El piso de la caja de cartón es endeble y está nublado con manchas verdes de moho, sólo es legible una fecha y un título que indica el contenido guardado en esa pieza de almacenaje comida por la humedad y la desidia macrista: DDHH. Buena parte del tercer subsuelo del ministerio de Defensa replica esa imagen forjada gracias a la política de abandono implementada por la anterior gestión en donde suponía debía estar a resguardo la documentación, los expedientes y los archivos de áreas sensibles del ministerio de Defensa como la Dirección de Derechos Humanos y la Dirección General de Administración.

Recapitulando, buena parte de la memoria del Edificio Libertador, tanto en lo que corresponde al accionar del ministerio de Defensa durante los años del Terrorismo de Estado, así como el compromiso asumido en años de democracia por la conducción de las Fuerzas Armadas en el capítulo democrático, pero incluso una porción de la documentación burocrática del Ministerio, todo lo relacionado con legajos laborales o papeles donde se asientan las contrataciones de servicios afectadas, ha quedado lesionada porque el anterior ministro Oscar “milico” Aguad no destinó los fondos necesarios para arreglar la filtración de humedad que estaba afectando el sector del Edificio donde se ordena y asienta la documentación referida.

“A partir de una auditoría ordenada por el ministro pudimos descubrir expedientes destruidos y con moho, pisos inundados, archivos deteriorados en el tercer subsuelo del Edificio. Los archivos fueron evacuados y están siendo relevados para medir la gravedad del material destruido durante cuatro años de abandono de la gestión anterior. Pero queremos transmitir tranquilidad a los organismos de derechos humanos; por el momento, no encontramos documentación relevante en esa materia en un estado deteriorado. Vamos a trabajar con tiempo para hacernos una idea y así poder transmitir con exactitud qué tipo de archivos fueron lesionados”, precisa a Diagonales un funcionario que trabaja todos los días cerca del jefe de la cartera Agustín Rossi.

La fuente consultada toma aire para detallar con tranquilidad hasta dónde llega la política de tierra arrasada del macrismo puertas adentro del edificio donde se ejerce la conducción política civil hacia las fuerzas armadas. “Además de los diez centímetros de agua que descubrimos sobre el piso de las oficinas de archivo nos fuimos encontrando con otras sorpresas dejadas por la herencia macrista. Trabajo en una oficina donde un caño filtra agua y los aires acondicionados no andan. Pero eso no es todo, dejaron de desinfectar el edificio, y se trata de un lugar grande, kilométrico, donde no podes dejarte estar. Vamos a ponerlo de esta manera: nos encontramos hasta con nidos de murciélagos clavados en los vidrios superiores del Ministerio”, acotan a Diagonales.

El ministro Agustín Rossi reseñó a la prensa hoy martes con el ceño fruncido el desastre heredado en cuanto al mantenimiento de la casa de Defensa. Las pruebas remitidas parecen darle la razón al ex diputado santafesino. Sin embargo, lo dicho por el ex jefe de bloque de diputados kirchneristas toca un nervio sensible de la narrativa albertista. Como reseña el colega Pablo Ibáñez: “Hay un debate, muy interno, en el albertismo sobre cómo hablar de Macri. Alberto Fernández dice que no quiere hacer lo que hizo Mauricio Macri: hablar de herencia, que no sirve y es mala señal. Pero algunos funcionarios le presentan informes duros sobre lo que recibieron”.