En medio de las múltiples tensiones de diversos sectores del gremialismo, Pablo Moyano prpara su retirada de la CGT, luego de la reunión que mantuvo Alberto Fernández con la dirigencia de la central obrera. La ausencia de Moyano en el cónclave generó todo tipo de especulaciones sobre la tensión en el sector, y ahora el líder de Camioneros se dispone a dar el portazo final.

En las últimas horas, había empezado a generar ruido la ausencia de Moyano en el encuentro del jefe de Estado con los principales dirigentes de la Confederación General del Trabajo, en especial tras varias semanas de fricciones y guiños que el gremialista de Camioneros había enviado. El más reciente fue la seguidilla de idas y venidas alrededor de la convocatoria a una marcha en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, donde Moyano instó a la central a adherir y luego él mismo terminó por bajarse. 

Cabe recordar que Alberto Fernández reunió a la cúpula de la central en búsqueda de herramientas que lleven alivio al sindicalismo. Con el foco puesto en paritarias, bonos o sumas fijas para otorgar en los próximos meses, el Gobierno necesita enviar una señal al conjunto de trabajadores que le permita encarar la última parte del año en armonía. 
  
El cónclave que tuvo lugar anoche en la Quinta de Olivos convocó a los dirigentes centrales Héctor Daer, Carlos Acuña y a los “independientes” Gerardo Martínez (albañiles, Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez, adjunto de CGT y secretario general de los estatales de UPCN. Si bien hubo un silencio fuerte alrededor de los temas a discutir, todos los trascendidos apuntaron a un debate centrado en las paritarias.

Es que todos los reclamos gremiales de los últimos meses confluyen en el descontento por la pérdida del poder adquisitivo en todos los rubros, por causa de la creciente inflación de este año. En ese sentido, desde Casa Rosada han evaluado varias alternativas, siendo una de ellas el mentado aumento salarial generalizado, opción que generó posiciones diversas en la central obrera.

Tras constatarse una suba de 7% en la canasta básica de agosto el equipo económico que lidera Sergio Massa retomó el análisis de una medida vista con reticencia por los sectores más ortodoxos de la CGT pero alentada por el espacio que orienta Moyano.

Mientras tanto, el conflicto desatado por las protestas del gremio de la industria del neumático aumenta la presión sobre el jefe de Estado. La pelea de los trabajadores contra las empresas del sector lleva ya cinco meses de escalada, y en la última semana derivó en medidas de fuerza como la toma del Ministerio de Trabajo y una continuada huelga que paralizó la producción en las principales plantas de neumáticos.

En ese marco, Fernández busca apoyarse en la CGT para encontrar puntos de negociación. No sería la primera vez que busque respaldo por parte de la histórica confederación obrera. Así lo hizo en los últimos actos por el Día de la Lealtad y el de la Militancia, y sobre todo el 1 de julio pasado cuando casi a solas armó un acto en Azopardo a espaldas de casi todo el Consejo Directivo de la organización para el homenaje por un nuevo aniversario de la muerte de Juan Perón.