Es cierto que en estos días se ha hablado mucho sobre las cifras de contagios diarios, el número de ocupación de camas y las modalidades del aislamiento o distanciamiento social. Sin embargo, otra de las grandes preocupaciones del Gobierno y la población, tiene que ver con la economía y su reactivación en el futuro post pandemia.

La realidad es preocupante, incluso el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Nación, Daniel Arroyo, contó que “mucha gente se quedó sin ingresos, está angustiada y cansada”, además seguró que la situación social era “catastrófica, muy crítica”.

“Antes de la pandemia teníamos ocho millones de personas que recibían asistencia alimentaria, ahora tenemos once millones”, explicó el funcionario. “Se agregaron personas que se quedaron sin changas, gente que nunca había estado en un comedor: el mozo, el taxista, el que hace durlock e incluso el que tiene trabajo formal, recibo de sueldo y así todo no le alcanza”, describió.

En este contexto, los intendentes del Área Metropolitana de Buenos Aires viven una disyuntiva entre el temor por el aumento de contagios y la necesidad de habilitar actividades económicas para aplacar la situación social en sus distritos.

La semana pasada, luego de una reunión del gobernador Axel Kicillof con jefes comunales del AMBA, Andrés Watson (Florencio Varela) sostuvo que “la gente está muy preocupada, tiene necesidades, el parate económico es muy grande en todos lados” y explicó que en su distrito se reparten 700 módulos diarios de comida “más allá de los refuerzos de las ollas populares”.

Pero la preocupación por la situación económica no es exclusiva de los mandatarios, sino que por el contrario está presente en la población. Justamente es la sociedad la que durante este tiempo, especialmente en los últimos dos meses ha ejercido una fuerte presión para que se reactiven actividades, oficios y profesiones ante la apremiante realidad.

La consultora Analogías, realizó un relevamiento a nivel nacional durante el mes de junio sobre las percepciones en la sociedad respecto a las políticas del Gobierno Nacional, de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, la situación epidemiológica, sanitaria y económica; respecto a esta última variable, los resultados reflejaron un creciente pesimismo.

Respecto de las expectativas económicas, “es mayoritaria la porción de encuestados ( 53%) que piensa que en los próximos dos años la situación económica empeorará” asegura el informe.  

Preocupación en el Gobierno por el creciente pesimismo sobre el futuro de la economía

Asimismo, sostienen que “un bloque de entre 65% y 68% opina que es necesaria una mayor presencia del Estado para recuperar la actividad económica y el consumo”.

En esa misma línea, la mayoría de las personas que participaron del estudio manifestaron que el Gobierno debía “extender los programas de apoyo y fomento del ingreso de las familias y el flujo de capital de las empresas”, como el Ingreso Familiar de Asistencia o el Programa ATP.

Por otro lado, la consultora Zuban-Córdoba y Asociados publicó su informe correspondiente al mes de julio, donde señalan que a la hora de contestar sobre cuál es el principal problema a resolver en el país, el 48,9% del total de los encuestados eligió factores económicos; por sobre un 4,8% que optó por Salud.

El 28% aseguró que el principal problema era el desempleo; el 11,2%, la pobreza; el 6,7%, la inflación; y el 3%, el endeudamiento.

Preocupación en el Gobierno por el creciente pesimismo sobre el futuro de la economía

Ello no significa que exista una dicotomía entre economía y salud, o que la población no tenga miedo a contagiarse. Por el contrario, según el estudio realizado por Analogías, el miedo al contagio por Covid-19 ha crecido en el mes de junio, al mismo tiempo que aumentaron las flexibilizaciones a la cuarentena.  Según la encuesta, este temor alcanza al 39% de los encuestados y representa casi 10 puntos porcentuales más que el mes de mayo.

De esta manera, el Gobierno Nacional, de la ciudad, de la provincia y cada uno de los intendentes bonaerenses busca impulsar medidas de asistencia financiera y económica para atravesar la pandemia e ir generando, de a poco, una reactivación económica con miras en la post pandemia.