El presidente Javier Milei no tiene intenciones de pedir disculpas por sus recientes declaraciones sobre la esposa de su par español, Pedro Sánchez, que han desencadenado una crisis diplomática con España. Estas afirmaciones fueron confirmadas por el vocero presidencial, Manuel Adorni. “El presidente Milei no considera necesario disculparse, ya que no tiene motivos para hacerlo”, lanzó Adorni. 

En conversación con LN+, Adorni pidió recordar que “el gobierno español, el 3 de mayo, insultó al presidente calificándolo de 'gente muy mala' y acusándolo de consumir sustancias, además de tildar a su gobierno de 'negacionista, odiador y autoritario'”. 

El funcionario ya había adelantado esta postura a través de un mensaje en X: “Fueron despectivos llamándolo odiador, negacionista, consumidor de sustancias, autoritario, anti-democrático y gente muy mala. Ojalá reflexionen y se disculpen sinceramente en algún momento. Fin”.

Por su parte, el subsecretario de prensa, Javier Lanari, también respaldó la postura del presidente. "El ministro de Transporte de España, Óscar Puente, insultó a Milei llamándolo 'drogadicto'. Y no fue el único: la ministra de Ciencia, Diana Morant, lo calificó de 'negacionista' y aseguró que atenta contra la democracia. Sin embargo, es Milei quien se encuentra en la obligación de disculparse y poner en peligro las relaciones", indicó. 

Previamente, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, había exigido a Milei que emitiera disculpas públicas después de llamar "corrupta" a la esposa de Pedro Sánchez durante un discurso en Madrid en un evento del partido ultraderechista VOX.  Albares advirtió que podría haber "consecuencias" si Milei no ofrecía disculpas. "Las palabras pronunciadas por Javier Milei en Madrid hoy superan cualquier diferencia política e ideológica. Constituyen un ataque directo a la democracia y a las instituciones de España, sin precedentes en la historia de las relaciones entre dos países unidos por lazos de hermandad", declaró Albares.

La situación entre Argentina y España se mantiene tensa a la espera de una rectificación por parte del presidente Milei, en un contexto en el que las declaraciones y desencuentros políticos han generado una crisis diplomática de proporciones inesperadas.