Macri estuvo muy astuto al convocar al senador Pichetto a sumarse a su fórmula presidencial y ese movimiento comenzó a dar resultados en tiempo record cuando Pichetto comenzó a provocar al kirchnerismo en cada salida mediática llegando al punto de macartear a Axel Kicillof. Desde el viernes se vienen sucediendo una aplastante cadena de twitts, chicanas y todo tipo de respuestas al senador con el dato preocupante de que como se dice en el fútbol, Pichetto se llevó todas las marcas al bandarín del corner de la derecha y le dejó el terreno liberado a Mauricio Macri, que avanza con la pelota dominada y en paz por el medio de la cancha con buenas posibilidades de llegar al gol pues encuentra el terreno libre de obstáculos salvo, obvio, las consecuencias de su política económica.

El ofrecimiento macrista exhibió de manera grotesca algunas carencias notorias del elenco gobernante. Verlo a Pichetto en una reunión de gabinete 48 hs después de su nominación no habla de otra cosa que de una falta total y absoluta de capacidad de acción política de Poder Ejecutivo. La traducción muda de esa foto fue Macri diciendo a su equipo "Escuchen a Pichetto, a ver si aprenden a gobernar de una buena vez".

La pauperización económica de los sectores populares no dejó de profundizarse desde que Pichetto fue ungido precandidato a la vicepresidencia por Cambiemos, pero en esa cresta de la ola que son las redes pareciera que hubo cambios notables siendo que la movida macrista apunta precisamente a profundizar el actual estado de cosas porque, en definitiva, esa es su razón de ser política e ideológica. Hasta el momento no han habido gobernadores, intendentes o dirigentes de peso del peronismo que hayan manifestado su alegría por el manotazo macrista, obvio que si reciben un llamado del senador lo van a atender y que le van a desear suerte: estamos hablando de política, nada menos, y es obvio que quienes han tenido un buen trato con el hombre fuerte del senado le seguirán atendiendo el teléfono, no vaya a ser cosa que gane...

Para quienes pretendan ganarle las elecciones al macrismo el eje debe inexorablemente pasar por otro lado y en este sentido importa entender y valorar en su justa medida que la jugada táctica de Macri fue sumar nada menos que al hombre con llegada directa a todos los gobernadores y enviarles el mensaje de que si el presidente es reelegido tendrá con ellos un trato preferencial y los seguirá colmando de acuerdos y convenios que favorecen sus intereses provinciales. No se puede ignorar ni mucho menos dejar de pensar que desde este punto de vista la jugada macrista es de altísimo vuelo. No había otro modo de interpelar al peronismo de las provincias que arreglar con quien ha sido su más férreo defensor en los últimos 4 años.

Pichetto ya salió a la cancha y pide la pelota minuto a minuto. Si se la siguen dando y continúa amontonando opositores contra la raya de la derecha nadie está en condiciones de asegurar que el resultado de octubre ya esté decidido. Macri necesitaba intrusar el voto peronista, meter una cuña para al menos desordenarlo porque como ya es sabido no le interesa gobernar las provincias sino que éstas vengan a la mesa de negociaciones toda vez que se las convoque. El asunto de ahora en más es ver si finalmente Pichetto  logra realizar la tarea para la que fue cooptado políticamente y todo indica que eso depende en un 95 % los dirigentes y militantes del peronismo. Una buena parte de la sociedad está ajena a estos movimientos palaciego/mediáticos y falta bastante para que sea convocada a manifestarse electoralmente. Está en nosotros que cuando llegue ese momento nos encuentre planteando claramente propuestas que los ayuden a salir del pozo y no inmersos en una serie de discusiones en las que ellos sienten que como casi siempre están afuera.