Los precios de los alimentos aumentaron durante febrero un 13,85 por ciento, la suba mensual más alta desde la crisis de post-2001, durante el primer tramo de la devaluación de Eduardo Duhalde. Así lo indica el último Índice Barrial de Precios que todos los meses elabora el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), en base a 57 productos de la Canasta Básica relevados en comercios de cercanía del conurbano bonaerense. 

El dato, que se verá reflejado en el índice del INDEC en los próximos días, constituye un duro golpe para el ministro de Economía, Sergio Massa, que había prometido estabilizar la inflación en tres puntos para el mes de abril. Según el ISEPCi, no se registraba una suba tan brutal “desde la crisis de principios de siglo”. 

El golpe también impacta en el propio Presidente de la Nación. En una entrevista reciente, Alberto Fernández aseguró que la inflación de enero, de 6,6 puntos, había sido motorizada por “las vacaciones”, a caballo de los rubros hotelería y gastronomía. Pero el propio INDEC había reconocido en su último informe que “el aumento en Alimentos y bebidas no alcohólicas (6,8%) fue lo que más incidió en todas las regiones”, durante ese mes. 

Otro golpe al bolsillo: los alimentos alcanzaron en febrero la inflación más alta desde la devaluación post-2001

En febrero se repetirá la situación, aunque con una suba mucho más abrupta de lo esperado, lo que terminará de impactar en los bolsillos de los sectores populares, la base electoral del oficialismo. 

De acuerdo al ISEPCi, con la suba de más de 13 puntos de febrero, la Canasta Básica acumula un 20 por ciento en lo que va del año y ascendió a $77.523, cuando en diciembre de 2022 era de $64.134.  

La carne encabezó los aumentos con un 27 por ciento desde diciembre, a lo que se suma un incremento del 24 por ciento en verdulerías y otro 15 por ciento en los productos de almacén. 

Otro golpe al bolsillo: los alimentos alcanzaron en febrero la inflación más alta desde la devaluación post-2001

“Esta variación es producto de la conjunción de varios factores que se agregaron a la inercia inflacionaria que se viene potenciando desde hace más de un año”, explica el ISEPCi en su informe. “La carne después de atravesar un 2022 con aumentos por debajo del promedio del conjunto de los alimentos (52% contra un incremento general por encima del 100%) empezó una suba abrupta en los últimos días de enero que se aceleró durante la primera quincena de febrero; las frutas y verduras parecen sufrir los efectos de la sequía, produciendo una baja en la oferta y una suba incesante de sus precios; y los productos de almacén que en los pequeños y medianos negocios de cercanía siguen sin sentir los efectos del programa de “precios justos”, con vigencia sólo en las grandes cadenas de supermercados, que no tienen bocas de venta en los barrios populares”, concluye.