En las últimas horas, hubo un intercambio entre el presidente electo, Javier Milei, y la titular de Aysa, Malena Galmarini, en relación a la posible transferencia de gestión de empresas estatales al sector privado. 

Milei reafirmó su intención de privatizar empresas estatales, destacando a AySA, compañía proveedora de servicios de agua potable y saneamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires. En contraposición, Galmarini negó las afirmaciones de Milei, destacando los logros de AySA en los últimos cuatro años, como la expansión de redes de agua y cloacas, así como la inclusión de vecinos en dichas redes.

“Por cada dólar que se invierte en aguas y cloacas se ahorran siete en el mediano plazo”. Subrayó que la inversión actual es de aproximadamente 769.5 millones de dólares, lo que equivale a un ahorro de alrededor de 5.4 mil millones de dólares en el sector salud. "No todo funciona mal”, remarcó. 

X de Malena Galmarini

La discrepancia entre ambas partes se refleja en la visión sobre la eficiencia del sector público versus el sector privado. Mientras Milei sostiene que el sector público realiza mal sus funciones, Galmarini destaca los beneficios a largo plazo de las inversiones en infraestructura.

La controversia no se limita a AySA, ya que Milei también ha manifestado su intención de privatizar otras empresas estatales como YPF, el sistema de medios públicos de comunicación, Trenes Argentinos y Aerolíneas Argentinas. En este contexto, Galmarini resalta el capital humano y las unidades de negocio que funcionan bien en Aerolíneas Argentinas, enfatizando que no todo en el sector público funciona mal.

Este intercambio de opiniones pone de manifiesto las divergencias en cuanto a la visión sobre el rol del Estado en la gestión de empresas y servicios públicos, señalando un debate que seguramente continuará en el ámbito político argentino.