Tras varias semanas de una aparente calma dentro del Ejecutivo Nacional, ayer Cristina Fernández de Kirchner le marcó la cancha a Sergio Massa por primera vez desde que éste asumió como ministro de Economía. Luego de conocer los índices de pobreza e inflación, la vicepresidenta responsabilizó a las empresas por el aumento de precios de los alimentos y reclamó “una política de intervención más precisa y efectiva en el sector”. 

El mensaje fue dirigido directamente al titular del Palacio de Hacienda, quien no salió a contestar pero sí lo hizo su secretario de programación económica, Gabriel Rubinstein, quien aseguró que “la culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas,  la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas”. 

Tweet de Gabriel Rubinstein

El funcionario sostuvo que “aunque haya abusos normativos y corrupción” por parte de firmas privadas, “es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore”. “En eso estamos”, añadió.

El funcionario remarcó que las empresas no tienen “la culpa” de los desequilibrios económicos que atraviesa la Argentina, aunque admitió que los márgenes empresariales seguirán “más altos que los normales” si no se estabiliza la macro. 

“Hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales. Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese (sic)”, expresó en una serie de tweets.

Contrario a lo que había dicho Cristina Fernández de Kirchner, el economista afirmó que el exceso de demanda que provoca el déficit fiscal seguirá generando una alta inflación. 

Rubinstein explicó que el Ministerio de Economía tiene por objetivo bajar la brecha cambiaria, generar acuerdos y otras acciones, para que el índice de precios al consumidor descienda del 90% que se proyecta para este año a un 60% que se contempla en el Presupuesto 2023. 

Por otro lado, planteó la necesidad de “volver a la macro del 2003-2005”, tiempo en el que según detalló hubo “superávit primario del 3% del PIB, por ende superávit externo (cta cte del 2% PIB), dólar único, inflación del 5% anual (sin controles de precios), tasa Lebac (Leliq) 6% anual, u$s 40,000 millones de Reservas Netas”. 

Las declaraciones de Rubinstein reavivaron las discusiones con el kirchnerismo que había puesto reparos a la designación del economista en el Palacio de Hacienda por su pasado abiertamente antikirchnerista. En más de una oportunidad, el funcionario había publicado críticas al Gobierno actual y especialmente a Cristina Fernández de Kirchner. 

Ahora, parece que el aumento del índice de indigencia informado ayer por el INDEC reavivó las internas en el oficialismo.