

Massa y la idea de “convertir planes en trabajo”: el único caso exitoso, una fábrica textil de Lugano

“Las partes acordaron que CGERA se constituya en Institución Ejecutora de todas las acciones de formación profesional, poniendo a disposición del convenio centros de capacitación, personal docente, material y herramientas de aprendizaje necesarias para capacitar a los/as trabajadores/as en situación de desocupación que formen parte de dicho Programa”, comunicó CGERA oportunamente. El plazo de los talleres es de dos meses. 

El ejemplo que en Desarrollo Social prefieren poner a la hora de graficar qué sucede con esos convenios es el de la fábrica porteña Textilcom, ubicada en Lugano, que según pudo averiguar Diagonales, hoy emplea a unas 70 personas que perciben el Potenciar Trabajo, con sueldos de hasta 85 mil pesos a agosto de este año. 

“La idea es que después de los cursos, se queden con nosotros acá. La idea es poder sumarlos, es a lo que apuntamos, de acuerdo la necesidad de personal que tenemos, y si bien tuvimos unos 70 casos exitosos, no siempre se cumple, depende mucho de los ánimos de la persona, por eso ponemos mucho énfasis en las entrevistas”, detallaron a este medio desde la fábrica, que fue visitada en febrero por el Presidente y “Juanchi”.  

“Es una oportunidad maravillosa para cualquier empresa”, dicen desde Textilcom consultados sobre los beneficios que les otorga el programa. 

El problema sigue siendo la magnitud: los casos de éxito son bastante pocos si se tiene en cuenta que se trata de un universo de beneficiarios (sólo contando el Potenciar Trabajo y dejando de lado otros planes, como la Tarjeta Alimentar). “Eso es un verso”, dijo en referencia a la medida el secretario general de la UTEP, Esteban Gringo Castro. “¿Por qué no generamos empleo, mejor?”, se preguntó consultado por el tema. 

Massa y la idea de “convertir planes en trabajo”: el único caso exitoso, una fábrica textil de Lugano

Al combo hay que sumarle el propio proyecto de ley que en su momento presentó Massa, al que bautizó “Un Puente Al Empleo”, y que pese a que presidió la Cámara hasta la semana pasada, no tuvo demasiado recorrido. Básicamente, el proyecto de ley proponía que las empresas que tomen titulares del Potenciar serían beneficiadas con la exoneración de los aportes patronales durante 24 meses. 

La letra del texto podría ser la hoja de ruta que propondría Massa como parte de su idea respecto de los Potenciar Trabajo. La otra tiene que ver con un proceso de “transparencia” (recortes, traducido) de la cantidad de beneficiarios, tema en el que ya trabajan universidades públicas y privadas. 

Ese último aspecto sí fue apoyado por las organizaciones. “Estamos convencidos de que aportar transparencia en el Potenciar es necesario”, señaló al respecto Daniel Menéndez, dirigente de Barrios de Pie y funcionario de Desarrollo Social. “Pero hay que separar ese proceso de la campaña de estigmatización hacia las organizaciones orquestada por los poderes concentrados”, advirtió.