El presidente Javier Milei reconoció que los salarios en Argentina se encuentran en un nivel “de miseria”, pero responsabilizó a las gestiones anteriores a pesar de que durante los primeros tres meses de su gestión el poder adquisitivo cayó hasta niveles no resgistrados desde la crisis de 2001. "Estamos haciendo el ajuste más grande la historia de la humanidad y mi popularidad aumenta", celebró el mandatario en una entrevista a un medio internacional. 

Para el jefe de Estado “hay que ir por una solución ortodoxa pura y de mercado" para sanear la economía del país y sostuvo que “hoy los salarios son miserables no por culpa nuestra, los salarios son miserables como consecuencia de 20 años de populismo”. 

En conversación con la agencia Bloomberg, Milei afirmó que los ingresos comenzarán a recuperarse tras un importante descenso de la inflación y el levantamiento de los controles de capitales, pero advirtió que para ello aún falta un largo camino. 

“Primero tengo que sanear el Banco Central y es importante entender esto: cuando usted tiene el Banco Central quebrado, los pasivos monetarios superan a los activos y eso se corrige con un nivel de precios más alto para licuar los pasivos monetarios; cuánto más quebrado está, más alto es el nivel de precios”, expresó admitiendo la licuación de los ahorros. 

“Nosotros estamos saneando el balance del Banco Central y en cuanto lo logremos ese nivel de precios se va a ir achicando porque la pendiente se reduce y la inflación baja; por eso es importantísimo sanear el Banco Central para que no exista esa presión”, añadió. 

Por otro lado, Milei sostuvo que no pudo llevar a cabo su programa original de dolarización por culpa de la “deshonestidad” de la política. “Nosotros teníamos una estrategia para dolarizar que era tomar los activos del Banco Central contra el gobierno nacional, esos títulos pasarlos a mercado y hacernos de dólares. Y la realidad es que hubiera funcionado a la perfección porque cuando nosotros llegamos los títulos argentinos estaban en 18 dólares y hoy están en torno a los 54. Hubiera sido una gestión muy exitosa, pero dada la construcción del sistema político argentino, lo intelectualmente deshonestos que son los políticos, es muy probable que si yo hubiera hecho esa operación a precio de mercados, la política hubiera dicho que ahí hubo una estafa, nos hubieran acusado de un negocio turbio y nos hubieran mandado a la cárcel”, explicó.

“No es que no era factible hacerlo en términos técnicos, nosotros inferimos que la política iba a jugar sucio y es efectivamente lo que hace”, añadió. 

Por otro lado, el Presidente subrayó que el aumento de tarifas de servicios y transporte “recién ha comenzado” y que el proceso completo demandará al menos tres años. 

“Cuando usted hace la recalibración de tarifas, usted puede hacer todo de corto o lo puede repartir en el tiempo. Si nosotros lo hacemos torpemente como recomiendan algunos todo adelante, el problema es que eso lo va a frenar la Corte Suprema de Justicia. Eso ya se lo hizo al gobierno de Macri. Entonces lo que nosotros hicimos fue incorporar como restricción el fallo de la Corte Suprema de Justicia, entonces nosotros terminamos recomponiendo la ecuación financiera del contrato en tres años. Por eso hay subas en las tarifas que tienen distintos componentes y entre esos componentes está incluido el salario porque cuando la Argentina pegue la vuelta y suban los salarios, usted va a poder recomponer las tarifas mucho más fácilmente”, detalló.