La entrada de Sergio Massa al Gabinete en modo salvavidas es otra muestra más de que la política es el arte de lo posible. También reafirma que el pragmatismo nunca dejó de ser la huella fundamental en el ADN del peronismo. 

Hubo un tiempo en que hubiese sido materia de ciencia ficción imaginar que el líder del Frente Renovador ocuparía nada menos que el asiento de ministro de Economía bajo un gobierno conformado mayoritariamente por el kirchnerismo. 

Cristina y sus dirigentes más cercanos —incluído el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof—, mantuvieron por estas horas un silencio muy prudente respecto de su desembarco a la Rosada, lo que funciona como la expresión del síntoma: no quedaba otra alternativa. 

Es que muchos de los hitos en la biografía de Massa se parecen, para muchos kirchneristas, más a un prontuario que a una carrera política. 

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LA EMBAJADA

Néstor Kirchner estaba vivo cuando el tigrense, en una cena íntima de la que participó la entonces embajadora estadounidense Vilma Socorro Martínez, no se ahorró ningún insulto para referirse al fallecido ex presidente. Lo llamó “monstruo”, “perverso”, “psicópata” y “poco inteligente”, según consta en un cable de noviembre de 2010 de la embajada filtrado más tarde por Wikileaks y publicado por Santiago O'Donnell en el libro PolitiLeaks. 

Los cables de la embajada, en este punto, son un barril sin fondo. Wikileaks permitió conocer que el empresario Real State Jorge O´Reilly de Lanusse, a quien Massa designó como asesor durante su paso por la jefatura de Gabinete entre 2008 y 2009, era una fuente de información privilegiada sobre la política local para los emisarios norteamericanos. O´Reilly, flojo de lengua, llegó a decir frente a sus interlocutores foráneos que “en Argentina no hay seguridad jurídica” y que “el gobierno buscó destruir al campo con la Resolución 125”. Todo eso a pocos metros del despacho de Cristina. 

La buena relación de Massa con EEUU, la misma que hoy puede interpretarse como necesaria para destrabar ciertas circunstancias del ahogo económico en que se encuentra el Gobierno, en otro tiempo hubieran sido tachadas de “relaciones carnales”. Hace poco, en una entrevista con Alejandro Fantino, dijo que aquél país es “una debilidad” para él, y que la alianza entre ambos países es “estratégica para el desarrollo”. Nada más lejos del esquema de un mundo multipolar con el que piensa Cristina. 

Para más muestras, desde presidencia dejaron trascender este viernes que el propio Departamento de Estado del país del norte festejó la designación del tigrense al frente de Economía. La banca JP Morgan, en paralelo, hizo circular un informe reservado en que recomendaba “la necesidad de articular y alinear el apoyo político” en el manejo económico a través de Massa, al que también calificaron un político con “astucia” para hacerlo. 

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DE DAVOS Y LOS FONDOS BUITRE

El 16 de marzo de 2016 es una fecha marcada en rojo en la biografía de Massa. A las 8.30 de la mañana de ese día, el líder del Frente Renovador aportó los votos al macrismo para la derogación de las leyes Cerrojo y Pago Soberano, que abrieron la puerta al pago cash de 9 mil dólares a los Fondos Buitre que litigaban contra el país. Ambas leyes, que impedían la usura de los especuladores de la deuda argentina, eran un orgullo de la gestión de Cristina. 

Esa votación, quizás, fue la forma de devolver un favor. Macri, en sus primeros días como presidente, decidió llevarlo al Foro Económico Mundial, durante aquella recordada gira por Davos. "Me acompaña uno de los líderes más importantes de la oposición, Sergio Massa", explicó Macri al mundo, y lo presentó como quien "conducirá el partido peronista en los próximos meses". 

Con el correr de los años, Massa y sus diputados votaron la reforma tributaria de Cambiemos, el Consenso Fiscal de 2018 y el blanqueo de capitales del año anterior. También aportó sus votos para limitar la reelección de los intendentes del conurbano, en un acuerdo con la entonces gobernadora María Eugenia Vidal. 

En aquellos años, La Cámpora cantaba “No pasa nada/ si todos los traidores se van con Massa”. 

LARRETA, "UN AMIGO"

La política los unió a fines de los años 90, cuando ambos militaron en el fallido proyecto presidencial de Palito Ortega. Desde entonces, a Massa lo une una amistad de más de 30 años con Horacio Rodríguez Larreta, el principal candidato de la oposición. 

“Con Horacio somos amigos desde hace más de treinta años. Nos llevábamos bien cuando no teníamos cargos y también ahora, y eso no va a cambiar. Entiendo la curiosidad de los medios pero es una relación de amistad”, le dijo a Perfil en una entrevista reciente. 

“Yo soy amigo de Sergio, así que no esperes nada”, le contestó Rodríguez Larreta al periodista Diego Genoud, cuando intentó contactarlo para una biografía del tigrense.