Durante su exilio en Puerta de Hierro, Juan Domingo Perón manejó como experto una ambigüedad política que le permitió contener desde la derecha peronista a Montoneros. Luego de su retorno al país y su llegada por tercera vez a la presidencia, las tensiones al interior del movimiento recrudecieron y el líder se inclinó por su ala más conservadora. La coronación de esa deriva fue la famosa plaza del 1° de mayo de 1974, a la que buena parte de la juventud peronista acudió a cuestionar la orientación política del tercer gobierno justicialista. “Qué pasa, qué pasa, qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular”, cantaron los jóvenes cuando Perón intentaba dar su discurso. La respuesta del líder fue lapidaria: “Imberbes, estúpidos”, los llamó. Montoneros y otras organizaciones de la juventud peronista abandonaron la plaza y el resto es historia.

Las diferencias entre las decisiones de Perón y las expectativas de ese sector del movimiento habían comenzado antes, y Montoneros había acuñado una particular explicación para justificar las definiciones del líder. La “teoría del cerco” denunciaba a un entorno nocivo y oscuro que rodeaba al presidente y lo conducía a tomar decisiones contrarias a los intereses del pueblo y la propia esencia del peronismo. Como máximo exponente de ese mecanismo era señalado José López Rega, “el brujo”, a quien acusaban de aislar a Perón del pueblo para evitar que el presidente tomara un rumbo revolucionario.

Medio siglo después la historia tiende a repetirse, aunque muy devaluada, en otro momento traumático de la Argentina. Comparar a Milei con Perón es un insulto injusto para el líder más importante de la historia del país. Nombrar a la juventud libertaria en la misma oración que a la juventud peronista de entonces es una falta de respeto a la formación, la profundidad política, la masividad y el nivel de organización e incidencia que tuvieron tuvieron esos jóvenes de los 70. Lo que sí aparece, recurrente, es una base política decepcionada con su líder e intentando las más insólitas explicaciones para despegarlo de sus propias decisiones y sus consecuencias.

No es la primera vez que esta fórmula emerge en la política nacional desde aquella formulación de los años 70. Buena parte del peronismo se pas�� años separando a CFK de las actitudes y los movimientos de Máximo Kirchner y La Cámpora que caían incómodas en otros campamentos. La conductora tenía que estar por encima y no ser responsable de las tensiones que podían generar sus militantes más fieles, conducidos por su propio hijo. La deriva del último año y medio terminó de dejar en claro que esa formulación era simplemente una manera de sobrellevar, por parte de los afectados, las decisiones incómodas de CFK sin alejarse de ella. De nuevo, señalar a un entorno para no aceptar la voluntad del líder.

Muchos cayeron en la misma situación en el ya perimido Cambiemos. Allí el apuntado era el ex jefe de gabinete, Marcos Peña, a quien todos señalaban como el responsable del aislamiento de Mauricio Macri de sus aliados radicales y de la Coalición Cívica. Si al gobierno macrista le faltaba sensibilidad política, cuadros lúcidos que ayudaran al presidente a no tomar una decisión impopular tras otra, eso no se debía a la voluntad del propio Macri y a su orientación política sino a un entorno que lo influía negativamente. Se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Tras el estrepitoso fracaso libertario en la urnas bonaerenses, se desató en La Libertad Avanza una violenta caza de brujas. Las Fuerzas del Cielo salieron a cobrarle al esquema karina-menemista su marginación de las listas, sacando a relucir una especie de purismo libertario que habría sido contaminado por los dirigentes incorporados por ese vértice del triángulo de hierro. Y denunciando que esa contaminación amenaza con enfermar de muerte el corazón mismo de “la sagrada causa”.

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X de DAN

Buena parte del ejército de trolls de Santiago Caputo se dedicó orgánica e inorgánicamente en las últimas horas a sacar todos los trapitos posibles al sol de X, trasladando como nunca la guerra interna de LLA a la discusión pública. Directamente, pidieron la cabeza los comandantes karinistas. “Lule Menem y Pareja, si tienen huevos, deberían dejar de usar de escudo humano a Karina Milei y dar un paso al costado en honor a la Sagrada Causa de la Libertad que lleva adelante el presidente Javier Milei”, disparó en un martes frenético de X el Gordo Dan, máximo vocero del esquema de redes libertario.

Queda tan claro que el esquema caputista dirige en verdad sus misiles a la propia Karina Milei, como el hecho de que no reúnen aún el valor suficiente como para señalarla como responsable del momento actual del oficialismo. Traductor, una de las cuentas libertarias más retuiteadas por Milei, orilló la sentencia a la hermana del presidente: “Dado el caldo en ebullición actual. Tenes 72hs para reaccionar y arrancar una cabeza o inevitablemente van a empezar a putearte a vos sin importar cuánto te defendamos. De las 72 perdiste 24. Te quedan 48. El jefe debe ser jefe. El alfa tiene que morder a un par de perros para demostrar quien manda. Y con jefe me refiero al jefe real. No al que porta el título. Alfa se es, no se nombra”.

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X de Ramiro Marra

Son tantos los que hoy le cuentan las costillas al Jefe como los heridos que su andar implacable fue dejando por el camino en este año y nueve meses de gestión. Otro de los libertarios originarios marginados por Karina es Ramiro Marra. El porteño también se despachó durante todo el martes con posteos crípticos y no tanto, apuntando a la Secretaria General de Presidencia como la culpable del mal momento del Gobierno. Uno de sus mensajes más sugestivos fue una frase bíblica, específicamente San Mateo 5:30: “Y si tu mano -incluso tu mano más fuerte- te hace pecar, córtala y tírala. Es preferible que pierdas una parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno”. A buen entendedor, pocas palabras.

Pero todo el pataleo del sector adolescente de LLA incurre en el mismo error histórico en el que otros cayeron en otros momentos del país. Suponer que hay alguna diferencia posible entre Karina y Milei es taparse los ojos para no ver la realidad. Apelar a una esencia libertaria, una “sagrada causa” que hoy el Gobierno estaría abandonando, es una manera de desconocer que esa esencia nunca existió. Hablar del presidente como alguien ajeno a los manejos espurios de su hermana y su entorno es, en el mejor de los casos, mentirse a uno mismo para poder soportar la más cruda verdad: que Javier Milei no es la persona moralmente impoluta y entregada a un propósito en la que creyeron, sino un cómplice de la corrupción que transcurre bajo sus narices y un incompetente en términos de conducción política.

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X de lorem ipsum 🇦🇷

Porque allí reside otro de los problemas del oficialismo. Milei hizo un culto de su aborrecimiento de la política como si eso fuera un capital destacable en un presidente. Pero la realidad está dejando expuesta su incapacidad para gobernar y conducir una fuerza heterogénea. Que la respuesta del oficialismo a la paliza bonaerense haya sido armar una mesa con los mismos que estaban, sólo para mostrar que el presidente ahora sí tomará decisiones política, es una admisión de que Milei no es quien gobernó el país hasta ahora, probablemente porque no tiene herramientas y recursos como para hacerlo.

Emerge entonces un aspecto central: el Gobierno está en manos de Karina, una ex pastelera sin experiencia política previa y con una visible propensión a los negocios personales. Santiago Caputo y los tuiteros libertarios tienen los días contados en el enfrentamiento con El Jefe. No será la primera vez que Milei corte un vínculo o pisotee una lealtad para aferrarse al único sostén que se mantuvo incólume a lo largo de toda su vida. La pregunta ya no parece ser si Milei resolverá o no ésta interna en favor de Karina, sino cuándo y cómo lo hará.

Los gestos del presidente en las últimas horas fueron todos en ese sentido. Karina sentó a Martín Menem en la mesa política de LLA, en una muestra que no entregará al titular de Diputados ni a su primo Lule. Tal vez porque son ellos quienes gestionan los negocios familiares, pero fundamentalmente porque sería mostrar una derrota en la interna en un momento álgido. Lo mismo sucedió con Sebastián Pareja, que acompañó al Jefe al frente de la mesa bonaerense a la que también subió a su alfil, el ex comisario y ahora diputado provincial Maximiliano Bondarenko.

El ex comisario cometió la herejía de criticar la situación económica diciendo que su madre es jubilada y no llega a fin de mes. Lo hizo a horas de ser electo en la Tercera Sección electoral, el territorio donde el peronismo sacó la mayor diferencia de votos. Las acusaciones de traición por parte del Gordo Dan no surtieron efecto, y Bondarenko se metió en una mesa a la que no accedió ningún representante de Las Fuerzas del Cielo, nuevamente marginadas del armado bonaerense. Muestra de la dependencia que ahora Karina tiene para con Pareja, dueño de las bancas que LLA conquistó para la Legislatura y las que ganará para el Congreso en octubre con los candidatos que también puso como presidente de LLA bonaerense.

No importa cuánto lloren en las redes los libertarios de la primera hora, ni cuánto critiquen la deriva de casta del partido que los Milei llevaron desde los márgenes de la política a lo más lúmpen del sistema. En saco roto caerán todas las elucubraciones que apunten al presidente como un DT con capacidad para ordenar el equipo. Fracasarán todos los intentos por culpar a un entorno maldito de las desviaciones del líder de la senda de la sagrada causa. Milei no cuenta con las herramientas ni las estructuras personales, emocionales y de racionalidad política necesarias como para gobernar un país tan caliente como la Argentina. Su historia lo muestra, de hecho, como un lobo solitario que siempre se peleó con todo el mundo y nunca pudo articular por mucho tiempo un proyecto con otros.

Entonces no hay cerco, el problema es Milei, con sus desequilibrios, su mesianismo y propensión a desconocer la realidad en favor de una fantasía que le reafirme sus elucubraciones estrafalarias. Y detrás de eso, sosteniendo la inestabilidad de su hermano y manejando los  destinos de 45 millones de argentinos, Karina ejerce el poder, inexperta pero implacable, apalancada en los resabios del sistema que la casta política marginó y que hoy aprovechan la oportunidad única que se les presentó con el voto bronca de la sociedad en 2023. Los tuiteros libertarios convirtieron ayer en tendencia el hashtag  #MileiEscuchanos, “es por vos”, en un desesperado intento por negar la realidad. Los que parecen no estar escuchando son ellos. Quien quiera oír, que oiga.