Luego que el gobierno decidiera descongelar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), la nafta volvió a aumentar este sábado. Estos tributos se actualizan en base a la inflación y se habían mantenido sin cambios durante más de dos años. 

La primera en mover los precios fue YPF, el principal jugador del mercado, con una suba del 7,5% promedio en todos sus precios que se empezó a aplicar esta madrugada. 

Según señalaron fuentes del mercado a Infobae, las principales operadoras además de YPF, como Shell (cuya licencia en el país es operada por Raízen), Axion y Puma, aplicaron subas similares. 

Este aumento en los precios de los combustibles impacta directamente en el bolsillo de los consumidores, quienes de manera constante ven cómo el costo de llenar el tanque de sus vehículos aumenta. Además, se trasladan los aumentos a todos los productos por la logística de su traslado. 

La incertidumbre sobre futuros ajustes en los precios de los combustibles genera preocupación en la población, especialmente en un contexto económico donde la inflación sigue siendo alta y los salarios no logran recuperar su poder adquisitivo. Con este panorama, se espera que los precios de la nafta continúen en aumento en los próximos meses, lo que representa un desafío adicional para las economías familiares y para el sector del transporte, que ve afectada su rentabilidad con cada incremento en el valor de los combustibles.

Cabe señalar que esta última suba se produjo gracias a un decreto firmado por el ministro de Economía, Luis Caputo, que había fijado un cronograma para aplicar las subas pendientes del 2023 para ambos impuestos. Así, se definió que desde el 1° de marzo se computará la inflación del primer y segundo trimestre del año pasado. En abril se aplicará el tercero y en mayo la variación correspondiente al cuarto trimestre, que serán las de mayor impacto.