Toma cada vez más temperatura el debate por la propuesta de prohibir las reelecciones indefinidas de intendentes bonaerenses, propuesta impulsada en su momento por la ex gobernadora María Eugenia Vidal y que ahora pone en juego la continuidad de buena parte de los mandatarios comunales. En tanto, desde el inicio de la gestión del Frente de Todos, el Gobierno contempla la que podría ser la vía de escape para eludir esta prohibición y proteger los votos de esos mandatarios de cara a 2023.

Es que, tras las elecciones PASO y generales de este año, todo indica que el peso pesado de votos del FdT es traccionado hacia arriba por los jefes comunales del gran Buenos Aires, con lo cual desde Casa Rosada  apostarán fuerte a blindar esos municipios que, al menos hasta ahora, han sido definitorios en las urnas. En tanto, la propuesta del macrismo para prohibir las elecciones indefinidas pone en jaque el aporte electoral de los principales intendentes del AMBA. No obstante, desde hace dos años, el oficialismo inició un movimiento de nombres que podría resguardar a sus mejores “jugadores” territoriales.

Desde 2019 a esta parte han sido casi 20 los jefes comunales que, bajo diversas circunstancias, se “mudaron” de sus distritos hacia cargos en los gabinetes tanto de Provincia como de Nación, muchos de ellos históricos con varios mandatos consecutivos encima. De esta manera, entra en escena la posibilidad sobre si estas licencias serían motivo suficiente para volver a presentarse como candidatos y desentenderse del proyecto “anti-reelección” del macrismo.

Sin dudas, uno de los que marcó el pasaje de municipio hacia Casa Rosada fue el ex intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, quien dejó su lugar en el distrito del conurbano para erguirse como Ministro de Obras Públicas de la Nación en 2019. La elección de Katopodis para esa tarea puso de manifiesto la necesidad de ubicar en la primera línea del Gabinete a un hombre de experiencia en gestionar y conocimiento del llano, en especial tras cuatro años un gobierno de Cambiemos que puso sus fichas en “el equipo de cuadros técnicos”, con mucho “focus group” y poca calle.

El permanente reclamo de los intendentes por mayor protagonismo –cabe recordar el movimiento iniciado por Martín Insaurralde en la previa electoral de 2019 para ser candidato a gobernador-, dejaron en claro que la nueva gestión del Frente de Todos no podía prescindir de un canal de diálogo fuerte con los jefes de los barrios, allí donde la aprobación en las urnas se cocina en el cara a cara diario con los vecinos.

Operación “mudanza”: La estrategia del Gobierno para blindar los municipios propios

Ya con el FdT en el Gobierno, Katopodis abrió la puerta a la posibilidad de poner a jugar cada vez más a  los intendentes en la plana mayor. Así le tocó el turno, en noviembre de 2020, a Jorge Ferraresi, quien recibió el llamado para mudarse de Avellaneda y reemplazar a María Eugenia Bielsa en el ministerio de Desarrollo territorial y Hábitat. Cabe recordar que la decisión de darle la retirada a Bielsa fue interpretado como una crítica de las bases a un carácter “muy burocrático” de la ex funcionaria, en un cargo que requería sintonía fina con las demandas de los sectores populares.

Como cuadro fuerte del kirchnerismo en el sur del conurbano, Ferraresi encajaba para ocupar ese vacío. En tanto, detrás de él, ingresó como secretario de la misma cartera ministerial otro jefe comunal: el hombre de Navarro, Santiago Maggiotti, mostrando presencia del interior bonaerense. Ese agitado año 2020 cerró con una fuerte advertencia por parte de Cristina Fernández de Kirchner, quien le dio el ultimátum a los “funcionarios que no funcionan”.

Ya en 2021, febrero inició con los primeros traslados de intendentes a las filas de la Provincia de Buenos Aires. Fue el caso de Javier Osuna, mandatario de General Las Heras, quien dejó su cargo para asumir como titular de la empresa AUBASA, ungido por el entonces ministro de Infraestructura bonaerense, Agustín Simone, quien meses después también sería reemplazado, justamente, por otro intendente: Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas.

Para mediados de año, se sumó también a Nación el entonces intendente de Castelli, Francisco Echarren, quien tomó licencia para asumir como director de Obras del Ministerio de Transporte, a cargo de Alexis Guerrera tras la muerte del ex titular de la cartera, Mario Meoni.

En tanto, con las discusiones de cara a la inminente temporada electoral, comenzaron los reacomodamientos de nombres en función de confeccionar las listas. Fue ahí cuando el entonces ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, pasó a integrar la nómina de candidatos y decidió renunciar a su cargo, bajo la directiva de que cada nombre que tuviera lugar en las listas debía retirarse de lugar que ocupara para dedicarse de lleno a la campaña. Tras un breve período de incertidumbres sobre quién ocuparía el vacío, apareció el nombre de Juan Zabaleta, en ese momento intendente de Hurlingham.

El llamado de Zabaleta para ingresar a Desarrollo Social –donde también gravitaba el nombre del camporista Andrés “Cuervo” Larroque- representó la ubicación de un mandatario de buenas relaciones con sus pares y una prudente distancia con el kirchnerismo duro, en un ministerio clave en plena emergencia social. Cabe recordar que, en el contexto más álgido de la crisis de la pandemia, Desarrollo Social se convirtió en la mesa de negociación directa con las organizaciones sociales, con una de las cajas con mayor presupuesto del país.

En el armado de listas del Frente de Todos de cara a las elecciones, en tanto, la presencia de jefes comunales se hizo notar. Allí se anotaron Mariano Cascallares (Lomas de Zamora) y Alejandro Dichiara (Monte Hermoso), ambos distritos que fueron una trinchera clave de votos celestes en el mapa bonaerense que este año se tiñó de amarillo. En estos momentos, con Cascallares ya asegurado en Legislatura, se especula con la idea de ser trasladarlo al equipo de Kicillof y dejar la banca libre para salvar la continuidad parlamentaria de Facundo Tignanelli.

El "mensaje" de las urnas

Las PASO y su batacazo macrista fueron un momento clave para volver a repartir las barajas de cargos en el gobierno. La controversial carta de Cristina Fernández de Kirchner sobre el “mensaje” de las urnas generó un inmediato efecto dominó en los gabinetes de Nación y Provincia. En tierra gobernada por Axel Kicillof, el llamado de emergencia, una vez más, fue dirigido a intendentes bonaerenses.

Operación “mudanza”: La estrategia del Gobierno para blindar los municipios propios

Los pesos pesados del recambio sin duda se depositaron en Martín Insaurralde, quien se retiró de su trinchera en Lomas de Zamora para asumir como nuevo jefe de Gabinete, y el ya mencionado Leonardo Nardini, quien se hizo cargo del ministerio de Infraestructura. La ubicación de ambos fue la respuesta de Kicillof al reclamo por mayor atención a las problemáticas urgentes de los barrios del conurbano, marcados por la pobreza, el desempleo y la inseguridad. Para ese entonces, ya era evidente la búsqueda del Gobierno por proteger la figura de los intendentes, cuyos territorios ya estaban definidos como los bastiones electorales del peronismo.

Ya en el presente, el movimiento más reciente fue el de Ariel Sujarchuk, jefe comunal de Escobar, quien fue nombrado por el presidente Alberto Fernández como flamante titular del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable. Cabe recordar que Sujarchuk supo sentar una posición de fuertes críticas hacia el Frente de Todos, que hasta puso en vilo su relación con el oficialismo. En tanto, tras tensar la cuerda, desde Casa Rosada convocaron al hombre de Escobar, acaso como una apuesta no perder las riendas de un distrito clave del AMBA. En las últimas horas, el intendente de Zárate –cercano a Escobar-, Osvaldo Cáffaro, también se sumó al equipo del ministerio de Hábitat.

Del otro lado de la grieta

Mientras los movimientos y traslados de intendentes al Gobierno abundan en las filas del Frente de Todos, desde el lado de Juntos también comienzan a poner en la balanza la necesidad de cuidar a sus referentes territoriales. El caso más reciente y destacable es el de Jorge Macri, quien recibió la convocatoria de Horacio Rodríguez Larreta para dejar su mandato en Vicente López y sumarse al gabinete de CABA.

En un momento de fuertes discusiones internas dentro de Juntos, Macri aparece como un cuadro clave para fortalecer los lazos con Provincia. De esta manera, Larreta acomoda a su lado a un jugador clave en la disputa entre halcones y palomas, al mismo tiempo que contempla la posibilidad también de protegerlo de la propuesta anti reelección que impulsó la propia María Eugenia Vidal.

Si bien todavía no hay certezas sobre qué ocurrirá con la legislación sobre reelecciones indefinidas, desde ambas fuerzas ya desplegaron fichas en el tablero. Lo cierto que es que, tras unas elecciones “empatadas”, tanto el FdT como Juntos saben que los intendentes serán actores clave para la pelea electoral de 2023 y necesitarán resguardarlos, así sea a costa de mudarlos de sus distritos. Parafraseando el refrán: intendente que huye, sirve para otra guerra.