El presidente de la Nación, Javier Milei, se mostró “orgulloso” de su plan motosierra contra la obra pública, los empleados públicos y los fondos a las provincias. Fue en un discurso que brindó en el IEFA Latam Forum. 

“Hay mucho de licuadora y mucho más en realidad de motosierra. Porque eliminamos la obra pública de cuajo, algo de lo cual estoy profundamente orgulloso, siendo que la obra pública es una gran fuente de corrupción, de robo, a la cual me imagino que toda persona de bien debiera oponerse”, lanzó Milei y despertó un tímido aplauso de los presentes en el IEFA Latam Forum. 

Luego, destacó que también “eliminamos de cuajo las transferencias discrecionales a las provincias”. 

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“También echamos 50 mil empleados públicos, no solo eso sino que además se dieron de baja contratos y fijense que ahora están cayendo más contratos y van a caer 70 mil contratos”, remarcó el mandatario argentino. 

Y concluyó: "eliminamos 200 mil programas sociales entregados de manera irregular y en ningún momento descuidamos la política social porque en el medio duplicamos la AUH, duplicamos la tarjeta Alimentar, multiplicamos por tres la asistencia en el plan mil días, o sea a las mujeres embarazadas”. 

En el comienzo de su discurso, Milei realizó un repaso por la herencia recibida del kirchnerismo y ratificó que la Argentina iba camino a la hiperinflación y que su objetivo era evitarla: “Era necesario generar un programa de estabilización bien duro, programa que nosotros lo teníamos y que recién lo pudimos anunciar en el tercer día porque teníamos la cuestión de los nombramientos en el Banco Central. Y básicamente tenía los tres elementos fundamentales que tiene cualquier programa de estabilización, que era un ajuste fiscal, una corrección cambiaria y la definición de una nueva política monetaria”.

“Lo fundamental era terminar con la emisión monetaria para que no hubiera convalidación de la suba de precios y que eso no terminara escalando y generando la hiperinflación. En ese sentido, junto a la devaluación, que se sinceró, porque básicamente lo único que hicimos fue llevar el tipo de cambio al tipo de cambio de mercado ajustado por impuesto país, y en ese contexto, en el plano fiscal, decidimos ir a lo que se denomina la política de déficit cero, pero déficit cero en serio, no mentiroso, es decir, déficit cero en la línea del resultado financiero, es decir, después de pagar intereses. Eso es muy importante porque si nosotros alcanzábamos el déficit cero en la línea financiera, significa que la deuda no crece más, y si la deuda no crece más, la relación deuda-producto es no creciente, por ende, uno se convierte en solvente intertemporalmente y la consecuencia de ello es que empieza a caer el riesgo país y bajar la tasa de interés, y la tasa de interés recobra su función esencial, que es la de ser un mecanismo de coordinación intertemporal, y que el proceso de crecimiento guarde relación justamente con la tasa de interés, natural de interés, es decir, la del mercado, no la que un burócrata puede manosear desde el Banco Central”, remarcó.