Tras varias semanas alojado en una habitación de lujo en el Hotel Libertador, el presidente Javier Milei finalmente comienza la mudanza a la Quinta de Olivos en medio de una fuerte polémica por su extendida estadía en el establecimiento de Eduardo Elsztain. 

Según el propio mandatario, aún no vivía en la Residencia Presidencial dado que se necesitaban reformas para adaptar el inmueble a sus necesidades y las de sus "hijitos de cuatro patas", los cinco mastines del jefe de Estado. 

Aunque las obras destinadas a acondicionar el lugar para los animales aún no están finalizadas, Milei se mudará la semana próxima a Olivos luego de que se hiciera una “limpieza energética” en el lugar encargada por su hermana, Karina Milei. 

El jefe de Estado tiene previsto instalarse definitivamente en la Quinta luego de volver de los viajes programados para este fin de semana a Santa Cruz y la Antártida. Según información que dejaron trascender desde Casa Rosada, ya se llevaron algunos de sus objetos personales. Mientras tanto, los perros del Presidente deberán esperar su traslado dado que las obras para la instalación de los caniles no están termindas. 

La imposibilidad de llevar sus mastines era una de las excusas de Milei para no residir en Olivos y seguir alojado en el Hotel Libertador, aunque allí tampoco tenía a sus mascotas. Finalmente, el mandatario apuró su mudanza en medio de los cuestionamientos por la extensa estadía en un establecimiento privado cuyos costos superan los 45 mil dólares. 

En realidad, se trata de una estimación por el valor de la habitación presidencial y el tiempo que hace que el Presidente habita allí, dado que no hay información oficial sobre cuánto dinero se lleva gastado ni quién asume esos costos. Tampoco hay datos oficiales sobre las reformas que se llevan adelante en la Quinta de Olivos. 

Por otro lado, existe un límite temporal para que un Presidente ocupe la Quinta de Olivos, cedida en el testamento de Carlos Villate Olaguer en 1918. En concreto, la condición es que la residencia no esté deshabitada por más de 30 días dado que de ser así, el inmueble retornaría a sus herederos. El 10 de enero se cumplirá dicho plazo. 

Otra razón para acelerar la mudanza son los cuestionamientos y las sospechas alrededor de la polémica estadía de Milei en el Hotel Libertador, propiedad de Eduardo Elsztain, especialmente luego de que un alto ejecutivo del Grupo IRSA fuera nombrado titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). 

IRSA, compañía dedidaca operaciones inmobiliarias de alto nivel, también es propiedad de Elsztain; empresario que hace tiempo tiene una estrecha relación con Javier Milei y apoyó su campaña presidencial. 

Ahora un ejecutivo de su empresa, Nicolás Pakgojz, fue nombrado al frente del organismo que controla la actividad inmobiliaria estatal y la intervención en toda operación inmobiliaria de la totalidad de las jurisdicciones y entidades que conforman el sector público.