Esta semana el Congreso pondrá nuevamente en la agenda de la sociedad el debate por la despenalización del aborto. Es que a partir del martes comenzará formalmente en comisión el debate de este tema tan resistido por algunos sectores del oficialismo  y de la oposición. 

A pesar de lo antes señalado, hay que resaltar que es la primera vez que el trámite legislativo llega tan lejos y con un apoyo político y social más importante que en otras oportunidades, aunque puede que no sea suficiente. 

De acuerdo a lo que se acordó en el plenario de comisiones a mediados de marzo, se prevé que sea un proceso largo y que el proyecto llegue recién en junio a la Cámara de Diputados. Mañana ya comenzarán a escucharse los argumentos a favor y en contra por parte de expertos en salud y de representantes de organizaciones sociales. Hasta el momento hay anotados casi mil expositores que hablarán ante los legisladores los martes y los jueves, desde las 9.30 hasta las 18 horas. 

El tratamiento estará dirigido por la Comisión de Legislación General, que preside el macrista Daniel Lipovetzky (Pro) y tendrá intervención de las comisiones de Salud (Carmen Polledo), Legislación Penal (Gabriela Burgos) y Familia (Alejandra Martínez), todas oficialistas.

Hay que decir que Lipovetzky -que preside el tratamiento- es uno de los cinco diputados del PRO que firmó el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, pero adelantó a Página/12 que presentará su propio proyecto, que se sumará a los ocho que estarán en discusión y que incorporará “el acompañamiento de un comité interdisciplinario, que no puede incidir en la decisión de la mujer”, pero que necesariamente intervendrá en el proceso; y también contempla el derecho a la objeción de conciencia y establece que puede ser institucional –es decir que todo un hospital se niegue a atender abortos– pero con la obligación de garantizar la derivación a otro centro a la mujer que solicita la práctica.